Es Baluard presenta la exposición temporal «Mallorca y la interpretación del paisaje. Obras de la colección de Es Baluard», comisariada por Soad Houman y Catalina Joy. Mallorca, descrita como la «isla de oro» por Rubén Darío o «L’illa de la calma» (la isla de la calma), tal y como la definió Santiago Rusiñol en su conocida obra publicada en 1913, es la protagonista de la presente selección de pinturas procedentes de la colección permanente de Es Baluard.
Realizadas entre 1872 y 1934, las obras seleccionadas muestran la representación del paisaje natural mallorquín (en especial, la Sierra de Tramuntana: Bunyola, Deià, Valldemossa, Sóller, Pollença) y el entorno urbano de la ciudad de Palma de Mallorca, reflejando las dos corrientes artísticas vigentes en la isla.
Romanticismo
La exposición consta de casi una treintena de pinturas realizadas entre 1872 y 1934 por 19 artistas: Ricard Anckermann, Hermen Anglada-Camarasa, Francisco Bernareggi, Pedro Blanes Viale, Llorenç Cerdà, Tito Cittadini, Vicenç Furió Kobs, Joan Fuster Bonnín, Joan Antoni Fuster Valiente, Antoni Gelabert, Sebastià Junyer Vidal, Eliseu Meifrèn, Joaquim Mir, William Degouve de Nuncques, Cristòfol Pizà, Antoni Ribas, Francesc Rosselló, Santiago Rusiñol y Joaquín Sorolla.
Con la llegada del siglo XIX, la isla de Mallorca se convirtió en uno de los destinos escogidos por escritores y artistas no sólo de España sino también del extranjero. Con la consolidación del romanticismo en Europa, caracterizado por la exaltación de la naturaleza y el gusto por el exotismo, surgieron los libros de viajes, que contenían descripciones detalladas de los lugares visitados, generalmente acompañadas de ilustraciones realizadas por el propio autor o por terceros, siempre a partir de sus indicaciones.
Hermen Anglada-Camarasa, Pi de Formentor, c. 1922, Es Baluard Museu dÔÇÖArt Modern i Contemporani de Palma. Dip+¦sit Col-Àlecci+¦ Ajuntament de PalmaVisión idílica de la isla
Las Islas Baleares, alejadas del fenómeno de la Revolución Industrial y de la modernización que ésta supuso, mantuvieron prácticamente intacto su territorio, hecho que fomentó una visión idílica de Mallorca en Europa, tal y como reflejaron, por ejemplo, la escritora George Sand, que viajó en 1838 acompañada de Frédéric Chopin y que posteriormente publicó Un invierno en Mallorca; el Archiduque Luís Salvador de Habsburgo-Lorena y su vasta obra de carácter enciclopédico, Die Balearen. In Wort und Bild geschildert, publicada en Leipzig entre 1869 y 1891; o Gaston Vuillier en Les îles oubliées. Les Baleares, la Corse et la Sardaigne, obra publicada en Francia en 1893.
En el ámbito artístico, el contexto mallorquín en el siglo XIX se encontraba vinculado al romanticismo y el realismo francés, con el retrato, el género costumbrista, la pintura de historia y el paisaje como principales géneros, este último defendido como género independiente por el pintor y académico mallorquín Joan O’Neille en su Tratado de paisaje (1862).
Sin embargo, entre los últimos años del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX, destacados pintores procedentes del territorio español y del extranjero recalaron en la isla atraídos por su naturaleza y pusieron las bases de la renovación del género del paisaje. Las diferentes visiones de estos artistas en torno a este género, gracias a los cuales se introdujo el modernismo y el simbolismo en Mallorca, junto con la tradición pictórica mallorquina vinculada al academicismo.
Mallorca y la interpretación del paisaje. Obras de la colección de Es Baluard
Del 2 de febrero al 5 de mayo
Es Baluard. Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma
De martes a sábado, de 10.00 a 20.00 horas
Domingos, de 10.00 a 15.00 horas
Lunes, cerrado
Entrada a exposiciones temporales, 4 euros