El Pabellón de España en Expo Yeosu 2012, dedicada a la conservación de los ecosistemas marinos y su explotación sostenible, abre mañana sus puertas al público para presentar la imagen de un país con cinco siglos de historia de exploración marítima y geográfica y también a la vanguardia en la investigación oceanográfica.
En esta nueva exposición internacional, convocado por Corea del Sur bajo el tema “Por unos océanos y costas vivos”, participan 106 países y los organizadores esperan contar con ocho millones de visitantes. El evento, de tres meses de duración se desarrolla entre el 12 de mayo y el 12 de agosto.
A diferencia de las expos precedentes (Japón 2005, Zaragoza 2008 y Shanghái 2010), en las que Acción Cultural Española (AC/E) construyó su propio pabellón independiente, en Yeosu no se cuenta con un edificio propio, sino que se ha habilitado y dotado de contenidos un espacio de 1.000 metros cuadrados cedido por la organización en el pabellón de participantes internacionales. El pabellón español tiene como vecinos a Dinamarca, Rusia, Israel, Uzbekistán y Estados Unidos. Su diseño es obra del arquitecto madrileño Juan Pablo Rodríguez Frade.
Bajo el lema Expaña explora, el pabellón tiene a la Expedición Malaspina 2010 como hilo conductor del contenido expositivo. Esta iniciativa fue realizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el buque oceanográfico Hespérides de la Armada española y en el Sarmiento de Gamboa, del propio CSIC, conmemorando la expedición científica que entre 1789 y 1794 realizó Alejandro Malaspina, al servicio de la Corona española. Este proyecto, en el que han participado más de 250 científicos, ha permitido recopilar valiosa información sobre el estado de los ecosistemas marinos del planeta
Un contenido expositivo de carecer científico
En la entrada al Pabellón el visitante puede observar un mapamundi con la ubicación de España y de Corea del Sur. Dos penínsulas en extremos opuestos del continente euroasiático. En él aparecen dibujados el primer viaje de Cristobal Colón, los de Elcano y de Magallanes que realizan la primera circunnavegación del planeta a principios del s. XVI y el viaje científico de Malaspina en el s. XVIII, así como el reciente periplo del buque Hespérides. En otra pared se muestran imágenes representativas de España: sus paisajes y costas, monumentos, ciudades, artistas y deportistas famosos.
En la sala siguiente una gran pantalla semicircular describe con una combinación de animación e imágenes reales los viajes de los grandes navegantes señalados anteriormente. Se muestra una reproducción del mapa de Juan de la Cosa (año 1500), que acompañó a Colón y es el más antiguo conservado donde aparece América. Tres vitrinas con instrumentos originales usados en estos viajes y cómo han cambiado desde el siglo XV siglo XVIII y hasta el s. XXI.
En esta parte del hay 640 botellas iluminadas llenas de agua. Representan las más de 70.000 muestras en un recorrido de 42.000 millas náuticas recogidas por el Hespérides el año pasado en todos los océanos del mundo. Tienen grabadas los nombres de los puertos más cercanos y sus coordenadas geográficas.
Instalación del fondo del mar
A continuación se accede a un espacio con una original instalación artística en la que se recrea el fondo abisal, con un muro en el que se simulan especies bioluminiscentes, medusas y plancton que parecen flotar en la oscuridad de la sala.
El último espacio ofrece un nuevo mapa de los océanos y continentes, perfilados mediante puntos de luz, en un nuevo homenaje a la expedición “Malaspina 2010” y al exhaustivo inventario de conocimiento sobre los océanos que ha permitido reunir. El mapa indica algunos de los puntos donde se tomaron las muestras, así como las principales corrientes marinas. También se recogen mensajes sobre el trabajo realizado por los científicos y la importancia del mar como fuente de recursos.
“Nuestro pabellón muestra como España es líder en investigación oceanográfica. Estamos realizando la primera colección global del genoma del océano”, explica la Comisaria, Cecilia Pereira.
“Queremos que el visitante sea consciente de que pertenecemos a la tierra, pero dependemos del mar tal y como expresa el mensaje de despedida al visitante”, añade Pereira al recordar que el ser humano ha viajado más veces a la luna que a las profundidades marina, todavía hoy la zona más desconocido del planeta.