El cuerpo como medio para expresar historias y emociones
La exposición que se muestra hasta el 3 de junio en CaixaForum Madrid, transmite el espíritu que impregnó a la compañía y lo hace a partir de la colección excepcional del Victoria and Albert Museum, que conserva gran parte de los vestuarios de los Ballets Rusos –muchos de ellos adquiridos en subastas de Sotheby’s entre 1967 y 1973–, los decorados de seis ballets de Diaghilev y extensas colecciones de diseños, dibujos, grabados, objetos varios y archivos.
Se trata de un legado de excepcional importancia que permite reconstruir el clima de una época de gran efervescencia artística, entre 1909 y 1929.
Prohibido filmar
Aunque algunos de los bailarines actuaron en películas, Diaghilev impidió expresamente que se filmara a los Ballets Rusos, incluyendo cláusulas en este sentido en los contratos que firmaba.
Pablo Picasso, Matisse, Chanel…
El sorprendente montaje creado para la ocasión conduce a los visitantes detrás de la escenografía de las producciones de los Ballets Rusos para que descubran la inspiración, la coreografía, la música y la creación de los escenarios. Pablo Picasso se convirtió en miembro integrante de los Ballets Rusos durante la Primera Guerra Mundial. Un traje que diseño Alexander Shervashidze según un diseño del pintor para Parade, que está presente en la muestra.
La exposición detalla también de qué forma los Ballets Rusos lograron sobrevivir durante la Gran Guerra, separados de sus raíces en Rusia y con poco acceso a las ciudades donde habían actuado antes de1914, y finaliza explicando la década de 1920 –un período en el que Diaghilev ya había alcanzado un gran estatus en la cultura europea–. Se incluye una amplia selección de vestuario de todo tipo: exótico (creados por Léon Bakst para a La bella durmiente y Henri Matisse para Le chant du rossignol), alocados (de Mijail Larionov para Chout y de Giorgio de Chirico para Le Bal) o elegante (los bañadores diseñados por Coco Chanel para Le train bleu, el vestuario de Georges Braque para Zephyr and Flore y el de Marie Laurencin para Les Biches).
Una parte muy importante de la historia de los Ballets Rusos se desarrolló en ciudades como Barcelona, Madrid y San Sebastián, donde tuvieron una extraordinaria acogida y donde la compañía encontró refugio durante los años de la Primera Guerra Mundial.
España desempeñó un papel destacado en la supervivencia y el desarrollo de los Ballets Rusos. El establecimiento de colaboraciones con creadores españoles dio lugar a la presencia española en el contexto artístico internacional más intenso en el primer cuarto de siglo.
Entre 1916 y 1918, cuando gran parte de Europa cerró las puertas a los Ballets Rusos, España fue un estimulante refugio tanto para los bailarines como para el resto de colaboradores artísticos.
Cuando se restableció la paz, la relación con España se mantuvo gracias al apoyo del rey Alfonso XIII, gran admirador de la compañía. En los años veinte, tras largas temporadas de los Ballets Rusos en Montecarlo, Barcelona fue a menudo el primer puerto de anclaje de la compañía para sus giras de primavera.
Como persona, la figura de Diaghilev está envuelta en cierto misterio. Vivió los cataclismos de la Primera Guerra Mundial y de las revoluciones rusas, aunque extrañamente no parece que le afectaran demasiado. Abrazó la modernidad y aprovechó la vanguardia, pero en muchos aspectos era profundamente conservador. Vivió principalmente en habitaciones de hotel, pero convirtió su compañía en una gran familia. Dejó pocas pertenencias personales, pero nos ha transmitido un sorprendente legado de música, danza y arte.
Diaghilev compartía con su familia la pasión por la música y, dado que al comienzo de su carrera fundó la primera revista de Rusia especializada en bellas artes, conoció a numerosos artistas en activo. Cuando el destino lo llevó a París, descubrió allí potencial para revitalizar el panorama de la danza y encargó producciones a los mejores artistas, coreógrafos y compositores para que el arte bailara con la música en los teatros.
Su éxito proviene de la apuesta por la renovación del lenguaje visual, tanto en la coreografía como en la escenografía, y del lenguaje musical. La característica esencial fue la reducción de la danza al cuerpo humano para expresar historias y emociones, de ahí el desarrollo del virtuosismo de sus bailarines.
Datos de interés:
Los Ballets Rusos de Diaghilev,1909-1929
CaixaForum Madrid (Paseo del Prado, 36- 28014 Madrid)
Hasta el 3 de junio de 2012
De lunes a domingo, de 10.00 a 20.00 h.
Temporada musical “Los Ballets Rusos de Diáguilev” en CaixaForum Madrid…
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