Andrés Merino Thomas
Una de las últimas convocatorias anuales de la Fundación de Amigos del Museo del Prado fue el ciclo de conferencias “La senda española de los artistas flamencos en el Museo del Prado: De Rubens a Van Dick”. Celebrada con el patrocinio de la Fundación Caja Madrid en la primera pinacoteca del mundo con la calidad acostumbrada, en ella se abordó, de la mano de diecisiete especialistas, la estrecha y muy fructífera relación artística que, como consecuencia de los singulares avatares políticos, militares y económicos –entre otros- de los territorios de la Monarquía de España, marcaron nuestra historia del Arte entre los siglos XV y XVII. Nuevamente Galaxia Gutenberg y Círculo de Lectores han hecho posible la publicación de los estudios en un volumen conjunto de gran calidad en el que se presentan las claves de las colecciones flamencas del Prado, sus principales maestros y sus excepcionales obras.
Nota común en todas y cada una de los ensayos que se reproducen es el deseo de subrayar el singular interés de los monarcas españoles por atesorar obras maestras de Rubens, Teniers, Van Eyck y Patinir. No es extraño que Francisco Calvo Serraller afirme que el Museo del Prado nunca habría sido lo que es sin la aportación de los Países Bajos, reconociendo el peso de la influencia de su escuela en la propia configuración de la identidad artística española. El especialista habla de la existencia de un arte “hispano-flamenco”, un término que será definido y bien desarrollado en la que, a nuestro parecer, constituye la aportación más lograda de las que se incluyen en la obra. Nos referimos a “Imágenes de Flandes y de España”, de Alejandro Vergara, que proporciona una panorama verdaderamente ágil, completo y a la vez profundo del influjo del estilo flamenco, especialmente en Velázquez y sus meninas. Es cierto, como afirma, que el estatus histórico del más famoso lienzo del sevillano hace prácticamente imposible que podamos pensar que pueda tener algún débito con obra anterior; más bien son decenas de pintores los que se han inspirado en la pose de la Infanta María Teresa y sus acompañantes, el sutil juego de planos y reflejos. Vergara expone sin complejos los antecedentes que pueden hallarse, en lo que a espacios por detrás del espectador, cuadros y espejos, en el cuadro “El Archiduque Leopoldo en su galería de pinturas de Bruselas”, de David Teniers el Joven (1610-1690), presente en inventarios de la colección regia española desde 1653, es decir, al menos cuatro años antes de se pintase “Las Meninas”.
Vergara nos sitúa en el contexto histórico: recuerda que el gobernador de los Países Bajos, sobrino de Felipe IV, se había tomado la molestia de retratarse a sí mismo como mecenas y coleccionista, y como tal enviaba a sus parientes lienzos cuyas inspiraron a un gran maestro como Velázquez. Al hacerlo no disminuye ni un ápice el valor de otras obras, sino que enriquece su genealogía y muestra que también la historia del arte es la historia de un pasado estético que dialoga con un presente que interpela. Sus aportaciones y las dieciséis restantes conforman un ensayo conjunto de gran interés que ningún interesado en las colecciones del Museo del Prado debería dejar de leer.
“La senda española de los artistas flamencos”
Javier Barón, Xavier Bray, Francisco Calvo Serraller, Alan Chond, Luis Miguel Enciso Recio, Brart Fransen, David Freedberg, Wouter Kloek, Víctor Nieto Alcalde, Javier Portús, Theodore K. Rabb, Luis Ribot, Pilar Silva Maroto, Tzvetan Todorov, Enrique Valdivieso, Alejandro Vergara, Joaquín Yarza Luaces
Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores y Fundación de Amigos del Museo del Prado, 379 pág.
ISBN: 978–84–8109–831–0 y 978–84–672–3702–3