El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel no deja lugar a dudas y responde a los rumores sobre si el Guernica puede o no salir del museo con dos palabras: «tema zanjado», no saldrá del Reina Sofía. «También a mí me gustaría tener obras de otros museos en éste», añade Borja-Villel frente al Guernica, el mismo día en el que Telefónica ha instalado un robot de nueve metros con el objeto de desarrollar el estudio más exhaustivo realizado hasta la fecha sobre el estado de conservación de esta obra icónica y universal, gracias a la utilización de la tecnología más avanzada y la experiencia de los mejores expertos. Todo ello sin necesidad de tocar el cuadro y con la intención de poner los resultados a disposición de todo tipo de públicos mediante las herramientas multimedia más innovadoras.
El Guernica es al Reina Sofía como las Meninas al Prado
El Guernica de Pablo Picasso es una obra propiedad del Estado Español, adscrita a la Colección Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, organismo autónomo dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, como su obra más valiosa y emblemática.
La división entre las colecciones del Reina Sofía y del Museo del Prado, fijada en el Real Decreto 410/1995, del 17 de marzo, establece un diálogo entre el pasado, el presente y el futuro de nuestro país.
La entrada temporal de obras contemporáneas en museos pensados para albergar pintura antigua o viceversa proporciona una imagen visual de la Historia especialmente enriquecedora por lo que se ha generalizado el préstamo de obras entre museos, instituciones o particulares.
Se entendería la idea de un Gran Museo Nacional con distintas sedes, pero, ¿es necesario? ¿Supondría una mejora para nuestro patrimonio? Los rumores que circulan tanto en tertulias como en medios de comunicación se han acrecentado con unas declaraciones de Miguel Zuagaza con motivo de su décimo aniversario al frente del Prado, cogidas por los pelos, en las que afirma que a Picasso le hubiera gustado ver su obra más emblemática en este museo. Pero esta decisión quebraría el equilibrio actual entre ambas instituciones, que no sólo afectaría a la definición misma del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, sino que arrastraría a otras instituciones y museos.
Tres informes avalan su permanencia en el Museo Reina Sofía
Su delicadísimo estado de conservación y su gran formato impide todo tipo de traslado fuera del Museo, según los expertos, razón por la cual esta obra nunca ha sido prestada a institución alguna. Y esa situación no ha cambiado. El museo se encarga de la conservación de la obra, siguiendo unos protocolos muy estrictos sobre su mantenimiento. Pero, sobre todo, el Guernica es la obra central en la colección del Museo Reina Sofía.
Haciéndo memoria podemos recordar los tres informes sobre el estado del Guernica suscritos por Jorge García Gómez-Tejedor, Jefe del Departamento de Conservación y Restauración, del Museo Reina Sofía, otro firmado por Ubaldo Sedano, Restaurador-Jefe del Museo Thyssen-Bornemisza y un tercer informe suscrito por Pilar Sedano sobre el movimiento en sala del Guernica del 23 de mayo al 4 de junio de 2006.
Pilar Sedano, gran conocedora y una de las mayores expertas en restauración y conservación tanto de pintura antigua como moderna y contemporánea explicaba a RevistaDeArte en una entrevista realizada en 2007 que «El Guernica tiene un estado de conservación muy precario. En los años 50 sufre una intervención bastante importante donde se le incluye cera desde la parte de atrás. El mal estado de conservación se logró paralizar pero no solucionar. Hay muchas zonas de la pintura que están hoy en día sujetas a una intervención. No conviene estar moviendo el cuadro, precisamente, por su delicado estado de conservación. Tanto el soporte como la capa pictórica.
El último viaje del Guernica fue un corto recorrido de 20 metros dentro de la planta que lo albergaba para remodelar la sala en la que se exhibía. Para evitar que el cuadro estuviera en medio de esta obra se decidió desmontar el cuadro y llevarlo a la sala contigua, para mantenerlo en las condiciones de humedad y temperatura adecuadas. El movimiento se realizó estirado, evitando enrrollarlo tal como se hizo para facilitar su traslado desde Nueva York en septiembre de 1981.
María Jesús Burgueño
no, el gernika no se moverá del reina sofia.
todo el mundo le quiere, que hagan una réplica y todos contentos, pero que dejen el original donde está, que está muy bien allí. por favor, estamos en una grave situación y me parece inmaduro estar luchando por la posesión de un cuadro, hay cosas más urgentes de que preocuparse.
el prado, siempre será el prado, con gernika o sin él, pero el reina sofia le necesita como icono representativo de la historia del siglo XX. que es su razón de ser.
elena asins
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