La directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu, mostró el apoyo de la Secretaría de Estado de Cultura a la industria de la animación española en el acto de presentación del Libro Blanco del sector. Asimismo puso de relieve la estrecha colaboración entre las administraciones públicas y las empresas del sector para sacar adelante proyectos en unos momentos de enormes dificultades económicas.
En la presentación del Libro Blanco estuvieron presentes: el secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la sociedad de la Información, Víctor Calvo Sotelo; el presidente de FAPAE, Pedro Pérez; el director de la consultoría Rooter, encargada de elaborar el Libro Blanco, Conrado Castillo y el presidente de Diboos –Federación Española de Asociaciones de Productoras de Animación-, Carlos Biern.
Lizaranzu ha dicho del informe hoy presentado que “tiene el gran valor de ofrecer por primera vez, una radiografía comprensiva de toda la industria de la animación en España. Un sector muy dinámico y con gran potencial que desde su origen de producciones para cine y televisión se ha ido extendiendo a campos más amplios como la publicidad, los videojuegos, teléfonos móviles y tabletas”. Se refirió la directora general a la consideración de la animación como vehículo idóneo para transmitir contenidos educativos, así como la generación de empleo que supone, el número de empresas, y a las altas cifras de exportación de estas producciones”
Todos los intervinientes en la presentación del Libro Blanco destacaron la incidencia económica y estratégica para la economía española de la animación, así como su creciente internacionalización, el 70% de las producciones se desarrolla con socios internacionales, y su utilización de avanzada tecnología. Las empresas de animación destinan entre el 12 al 30% de su plantilla a la innovación tecnológica que a su vez repercute en otros sectores.
Finalmente, Teresa Lizaranzu resaltó el esfuerzo realizado por Diboos para la realización de este Libro Blanco, “que marca un camino a seguir para muchos subsectores de las industrias culturales y creativos y nos posibilita poder reflexionar y abordar, conjuntamente con otras áreas de la Administración, las posibles respuestas a las sugerencias y reivindicaciones que se plantean en este informe. Desde la Secretaría de Estado de Cultura, añadió, pensamos también que este modo de trabajar es la manera de afrontar los enormes retos y oportunidades que presentan los nuevos modelos de producción y de negocio que son la seña de identidad de la nueva industria cultural”.