Hasta finales de los años setenta del siglo XX no era habitual, sino prácticamente norma obligada, que los obispos publicasen cualquiera de sus escritos pastorales en editoriales religiosas. Cuando algunos comenzaron a descubrir canales no convencionales, abiertos al público general, la transmisión de su mensaje ocupó las estanterías de las librerías, compitiendo con otros escritores y participando así de un potencial desconocido hasta entonces. Ya nada volvió a ser igual. Estar al frente de una diócesis implica desde hace muchos años saber escribir bien, porque si algo claro tienen los pastores es que las ovejas –valga la metáfora- ya no van a los templos a escucharles, sino que ellos mismos han de salir a buscarlas con voz clara. Pero desgraciadamente, una gran mayoría de las más de siete decenas de purpurados españoles, aun redactando correctamente, no es capaz de escribir un texto cercano o ameno. No sabemos si el problema tiene que ver con la edad media del obispo español, pero lo cierto es que hemos encontrado una curiosa excepción que viene de Solsona, una de las más pequeñas diócesis de nuestro país que cuenta, desde diciembre de 2010, con el obispo más joven de España, Monseñor Xavier Novell.
Sea el lector creyente o no creyente, comprenderá que un libro que se titula Carta a los jóvenes, firmado por un prelado, no se refiere precisamente a cómo se fabrica un Toyota o a la Guerra de los Treinta Años. Un obispo habla, por lo general, de lo que tiene que hablar: de Jesucristo. No de entes de razón, ni bondades naturales de esos pobrecitos chavales a los que exigen mucho, ni de cómo estáis colegas.. Resulta que este obispo, que va por la vida con barba de tres días y apenas supera los cuarenta años, se cree de verdad lo que dice. A lo mejor porque hace poco tiempo que ha sido joven, y no se le ha olvidado. A lo mejor porque está en una de esas diócesis pequeñas donde los problemas también son grandes, pero no salen tanto en los periódicos. O se llevan más discretamente. Quizá porque ha cogido lápiz y papel, perdón, ha encendido el ordenador, y se ha puesto a escribir de verdad cómo cree él –seguramente, como vivió él mismo- que un joven de hoy puede encontrar a Cristo.
Monseñor Novell, el de la barba de tres días, sabe que muchos jóvenes de hoy comienzan haciéndose preguntas, con curiosidad. Una sociedad hedonista les ha hurtado la presencia de Dios. Cuando se descubre a Cristo en una vida, todo cambia: oración, eucaristía, confesión… construyen una fe firme y personal. Y esa fe hay que vivirla de un modo concreto, con un estado de vida que haga al ser humano sentirse plena. Quizá al lector sorprendido que dude del encaje de un libro “religioso” en una página de crítica literaria centrada en arte le sorprenda esta afirmación: pocas veces hemos visto más arte en páginas tan sencillamente escritas. Arte de vida, de coherencia personal. Xavier Novell, Obispo de Solsona, cree que hay alternativas para los jóvenes de hoy. No sólo los del botellón de fin de semana, sino los tristes que estudian sin futuro, sin objetivos personales, faltos de ilusión.
Andrés Merino Thomas
Barcelona, Editorial Espasa, 103 pág.
ISBN: 978–84–670–3707–4
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