El ministro de Educación, Cultura y Deporte asistió al estreno de ‘Yerma’, obra de Federico García Lorca, cuya versión ha sido dirigida por Miguel Narros. Al término de la representación, el Ministro acudió a saludar al elenco artístico, entre los que figuran Silvia Marsó (en el papel de Yerma), Marcial Álvarez (Juan), María Álvarez (vieja pagana) e Iván Hermés (Víctor).
Este drama universal de Lorca, que aborda el estigma de la esterilidad a través del rol de la mujer en la España de principios del siglo XX, estará en cartel en el Teatro María Guerrero hasta el próximo 17 de febrero.
Elogiada por la mejor crítica, desde Unamuno a E. Díez‐Canedo, Yerma (1934) es, tal como la definiera el propio Federico García Lorca (1898‐1936), «la imagen de la fecundidad castigada a la esterilidad» dentro de ese dramático juego universal en el que se mueven las criaturas lorquianas: la oposición entre las fuerzas de la vida, con su destino de libertad, y la opresión que sobre esas fuerzas se vuelca incluso hasta llegar a la muerte.
El rol social de la mujer en un pueblo español a principios del siglo XX parece estar condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva la estructura familiar.
La pieza teatral que se origina en el libro, fue escrita por Federico García Lorca en el año 1924 y puesta en escena por primera vez en Madrid bajo la interpretación de Margarita Xirgu.
En Yerma los prejuicios sociales toman cuerpo en el personaje femenino que da nombre a la obra y van construyendo la narración a través de sus padecimientos y reflexiones.
Yerma, tiene un único proyecto en el que se entremezclan el deseo personal y el mandato social de ser madre. Un matrimonio sin deseo ni amor, un marido estéril, la presencia de un antiguo pretendiente, se combinan para desarrollar un argumento teñido de tragedia y sutil crítica a una identidad femenina intrínsecamente ligada al orden social establecido.
El mismísimo García Lorca calificó la obra como poema trágico y en la que desarrolló con mayor amplitud y relieve un tema central: el de la esterilidad y fecundidad. Yerma, mujer estéril, que lucha desesperadamente defendiendo su verdad, cada vez se vuelve más conflictiva y no cede en ello hasta consumarla. El desenlace final, la muerte del marido, es la última defensa de su sueño imposible y una afirmación rotunda de su destino trágico ante la ciega fatalidad.