El Círculo de Bellas Artes acoge la obra de Horacio Coppola, pionero de la fotografía de vanguardia en Argentina y uno de los artistas que más y mejor ha retratado la ciudad de Buenos Aires. En ella nación Coppola en 1906 y en ella todavía habita. Sin embargo, la muestra que se podrá contemplar en el CBA no incluye, entre el más de centenar de obras que la compone, ninguna foto de la capital porteña. Ello es así porque «Horacio Coppola. Los viajes», exposición organizada por el Círculo de Bellas Artes en cooperación con la Galería Jorge Mara de Buenos Aires, y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se centra en la producción inicial del fotógrafo, fruto sobre todo de sus años de formación en Europa, a comienzos de los años treinta del pasado siglo XX.

Las fotos que integran la muestra son fruto de la estancia de Coppola en Berlín y de sus viajes a Budapest (1933), París (1934), Londres (1935) y Brasil (1931 y 1945). En ellas, un fotógrafo aún en formación deja ya patentes sus obsesiones y estilo. Queda claro, por ejemplo, que, tal como indica Natalia Brizuela en el excelente catálogo de la exposición, “si hubiera que identificar un objeto recurrente en la mira del ojo de Coppola, ese sería, sin lugar a dudas, la ciudad”. También queda claro el trabajo riguroso de elaboración de la fotografía. Coppola no fotografía al azar. No hay nada en sus fotos del “instante decisivo” de Cartier-Bresson. El argentino estudia concienzudamente objetos y sujetos antes de proceder a tomar sus fotos. Busca puntos de vista inusuales en forma de picados, contrapicados y otros encuadres cuidadosamente elegidos que recuerdan a Moholy-Nagy, al que tantas características unen como tantas separan (Coppola nunca adminitó el manipulado o montaje de las fotos, al contrario que el maestro húngaro).

Junto a las fotos, en la muestra se exhiben los cuatro filmes más importantes de la breve carrera de Coppola como cineasta. Sueño (1933), es un experimento expresionista que no tuvo continuidad. En 1935 filma Un muelle en el Sena, en París, y, en Londres, Un domingo en Hampstead Heath, ambos de carácter marcadamente documental. Posteriormente, en Buenos Aires rodaría  Así nació el Obelisco (1936), una breve pieza casi publicitaria sobre la construcción del monumento que preside el cruce entre las avenidas 9 de julio y Corrientes de la capital porteña.

Horacio Coppola
26.10.10 > 16.01.11. Sala Picasso
Organizan: Círculo de Bellas Artes y Galería Jorge Mara-La Ruche
Colabora: AECID

1 COMENTARIO

  1. Sin embargo esta vanguardia «fue» vanguardia. ¿Y la actual?

    Tengo la sensación de que el arte moderno, o las vanguardias, o la puerta al futuro no existe actualmente; al menos en lo que se presenta al mundo como arte fotográfico actual. Lo que parece verse es el mismo camino transitado infinidad de veces por otros amantes de la cámara… pero visto por los ojos de un nuevo individuo. Lo objetual parece el único elemento posible y eso no es verdad. No me refiero al diseño gráfico, sino a la fotografía pura y dura capturada a través de una cámara. La técnica usada no es la única posible.
    Un saludo,
    Valentín

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