El museo Thyssen-Bornemisza presenta la primera exposición monográfica de Berthe Morisot (1841-1895), importante artista francesa que logró derribar las fronteras paternalistas de su tiempo para dedicarse a la pintura y terminó formando parte del movimiento impresionista. La muestra propone descubrir una obra elegante y luminosa a través de paisajes, escenas cotidianas e íntimos retratos femeninos.

El caso de Berthe Morisot es un caso excepcional en la Historia del Arte del siglo XIX. Perteneciente a la alta burguesía, se educó junto a su hermana en la música y la pintura, tal y como se esperaba de una mujer de su clase, pero no tardó en dar muestras de su talento y se negó a ser una mera aficionada al arte. Pulió su técnica como copista en el Museo del Louvre, allí conoció a Herni Fantin-Latour.

Más tarde le presentaron a Corot y después a Manet. Dos figuras fundamentales en el desarrollo de su carrera. Así entró en contacto con pintores como Alfred Stevens, Pierre Puvis de Chavannes o Edgar Degas. Casada con Eugéne Manet, hermano del pintor, Morisot fue la primera mujer que decidió unirse al Impresionismo, participando en la mítica Primera Exposición Impresionista de 1874 y en otras posteriores.

“Fue una suerte de rebelde suave”, opinó Guillermo Solana, director del Museo Thyssen. “En cierto sentido engañó a la sociedad de su época, porque ella no estaba destinada a ser la pintora que fue”, añadió.

Ahora, la exposición Berthe Morisot. La pintora impresionista trae por primera vez a España a esta artista francesa, en un recorrido compuesto por unas cuarenta obras. El Musée Marmottan Monet de París, poseedor de la mayor colección de la artista, ha prestado más de la mitad de las piezas. También se podrán ver obras procedentes de la Fondation Pierre Gianadda de Martginy y otras de las colecciones del Thyssen.

La muestra está organizada temática y cronológicamente, divida en los siguientes capítulos: Corot y la pintura al aire libre, Manet y el retrato íntimo, Pintar la vida, vivir la pintura, Parques y jardines y El mundo rural. En casa apartado, sus lienzos dialogan con otros de pintores relevantes en su vida, como Corot, Manet, Degas, Renoir o Pissarro.

En su obra está representado el universo de los sentimientos femeninos. “Morisot tenía la necesidad de expresar su propia intimidad”, explicó Paloma Alarcó, jefa de conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen-Bornemisza y comisaria de la exposición. “Estaba obsesionada por plasmar en su pintura en su personalidad”, añadió. En el mismo sentido, Solana destacó que “en sus cuadros vemos una reflexión sobre su propia condición”.

Pintura íntima
Entre los temas que toca podemos encontrar pintura de interiores, esos interiores domésticos que abordaron por primera vez los pintores holandeses y que los impresionistas volvieron a recuperar. Un mundo íntimo, en el que encontramos mujeres vestidas con sus vestidos informales, mujeres cosiendo, leyendo, meditando, madres con niños y, excepcionalmente, mujeres en actos públicos, como En el baile, un delicado óleo en el que una bella dama de la alta sociedad, elegantemente vestida, sostiene un abanico.

Irene G. Vara

Berthe Morisot. La pintura impresionista
Museo Thyssen-Bornemisza. (Paseo del Prado, 8  – 28014 Madrid)
Del 15 de noviembre al 12 de febrero
De martes a domingo, de 10.00 a 19.00 horas. Los sábados de 10.00 a 23.00 horas

Entrada Tarifas:
Exposición temporal:
‐ Entrada general: 5 €
‐ Entrada reducida: 3,50 € para mayores de 65 años, pensionistas, y estudiantes previa acreditación y grupos familiares formados por al menos un adulto y tres descendientes (o dos, si uno de ellos tiene alguna discapacidad) incluidos en el mismo título de familia numerosa
‐ Entrada gratuita: menores de 12 años y ciudadanos en situación legal de desempleo
Exposición temporal + Colección Permanente:
‐ Entrada general: 10 €
‐ Entrada reducida: 6 €
‐ Entrada gratuita: menores de 12 años y ciudadanos en situación legal de desempleo

1 COMENTARIO

  1. «las fronteras paternalistas» del tiempo de Berthe Morisot siguen siendo actualmente las mismas, o sea «el mismo perro con distinto collar», sólo que un poco más «políticamente correctas».

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