En este acto literario, participarán tres escritores coreanos; Kim Kwang-Kyu (poeta), KIM Hoon (novelista) y Yi In-seong (novelista), los cuales hablarán de la creatividad de sus obras, leerán poesías, fragmentos de novelas, y también dialogarán sobre la literatura con los escritores españoles invitados; Antonio Colinas Lobato (poeta), Pedro Aullón de Haro (catedrático de literatura comparada) y Pío E. Serrano (editorial Verbum).
KIM Hoon
Su obra “El canto de la espada” es una novela que relata del héroe coreano I Sunsin, un general del siglo XVI que salió triunfante de desicivas batallas navales, gracias a sus brillantes estrategias, formando un importante eslabón en la victoria contra Japón. En la historia de Corea, es uno de los personajes más respetados, por lo cual su rostro engalana una nota bancaria. Cuando aún era estudiante, KIM Hoon leyó el diario de I Sunsin, en realidad un diario de guerra, la atormentada vida interior causó una profunda impression en el autor que luego de este trastorno, reescribe treinta años más tarde, la figura del hero. Incontables lectores pudieron sumergirse apasionados en el libro con su mundo literario. En “El canto de la espada”, no sólo se plantea a I Sunsin como un gran héroe que marcha con paso férreo hacia la victoria, sino como “un ser humano conciente del problema”. Se produce una reflexión sobre su época en relación al problema de la existencia y una percepción del sufrimiento de la patria y sus habitants, afectados por la guerra. El autor muestra, lo que hay detrás de la imágen del héroe decorado de superlativos, los tormentos tan humanos de I Sunsin.
Yi In-seong inició su carrera literaria con la publición de su novela “Hacia el tiempo ajeno” en 1980. Su primera colección homónima de narraciones “Hacia el tiempo ajeno” (1983) que contiene en realidad tres obras, cuenta entre las obras más remarcables de la literatura narrativa coreana. Las novelas de Yi In-seong, quien también se hizo un nombre como experto en literatura francesa, rondan la tradición de la novela de vanguardia moderna. Las características de su creación son la descripción minuciosa y sagaz del estado de conciencia de los personajes y su realidad exterior, la desaparición de la homogeneidad, la representación reflexiva y la remarcación de lo ficticio.
Yi In-seong nació en 1953. Fue estudiante universitario durante la época de la dictadura y comenzó a perfilarse como autor, precisamente al mismo tiempo en que el nuevo gobierno militar se apoderó del poder incrementando la represión de la oposición militar. Ante este trasfondo, en los años 70 y 80 dominaba en la literatura coreana una tendencia hacia el realismo como acto de resistencia política y como crítica social. Esto se debía en gran parte a la convicción de que un cambio radical fuera más urgente que el desarrollo de la propia literatura.
Yi In-seong ciertamente mantuvo su actitud crítica a las circunstancias sociales, sin embargó, se negó a someter la literatura a un propósito político. Su intención era,más bien, enfrentarse a la represión política a través de la literatura. En ninguna de sus novelas, la realidad política ocupa el primer plano. Los síntomas de la represión se manifiestan, en cambio, de forma latente en la rutina diaria de los protagonistas. En vez de dirigir el foco a la represión política, observa concientemente la represión cotidiana que funciona a un nivel mucho más profundo.
Un sinfín de voces se entremezcla en el bullicio del enjambre urbano. El pregón de los vendedores va aumentando su volumen y la gente defiende a gritos sus derechos sin conseguir tregua. Vivimos en un mundo en el que las voces exasperadas ocupan siempre más hacia el primer plano. El poeta Kim Kwang-Kyu capta, sin embargo, los tonos más leves, el sonido de una flauta de brizna o el canto de un grillo, aislándolos de las turbulencias para que logren hallar un oído desde sus poemas,. El canto de la naturaleza que, a pesar de ser leve, no es inaudible, no sólo se lo percibe en un bosque alejado, sino en todas partes y en cualquier ocasión de nuestra vida cotidiana, si alguien quisiera prestarle atención. No se trata de una majestuosa aria, es más bien una persistente ópera recitativa. Si se aprendiera a escuchar este sonido, se reconocería la absurdidad y fugacidad del griterío en el mundo.
La sobriedad formal y de contenido dejan resaltar los poemas escritos por KIM Kwang-Kyu. En este sentido, el vocablo „sobriedad“ implica que su poesía evita en primer lugar la sobrecarga de metáforas o claves, logrando a través de un lenguaje claro con imágenes sencillas delucidar las tensiones entre la gente, la sociedad y la naturaleza. El poeta se sirve de un tono irónico y satírico, a menudo aplica formas coloquiales para describir escenas cotidianas. Su intención es relativar y desmantelar prejuicios, tanto en la sociedad como en la poesía, para iluminar la verdad bajo el velo de la rutina. Esto se muestra especialmente en los poemas en prosa, cuya ”fácil comprensión“ puede ser interpretada como un acto de resistencia contra la superficialidad de la realidad circunstancial y la represión social. Nos exhiben sin piedad mientras nos doblegamos callados a cualquier tipo de opresión.
La Embajada de la República de Corea y Korea Literature Translation Institute organizan el 21 de abril el “Encuentro con la literatura coreana”. La entrada a este acto en el Círculo de Bellas Artes es libre y aforo limitado.
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