Hasta el 16 de septiembre

La exposición ‘El último Rafael’ ha recibido ya más de 250.000 visitantes. Con una media de casi 20.500 visitantes semanales. Diariamente la media ha ascendido a casi 3.000 visitantes, lo que ha representado un 40% respecto al público total que ha visitado la colección permanente del Museo. Tras la clausura el próximo 16 de septiembre en el Museo del Prado la muestra se presentará, entre el 11 de octubre y el 14 de enero de 2013, en el Musée du Louvre de París .

Los últimos años de la trayectoria del maestro italiano son los protagonistas de la exposición. Un “apabullante conjunto de obras tardías de Rafael”, con estas palabras describió la exposición Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, que repasa el periodo de la carrera de Rafael que mayor impacto en el arte europeo posterior alcanzaría.

La exposición arranca en 1513, cuando Rafael ya llevaba trabajando en Roma cinco años decorando las monumentales estancias vaticanas en paralelo a otros importantes artistas italianos como Miguel Ángel. El recorrido presenta el desarrollo pictórico y estético de Rafael al tiempo que se compara su evolución artística final con una selección de obras de sus dos seguidos Romano y Penni.

El último Rafael es una de las exposiciones más importantes dedicadas al artista y su taller, y la primera centrada en sus años finales, etapa de su producción que le convirtió en el pintor más influyente del arte occidental. La muestra expone setenta y cuatro obras en total, de las cuales la mayoría no se han mostrado nunca antes en España trazando un recorrido cronológico por la actividad del maestro, desde el inicio del pontificado de León X (1513) hasta su muerte en 1520, y de la de sus principales discípulos, Giulio Romano y Gianfrancesco Penni,, hasta finales de 1524.

Esta exposición busca delimitar mejor las fronteras entre las obras ejecutadas por Rafael y las realizadas con la participación de sus principales ayudantes, Giulio Romano (h. 1499 – 1546) y Gianfrancesco Penni (h. 1496 – 1528).La muestra empieza en 1513, cuando Rafael ya llevaba trabajando en Roma cinco años decorando las monumentales estancias vaticanas en paralelo a otros importantes artistas italianos, como Miguel Ángel (su principal rival que trabajaba entonces en la Capilla Sixtina) y Sebastiano del Piombo,, primero bajo el pontificado del Papa Julio II y después del Papa León X.

La exposición cuenta con un conjunto histórico de cuarenta y cuatro pinturas, veintiocho dibujos, una pieza arqueológica y un tapiz, procedentes de cerca de cuarenta instituciones distintas. El público puede disfrutar de un recorrido en el que se presenta de forma cronológica y en seis ámbitos temáticos el desarrollo pictórico y estético de Rafael al tiempo que se compara su evolución artística final con una selección de obras de sus dos seguidores Romano y Penni, tanto de las realizadas en vida del artista de Urbino como de las inmediatamente posteriores a su muerte. Esta inédita comparación permite identificar la participación de maestro y alumnos en las obras, así como dilucidar la contribución intelectual y estética de éstos a la obra de Rafael.

Entre las obras más sobresalientes que viajan por primera vez a España destacan el sereno retrato de uno de sus amigos, Baldassare Castiglione (1519), procedente del Musée du Louvre, o el gran cuadro de altar, Santa Cecilia (1515-1516), de la Pinacoteca Nazionale de Bolonia, en el que el espectador puede admirar la singular belleza de sus figuras y la composición armónica y perfecta de las mismas, destreza que el artista logró alcanzar durante su estancia en Roma.

Asimismo, destacan los cuadros del maestro que el propio Museo del Prado conserva de su etapa madura, entre los que se encuentra la gran tabla transferida a lienzo El Pasmo de Sicilia (1515-1516), que se exhibe en la muestra por primera vez tras su restauración.

Imagen: Retrato de Baldassare Castiglione, Rafael. Óleo sobre tabla, 82 x 67 cm. París, Musée du Louvre, Département des Peintures © 2007 Musée du Louvre / Angèle Dequier