La Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid inaugura la exposición Una obra en busca de empatía, bajo el comisariado de Emma Brasó, ganadora de la III edición del concurso ‘Se busca comisario’. Esta muestra es la segunda de las tres que componen el proyecto con el que resultó ganadora.

La exposición examina la relación que se establece entre el espectador y una serie de obras que se proponen reclamar la empatía de quien las contempla. Los trabajos de los siete artistas participantes parecen haber dejado atrás sus autores para comunicarse directamente con el espectador. Se trata de obras que exigen a quien las observa que le entreguen algo de sí mismo con el fin de animarlas, de darles vida.

Los personajes buscan al espectador
En el caso de los personajes capturados en la serie fotográfica Los innombrables, de Francesco Bartoli, éstos andan buscando a alguien que les dé sentido. Cada uno de los rostros se encuentra en transición y sólo quien los observe con atención puede otorgarles la identidad estable que les falta. Lo mismo ocurre con la obra de Almudena Lobera, You remain here/Permaneces aquí, que también exige más que pura contemplación al espectador.

El trabajo de Blanca Nieto, Con los pies fuera del tiesto, consiste en unos muñecos construidos con objetos cerámicos y tierra, que se convierten en extraños seres dotados de humanidad gracias a la proyección de sentimientos por parte del público. En las piezas de Gema Ruperez los títulos son básicos para que se produzca esa transmisión emocional del espectador a la obra.

Objetos humanizados
En el caso de los objetos retratados por Aida Bañuelos en su serie Carácter objetual, son las mesas, sillones y butacas los que parecen haberse adueñado de características y comportamientos humanos, en lo que podría interpretarse como un acto de rebeldía ante el uso utilitario que de ellos se hace.

Por su parte, la artista Maite Camacho, en su vídeo-instalación Sentarse, levantarse, caer, utiliza sillas capaces de evocar volúmenes humanos. Con asientos reales y otros virtuales hace imaginar la presencia de un grupo de personas, como si éstos pudieran interpretar a los cuerpos a los que habitualmente sirven de apoyo.

Por último, Felipe Barragán consigue en su serie Dibujos migratorios, que la figura humana ausente resuene a través de objetos inertes. Los carros, carritos y remolques dibujados posibilitan que el espectador se sienta próximo a los seres migratorios que se ocultan tras sus cosas.

Una obra en busca de empatía
Del 10 de mayo al 30 de junio
Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid
De lunes a sábado, de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas
Avenida de América
Entrada gratuita