El cielo romano de Turner
Andrés Merino Thomas
El 6 de abril de 1820 se cumplió el tercer centenario de la muerte de Rafael. El XIX artístico europeo descansaba aún en verdades absolutas que consagraban a los renacentistas italianos en el ara de los genios universales. Como maestro sobresaliente, William Turner escogió al de Urbino cuando decidió incluir, por primera vez, la figura de otro pintor en uno de sus lienzos. Así, concluyó un cuadro de gran formato, “Roma desde el Vaticano: Rafael acompañado por la Fornarina, prepara sus cuadros para la decoración de la Logia”, para la exposición de la Royal Academy que permanecería abierta coincidiendo con la efeméride. Y hoy podemos contemplar esta magnífica obra que vincula al paisajista inglés con uno de los autores de más grandes en una atractiva propuestas de la temporada, “Turner y los maestros”, que tras su paso por Londres y París, el Museo Nacional del Prado presenta en la primera gran muestra dedicada en España a Joseph Mallord William Turner. De la amplísima representación de uno de los pintores más reconocidos de la historia del Arte universal, centrada en su relación con los grandes creadores en los que se inspiró, no hemos escogido una de sus piezas más populares, sus marinas de llamativos contrastes lumínicos creados por aguas embravecidas. Hemos optado por lo que nos atreveríamos a calificar como un estudio sereno. Pero lleno de contenido estético.
Nos hallamos ante una original perspectiva de la plaza de San Pedro. En realidad, de la ciudad de Roma. La imagen se toma desde la parte izquierda del segundo piso de la Logia León X. Rafael ha extendido sus lienzos por toda la balaustrada, de la que apenas podemos ver un tramo en su parte derecha. Está acompañado por Margherita Luti, llamada Fornarina por ser hija de un panadero, su legendaria y bella amante, de la que se piensa, con bastantes indicios, que pudo servirle de modelo para alguna de sus composiciones. Pueden incluso distinguirse algunas de las piezas del maestro “La expulsión de Adán y Eva” y una “Madonna”. De nuevo el arte dentro del arte. En el suelo, algunos planos del Vaticano. Es cierto que ambos personajes y los objetos que les rodean, protegidos por la sombra, en la Logia, cuyas bóvedas están ricamente decoradas, forman parte y parecen protagonizar una imagen dedicada al recuerdo del pintor. Pero la perspectiva de la plaza, en la que puede distinguirse incluso el conocido obelisco central, o el paso de una procesión que se dirige a la basílica, la presencia de las columnatas de Bernini que la rodean o el palacio pontificio que se erige majestuoso, no resta un ápice de protagonismo de un personaje discreto. Nos referimos alEl cielo romano. Otro cielo de Turner.
El pintor elevó la mirada disminuyendo la proporción de su Rafael y su Fornarina. El detalle de los estucos de la Logia sería menor. Más espacio para un azul cálido romano. Un azul mediterráneo. El mismo cielo bajo el que sin duda habían naufragado embarcaciones de otros lienzos. Un cielo protector para acoger su estancia en la Ciudad Eterna. La estadía de un pintor que viajó a la península italiana también -como tantos- a la búsqueda de fama. Un cielo quizá protector, un cielo amplio, no tanto recortado, sino de espera. Más adelante vendrán los cielos retorcidos, los de contrastes de luces cegadoras. Éste es un cielo en paz. No han llegado aún los otros cielos, los de los grandes encargos de la aristocracia inglesa de años posteriores. Precisamente, durante su visita a Italia, como refiere Javier Barón en el catálogo de la muestra, la prensa británica publicó el rumor de que el entonces Príncipe Regente de Gran Bretaña, el futuro Jorge IV, le había encargado pintar las vistas más notables de Roma, así como copias de frescos de Rafael. No fue así. Tendría que esperar algunos años para obtener grandes encargos. Pero Turner había aprendido muy bien la lección sobre las infinitas tonalidades celestes…
“Roma desde el Vaticano: Rafael, acompañado por la Fornarina, prepara sus cuadros para la decoración de la Logia” (1820)
Joseph Mallord William Turner (1775-1851)
Óleo sobre lienzo (177 x 333 cm)
Tate Gallery (Londres)
Exposición “Turner y los Maestros”
Organiza: Museo Nacional del Prado
Patrocina: Fundación AXA
Colabora: Comunidad de Madrid
Comisario: Javier Barón
Sede: Museo Nacional del Prado. Edificio Jerónimos. Salas A y B
Madrid, 22 de junio a 19 de septiembre de 2010