La baronesa Carmen Thyssen Bornemisza ha inaugurado en el Museo Thyssen Bornemisza una de las exposiciones más esperadas de la temporada, “Ghirlandaio y el Renacimiento en Italia”, una muestra en la que tomando como hilo conductor una de las joyas de la colección Thyssen, el “Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni”, pintado por Ghirlandaio en 1490, se plantea un intenso viaje a la cultura florentina de finales del Quattrocento.
El proyecto inicial de esta muestra, como comentaba Guillermo Solana, conservador jefe del Museo Thyssen, “Pretendía plantear una exposición de contexto pero dada la categoría indiscutible de la obra, considerada una de las obras maestras del Quattrocento italiano, y a su vez la importancia de la retratada dentro de la alta sociedad de la Florencia de finales del siglo XV, decidimos que el “Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni” de Ghirlandaio merecía un homenaje especial”.
El retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, adquirido por la familia Thyssen en 1935, a pesar de plasmar la belleza idealizada de una joven de apenas diecinueve años, esconde tras de si una trágica historia. La joven retratada, Giovanna, formaba parte de una de las familias más importantes de Florencia y en 1486 contrajo matrimonio con Lorenzo Tornabuoni, miembro de otra de las familias más influyentes de la ciudad fuertemente vinculada a los Medici. La boda, todo un acontecimiento en Florencia, se celebró durante más de tres días entre gran fasto y boato dada la alta posición social de ambas familias y presagiando así la acomodada y feliz vida de casados que les esperaba a los contrayentes, pero apenas dos años después la felicidad de la pareja se vio truncada por la repentina muerte de Giovanna a causa de su segundo embarazo. Un año después de su muerte, Lorenzo Tornabuoni decide encargar un retrato póstumo de su joven esposa para el Palazo Tornabuoni a un íntimo amigo de la familia y uno de los pintores más refutados de Florencia, Domenico Ghirlandaio.
De este modo Ghirlandaio creó uno de los mejores ejemplos de retrato femenino del Quattrocento para el que, movido por una clara voluntad de idealización de la retratada, tomo como ejemplo los retratos de la antigüedad clásica y de la medallística, retomando así la vista de perfil, una tipología retratística menos frecuente a finales del siglo XV cuando se solían realizar retratos de medio perfil o de tres cuartos, de lo que la exposición da fe con otras obras del mismo Ghirlandaio como “Retrato de una joven”.
A raíz de este fantástico retrato póstumo de la joven Giovanna la muestra plantea un recorrido por el arte florentino de finales del siglo XV a través de tres de sus tipologías más habituales, el género retratístico, la temática amorosa o marital y la iconografía religiosa.
De este modo la primera parte del recorrido se centra en el retrato privado, un genero que Ghirlandaio dominó al extremo realizando gran cantidad de retratos en los que a la clara influencia flamenca, como plasma en el “Retrato de Selvaggia Sassetti”, el artista sumó grandes innovaciones en cuanto a composición y planteamiento artístico claramente reflejadas en el retrato de Giovanna.
La segunda parte de la muestra encuadra al matrimonio de Lorenzo y Giovanna en la Florencia del Quattrocento. Su enlace es probablemente uno de los mejores documentados de la época, incluso se conserva el libro de gastos de la boda del padre de Giovanna, expuesto en la muestra, y un gran número de obras de arte que se realizaron ex profeso para decorar el nuevo hogar del recién estrenado matrimonio. Entre todas ellas destacan las cuatro obras que decoraban la habitación de Lorenzo, tres tablas con la leyenda de Jason y Medea y el espectacular tondo realizado por Ghirlandaio, “La adoración de los reyes”, cedido excepcionalmente por la Galería de los Uffizzi, convirtiendo así a esta muestra en una oportunidad única de ver por primera vez, tras quinientos años, las cuatro obras juntas.
El libro de horas que aparece en el retrato de Giovanna inspira la tercera parte de la exposición, dedicada a la iconografía religiosa y la devoción privada, en la que los visitantes podrán indagar sobre el papel de lo sagrado en la vida cotidiana de las familias florentinas más poderosas de la época a través de las delicadas representaciones de la Virgen con el niño, imágenes de Cristo o de los santos eremitas firmadas por Ghirlandaio, Botticelli o Filippo Lippi entre otros muchos nombres relevantes del Quattrocento florentino o los pequeños libros de horas lujosamente iluminados de Lucrecia y Magdalena de Médicis.
Por último la exposición dedica un apartado especial a los temas técnicos del gran retrato de Giovanna, en el que a través de distintos métodos de restauración y conservación como los rayos X, la luz infrarroja o el estudio de materiales, se describe el delicado proceso mediante el cual Domenico Ghirlandaio creó este fantástico “Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni”, a través del cual el Museo Thyssen se sumerge en la Florencia de finales del siglo XV exponiendo, como ha comentado Solana, “Lo más exquisito, la excelencia máxima del Quattrocento condensada en apenas 60 obras entre pinturas, esculturas, dibujos, manuscritos, etc. ”.
Como ha señalado el comisario de la muestra, Gert Jan van der Sman, “ Nunca hasta ahora se había dedicada una exposición de tal envergadura a la figura de Ghirlandaio a pesar de ser, junto a Botticelli, una de las figuras centrales de los últimos años de Quattrocento florentino”.
Por lo que se trata de una exposición única, ya que solo se expondrá en el Thyssen y no viajará a ninguna otra institución, y seguramente irrepetible puesto que no será fácil que las instituciones prestadoras vuelvan a volcarse de tal manera con una exposición cediendo obras tan relevantes y delicadas como el ya citado tondo de “La adoración de los reyes” de la Galería Uffizzi o la excepcional “Virgen con el niño”, también de Ghirlandaio, cedida por la National Gallery de Washington para la ocasión.
Marta de Orbe
“Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia”
Museo Thyssen Bornemisza
Del 23 de junio al 10 de Octubre
Entrada: 8 euros