Tiempos para aprender con el Arte
Andrés Merino Thomas
Los medievalistas no lo han tenido precisamente fácil. Centrados en una etapa del pasado compleja y extensa, los personajes e instituciones a los que se acercan están en demasiadas ocasiones rodeados de tópicos que impiden un análisis sereno. Jacques Le Goff dirigió como historiador un círculo de investigación antropológica sobre el Occidente medieval en la École de Hautes Études, y ha estudiado en distintas obras aspectos como la religión y la economía en los siglos del feudalismo. Ahora nos propone un libro muy personal, Una Edad Media en imágenes, en la que ofrece una novedosa visualización del Medievo. Sin ser historiador del Arte, pero desde la acumulación de valiosa documentación visual que su trayectoria profesional le ha proporcionado, el autor se ha decidido a asociar todos sus conocimientos con ese archivo gráfico de gran interés, que comparte de forma pedagógica con los lectores.
Es fácil comprender el entusiasmo de Le Goff por la imagen. Cuarenta años de reflexión diaria sobre una sociedad donde se concedía gran importancia a los símbolos, donde la paradójica separación y matrimonio entre lo natural y lo sobrenatural formaba parte de lo cotidiano, se encuentran perfectamente resumidos en apenas trescientas páginas. La nota predominante es nítida: lo pedagógico. No sólo se revela en la redacción del texto, claramente escrito con voluntad formativa, con el sano orgullo de quien posee un conocimiento y corre a compartirlo. El autor aprovecha que la Edad Media es quizá el periodo intelectual de nuestro pasado intelectual en el que se puso en marcha el mayor conjunto de recursos pedagógicos para el enriquecimiento cultural del ser humano, para que la sociedad tuviese ante sí un mensaje de civilización. Le Goff nos muestra cómo el pleno éxito de los recursos estéticos medievales residió, precisamente, en la facilidad para la plena identificación entre los símbolos y las realidades que representaban. Tan sencillas ecuaciones no volvieron a repetirse, quizá, en la historia del Arte.
Con todo, el lector no debe andar desprevenido: Una Edad Media en imágenes no es un volumen, en su totalidad, de lectura fácil, pues algunos de sus capítulos contienen interpretaciones verdaderamente elaboradas de piezas poco conocidas, o su reflexión sobre la transición entre Baja Edad Media y Renacimiento puede suscitar más de una controversia. Pero si hay un rasgo común: la calidad sobresaliente de todas las ilustraciones y el deseo frecuente que muchas páginas generan por visitar los lugares en los que se conservan las obras descritas. Todo un logro.
“Una Edad Media en imágenes”
Jacques Le Goff
Traducción de Núria Petit Fontserè
Barcelona, Paidós, 303 pág.
ISBN: 978–84–493–2296–9