La Comunidad celebra el centenario de la Gran Vía con una muestra fotográfica de Alberto Pombo
Se trata de 40 fotografías que evocan el esplendor arquitectónico de esta vía desde principios del XIX
La Comunidad de Madrid organiza en dos de sus bibliotecas la exposición del fotógrafo, pintor y arquitecto Alberto Pombo en conmemoración del centenario de la Gran Vía. La muestra se compone de 40 fotografías de diferentes perspectivas de edificios de la Gran Vía madrileña y puede verse hasta el 29 de julio en la Biblioteca Pedro Salinas (Puerta de Toledo, 1) y, del 1 al 30 de septiembre, en la Biblioteca pública Manuel Alvar (C/Azcona, 42).
La Gran Vía, el sueño de la nueva metrópoli
La historia de la Gran Vía es la historia de un proceso de ascenso de la ciudad de Madrid a la modernidad definitiva. La Gran Vía de Madrid fue el gran proyecto urbanístico de finales del siglo XIX. Era necesario dotar de fluidez el nudo de la Puerta del Sol que se saturaba con el tráfico de carruajes. El primer proyecto de reforma es de 1886, redactado por Carlos Velasco, pero las obras no comenzaron hasta abril de 1910, con un nuevo proyecto a cargo de los arquitectos municipales José López Sallaberry y Francisco Octavio Palacios. La ciudad de Madrid atravesaba su proceso de cambio, convirtiéndose de simple receptora de provincias en motor del desarrollo, la cultura y la economía.
Fueron importantes las razones urbanísticas que llevaron a las autoridades municipales y nacionales a ejecutar tan ambicioso proyecto, pero importante fue también el empuje y la conciencia propia de ser una gran ciudad: la nueva metrópoli.
El rey Alfonso XIII, junto a José Canalejas, presidente del Consejo de Ministros, dio su conformidad para el derribo de más de 300 edificios. Los derribos se prolongaron hasta 1927 en tres tramos: primero, de la confluencia con la calle de Alcalá hasta la Red de San Luis; más tarde, desde la Red de San Luis hasta la plaza del Callao y, finalmente, desde Callao hasta la Plaza de España. La última de las obras no finalizaría hasta mucho tiempo después de la Guerra Civil, en 1952, con la inauguración del edificio donde hoy está el Hotel Washington. La Gran Vía asistió a la inauguración en 1919 de la primera línea de Metro, que conectaba las estaciones de Sol y Cuatro Caminos, con parada en la Red de San Luis, diseñada la entrada con un bello templete-marquesina, obra de Antonio Palacios.
El proyecto de López Sallaberry y Palacios fue pensado como una misma vía pero con tres tramos confluyentes y, al principio, cada uno tuvo su propio nombre: Eduardo Dato, Pi y Margall y Conde de Peñalver. Poco antes de la Guerra Civil, dos de esos tramos pasaron a denominarse avenida de la CNT.
Al principio de la guerra se llamó avenida de Rusia y, posteriormente, de la Unión Soviética, mientras que el tramo de Eduardo Dato se llamó avenida de México. Con el final de la guerra, adoptó un único nombre: avenida de José Antonio. En 1981, el ayuntamiento de la ciudad cambió ese nombre por el actual (Gran Vía) que ha sido con el que se ha conocido popularmente a esta avenida desde sus orígenes, jaleada por el chotis de Agustín Lara, “Madrid”.
La Gran Vía, en una ciudad como Madrid en guerra, reunió a Ernest Hemingway, Antoine de Saint-Exupéry y John Dos Passos, alojados en el inexistente hoy Hotel Florida, cubriendo los acontecimientos que sacudieron la historia de nuestro país en los años 30. Tras la guerra, la Gran Vía recupera su esplendor: el de los años 50 recordada en blanco y negro por las imágenes de Català Roca, o en los años 60, cuando muchos se sentaban en las terrazas de sus cafés, a la espera de poder ver a alguna estrella de Hollywood, como los que acudían al local mítico Chicote: Ernest Hemingway, Ava Gardner, Gary Cooper, Orson Welles, Frank Sinatra, Rita Hayworth, Grace Kelly, y muchos otros.
Después de 100 años, la Gran Vía ha sido objetivo de la cámara de Alberto Pombo, con su mirada de arquitecto, que ha vuelto a recorrerla a pie, sin prisa alguna, evocando la esencia y el esplendor que desprenden sus edificios, realizados por los mejores arquitectos españoles de mitad del siglo XX, y la diversidad de una de las arterias más concurridas de Madrid. Alberto Pombo nos acompaña por el primer tramo de la Gran Vía realizado en los años 10, con la pretenciosa suntuosidad que quería competir con el Barrio de Salamanca, la Belle Époque de influencia francesa, para acceder a las construcciones de los años 20, con edificios multifuncionales y racionalistas de primera época con un toque todavía decó, con espacios que favorecían ser lugar de paso y paseo, el verdadero Madrid. Y finalmente la llegada desde Callao a la Plaza de España, su contexto urbanístico, su anécdota y su belleza.
Alberto Pombo
Alberto Pombo Recondo nace en Irún el 21 de enero de 1959. Se inicia en la pintura de la mano de Bernardino Bienabe Artía, reconocido pintor y representante del movimiento impresionista del Bidasoa. Cursó estudios universitarios en la ETSAN (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Navarra) finalizando los mismos con Matrícula de Honor en el Proyecto Fin de Carrera y siéndole concedido el Premio Extraordinario Fin de Carrera.
Ha realizado una amplia labor docente desde 1983, primero como alumno colaborador en el Departamento de Urbanismo de la ETSAN y luego como profesor ayudante de Javier Carvajal en la cátedra de Proyectos de la citada escuela.
Asimismo ha participado como ponente en varios cursos monográficos, entre ellos los celebrados en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Ha recibido varios premios, nacionales e internacionales por su labor como arquitecto y su obra ha sido publicada en diversas revistas especializadas.