El Guernica es al Reina Sofía como las Meninas al Prado
El Guernica de Pablo Picasso es una obra propiedad del Estado Español, adscrita a la Colección Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, organismo autónomo dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, como su obra más valiosa y emblemática.
La entrada temporal de obras contemporáneas en museos pensados para albergar pintura antigua o viceversa proporciona una imagen visual de la Historia especialmente enriquecedora por lo que se ha generalizado el préstamo de obras entre museos, instituciones o particulares.
Se entendería la idea de un Gran Museo Nacional con distintas sedes, pero, ¿es necesario? ¿Supondría una mejora para nuestro patrimonio? Los rumores que circulan tanto en tertulias como en medios de comunicación se han acrecentado con unas declaraciones de Miguel Zuagaza con motivo de su décimo aniversario al frente del Prado, cogidas por los pelos, en las que afirma que a Picasso le hubiera gustado ver su obra más emblemática en este museo. Pero esta decisión quebraría el equilibrio actual entre ambas instituciones, que no sólo afectaría a la definición misma del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, sino que arrastraría a otras instituciones y museos.
Tres informes avalan su permanencia en el Museo Reina Sofía
Su delicadísimo estado de conservación y su gran formato impide todo tipo de traslado fuera del Museo, según los expertos, razón por la cual esta obra nunca ha sido prestada a institución alguna. Y esa situación no ha cambiado. El museo se encarga de la conservación de la obra, siguiendo unos protocolos muy estrictos sobre su mantenimiento. Pero, sobre todo, el Guernica es la obra central en la colección del Museo Reina Sofía.
Haciéndo memoria podemos recordar los tres informes sobre el estado del Guernica suscritos por Jorge García Gómez-Tejedor, Jefe del Departamento de Conservación y Restauración, del Museo Reina Sofía, otro firmado por Ubaldo Sedano, Restaurador-Jefe del Museo Thyssen-Bornemisza y un tercer informe suscrito por Pilar Sedano sobre el movimiento en sala del Guernica del 23 de mayo al 4 de junio de 2006.
El último viaje del Guernica fue un corto recorrido de 20 metros dentro de la planta que lo albergaba para remodelar la sala en la que se exhibía. Para evitar que el cuadro estuviera en medio de esta obra se decidió desmontar el cuadro y llevarlo a la sala contigua, para mantenerlo en las condiciones de humedad y temperatura adecuadas. El movimiento se realizó estirado, evitando enrrollarlo tal como se hizo para facilitar su traslado desde Nueva York en septiembre de 1981.
María Jesús Burgueño
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