Una guerra mundial a escala griega

Andrés Merino Thomas

A lo largo de las últimas tres décadas del siglo V antes de Cristo, Grecia sufrió una guerra tan destructiva que sus efectos han sido comparados con los de las dos guerras mundiales del siglo XX. Si el mundo griego constituía un cosmos, todo un entorno humano con tal riqueza política, social, económica y cultural que dejó en a la historia un inigualable legado, la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) supuso un cataclismo del que ya no se recuperó. A partir de la principal fuente conservada, el relato clásico de Tucídides, el helenista Donald Kagan dedicó en su día cuatro volúmenes al conflicto bélico, que se convirtieron en un referente historiográfico y académico sobre el tema. Con objeto de llegar al público médico, el autor preparó un volumen, que en español ha sido publicado por Edhasa. Nos hallamos ante un libro con la esencia de las investigaciones del historiador. Un ensayo de estilo ágil y descriptivo.

Como especialista en historia de la Grecia Antigua, Kagan no parece heredero de una visión del pasado clásico basada en grandes protagonistas, sino en hechos. Sucesos. Acontecimientos que contextualiza. Los personajes de sombras legendarias arrastran popularidades y pasiones sin crítica. Los hechos, luces que pueden ser interpretadas, pero que admiten razonamiento, debates. Se trata de una elección con ventajas a la hora de responder a grandes cuestiones, pues al adentrarse en pleno siglo V enseguida nos planteamos cómo es posible que el mundo de había conocido a Platón, Aristóteles, Pericles, que había construido el Partenón o que hacía pocas décadas había hecho frente nada más y nada menos que a todo un imperio como el persa en las Guerras Médicas, pudiera descomponerse de tal forma, con tal rapidez, en luchas intestinas. Atenas, gran beneficiada de la centuria, era la gran ciudad-estado. Capaz incluso de exportad un modelo incipiente de democracia. Las demás –explicación básica- sienten celos. Es Esparta quien se atreve a alzar a voz. Al principio son rivalidades aparentemente menores: Megara, Corinto… ¿fue la del Peloponeso una guerra civil?, ¿una guerra de ciudades-estado?, ¿una auténtica guerra mundial a escala griega? Indudablemente tuvo caracter internacional, en la medida en que podía hablarse, en las polis urbanas, de independencia política y de agresión. Pero todo griego tuvo que tomar partido. compartiendo a la vez un extraño sentimiento de hermandad que en miles de ocasiones se vió pronto truncado en cruel orfandad. Alinearse en una lucha fraticida, de una brutalidad sin precedentes, como recuerda el autor.

Kagan hubo de superar en un largo ensayo y en el libro que hoy comentamos un inconveniente. Tucídides, que vivió el conflicto, es la principal fuente, pero no la única. Su relato concluye siete años antes de concluir el enfrentamiento. A pesar del esfuerzo de objetividad del clásico, hay lagunas. Pero cualquier interpretación conjunta con la huella de otros autores arroja conclusiones lapidarias: la guerra del Peloponeso fueron algo más que un punto de inflexión. Marcaron la irrupción de las oligarquías en el gobierno de las polis griegas. La experiencia de la democracia en las ciudades ya no sería como antes. No sólo en lo militar. Cultural, política y socialmente, Grecia quedó definitivamente débil para resistir cualquier tipo de conquista exterior. Y el autor lo demuestra perfectamente en este ensayo.

“La guerra del Peloponeso”

Donald Kagan

Traducción de Alejandro Noguera

Barcelona, Edhasa, 750 pág.

ISBN: 978–84–350–2679–6