La muestra es un doble homenaje a esta familia de pintores y a José Lázaro Galdiano, su principal mecenas y responsable del reconocimiento internacional de estos artistas, a quienes presentó en exposiciones celebradas en Múnich, Berlín, París y Nueva York.
Las noventa y cinco obras seleccionadas (cincuenta pinturas y cuarenta y cinco dibujos), todas procedentes del Museo Lázaro Galdiano, pretenden, mostrar la personalidad polifacética de Eugenio Lucas Velázquez (Madrid, 1818-1870), cuya obra abarca desde el academicismo de influjo francés que puede apreciarse en los bocetos preparatorios para la decoración perdida del techo del Teatro Real de Madrid, hasta el incipiente “impresionismo” con el que trabajó obras como “La Romería de San Isidro”, pasando por el orientalismo y el romanticismo de sus paisajes, entre los que destaca una de sus obras maestras, “El Desfiladero de Pancorbo”.
Imprescindible en su producción, así como en la de su hijo Eugenio Lucas Villamil (Madrid, 1858-1918), es ese ambiente de majas, chisperos, embozados y chulapas, fantasías demoníacas y escenas de Inquisición, de inspiración goyesca, que muestran pinturas como “La maja”, “La tienta”, “Capea en un pueblo”, “Los Cruzados ante Jerusalén”, “El Sermón: ¡estáis condenados!”, “Capricho alegórico: la avaricia”, “La Libertad guiando a la Iglesia”, “Misa de parida”, “Procesión en la ermita”, “Última hora” o “Contando historias”. Se ha dicho que Lucas Velázquez es un imitador de Goya y debemos reconocer que, aunque para él fue una importantísima referencia, Lucas supo adaptar y personalizar sus obras utilizando un lenguaje propio.
Aspecto fundamental en la personalidad artística de Lucas Velázquez, en la que la exposición también se detiene, es su importante faceta de dibujante, bien apreciada por Lázaro. La muestra ofrecerá al visitante un conjunto representativo de los dibujos que realizó Lucas Velázquez durante sus viajes (paisajes y vistas urbanas de técnica precisa y estilo realista) y una selección de las denominadas “manchas”, paisajes fantásticos realizados con una técnica experimental y dominados por una sorprendente abstracción.
José Lázaro, mecenas de la obra de los Lucas
El gran mérito de Lázaro, fue reunir una buen parte de las obras de estos artistas a los que admiró y a los que “redescubrió” convirtiéndose en su verdadero mecenas. “Después de ver las pinturas de Lucas y de su hijo, el público sabrá valorar a estos artistas y situarlos en el lugar que les corresponde dentro del panorama de la pintura española del siglo XIX”. Con estas palabras José Lázaro valoraba la obra de ambos pintores en el catálogo de las exposiciones que organizó en París (1936) y en Nueva York (1942) dónde presentaba su obra.
Actualmente la Fundación Lázaro Galdiano es una de las instituciones que custodia más obra de Eugenio Lucas Velázquez: cuarenta y tres pinturas y ciento treinta dibujos. De su hijo, Eugenio Lucas Villamil, conserva, quince pinturas, siete dibujos y, además, los lienzos que decoran los techos del palacio de Parque Florido.
Eugenio Lucas Velázquez. Eugneio Lucas Villamil. Colección Lázaro
Del 27 de junio al 4 de noviembre
Torreón de Lozoza. Sala de exposiciones de Caja Segovia.
Plaza de San Martín, Segovia
De martes a domingos, de 18.00 a 21.00 horas.
Sábados y festivos, de 12.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas
Lunes, cerrado
Entrada gratuita
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