Como ya habíamos anunciado el pasado 3 de marzo, el Estado adquirió por 30.000 euros el retrato de la Reina Isabel II,  óleo de Federico Madrazo (+). Esta obra que se subastó en la Sala Fernando Durán comenzó las pujas en 18.000 euros y finalmente el Estado ejerció el derecho de tanteo sobre la cifra fijada a golpe de martillo de 30.000 euros, en total incluido premium el retrato oficial de la Reina entra en el Museo con un precio de 36.150 euros.

El Retrato de Isabel II de Federico Madrazo y Kuntz, fechado en 1849,  se puede ver a partir del martes 14 de junio en el Salón de Baile del Museo del Romanticismo. Tras la restauración de la obra, que ha consistido en la limpieza y tensado de del lienzo, se ha descubierto en el marco la existencia de tres tipos de oro de diferentes quilates y de un minucioso trabajo de ebanistería. Dicha adquisición viene a enriquecer y completar la colección del Museo con una pieza clave, ya que la figura de la Reina es uno de los ejes fundamentales de su discurso expositivo.

Se trata de un óleo sobre lienzo con un marco dorado de madera tallada y rematado con la corona real, que reafirma el carácter oficial de la obra. Ésta es una versión con ligeras variantes del prototipo de retrato oficial de la Reina Isabel II creado por Madrazo en 1846 que se encuentra en la colección del Banco de España y del que existen otros ejemplos tan significativos como el realizado en 1850 con destino a la Embajada de España ante la Santa Sede en Roma. En esta versión, la reina aparece de pie, vestida con un traje de raso azul con encajes, diadema de perlas y brillantes, tocada con un velo y apoyando la mano en una mesa donde se disponen simbólicamente la corona y el cetro.

Federico de Madrazo fue el retratista más importante del Romanticismo. La exquisitez y calidad de su técnica y su extraordinaria capacidad para captar e idealizar al modelo, le llevaron a realizar los retratos de los personajes más importantes de la época, y en última instancia, a ser nombrado Pintor de Cámara de la Reina Isabel II. Su labor, imprescindible en el ámbito del retrato cortesano, fijó la iconografía de los retratos oficiales de la Reina, sirviendo como modelo para los demás pintores del momento.

Su formación, recibida en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y las influencias recibidas durante sus estancias en París y Roma, donde quedó marcado por los románticos academicistas franceses y los pintores nazarenos alemanes afincados en Italia, le llevaron a ser el impulsor de una renovación en el panorama artístico nacional y a conseguir un enorme prestigio y reconocimiento.
El Museo del Romanticismo, que alberga una pequeña pero selecta representación de obras de Madrazo, dentro de su amplia colección de pinturas del XIX, no contaba hasta ahora con un ningún retrato oficial del relevante pintor de Cámara de Isabel II. Por ello, la adquisición de esta obra, especialmente emblemática, constituye una ocasión única que viene a nutrir muy significativamente las colecciones del Museo.