cristinaiglesias_logopress05La potente escultura de Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) protagoniza la nueva exposición del Reina Sofía. Una muestra antológica que repasa la trayectoria de la artista donostiarra desde los inicios de su carrera, a mediados de la década de los ochenta, hasta la actualidad. Sin duda una oportunidad única acercarse a su obra y conocer la fundamental contribución que ha hecho a la escultura.

A través de treinta esculturas, algunas de ellas de más de nueve metros de longitud, realizadas en muy diversos materiales (bronce, hierro, cemento, cristal, hormigón…), la exposición quiere subrayar aquellos aspectos sobre los que se fundamenta el trabajo de Iglesias, que permiten comprender tanto la orgánica evolución de su lenguaje, como la maduración de su concepto del espacio y de la práctica escultórica a lo largo de estos años.

Lynne Cooke, comisaria de la muestra, señala que “en la obra de Iglesias, el mundo vegetal rico, envolvente, al que se accede a través de una senda laberíntica, más adecuada para el espectador solitario, se convierte en un refugio exótico, un lugar aislado”.

Recorrido sensorial
Se ha planteado un recorrido más temático y sensorial que cronológico. Cuando el visitante atraviesa las salas, se ve incitado a habitar, deambular por los diferentes caminos y pasadizos que configuran las obras. Esta experiencia laberíntica se ve amplificada por los efectos de luz, por los claroscuros que potencian la propia configuración de las piezas, y por las distintas sombras que se dibujan en el suelo, formando una falsa duplicidad. Prácticamente todas las ventanas de la sala A1, en el antiguo edificio del museo, se han abierto para que entre la luz natural y situar al visitante en el espacio.

cristinaiglesias_logopress03En el inicio del recorrido, una de las primeras piezas que sorprende al espectador es Techo suspendido inclinado, 1997. Con nueve metros de largo por seis de ancho, esta obra transforma de manera sorprendente el espacio. A esta obra le siguen las conocidas celosías donde se puede percibir una influencia de las formas talladas de la arquitectura árabe.

Pozos de agua
En otras obras, el agua es un elemento escultórico más. Esta fascinación de Iglesias por el agua rememora de nuevo la tradición musulmana y las construcciones árabes con sus jardines y sus fuentes. Así ocurre en sus Pozos (2011), realizados con un exterior de granito negro, y que nunca antes se habían mostrado en España. Al aproximarse y mirar dentro, el espectador descubre formas vegetales, hojas, raíces, barro, que permiten que el agua discurra y provoque distintos sonidos según la intensidad del caudal.
Las esculturas más tempranas, realizadas en las décadas de los ochenta y noventa, también están presentes en la muestra. Estas piezas, de dimensiones más reducidas, se caracterizan por la mezcla de materiales tales como alabastro, tapiz, cristal, hormigón o aluminio. Estos materiales dotan a las piezas de mayor trasparencia. Los paneles translúcidos filtran la luz solar y demarcan un espacio sutilmente luminoso.

Cristina Iglesias: Metonimia presenta también una panorámica selección de sus serigrafías en cobre y seda. Estas obras parecen estar impresas en fotografías de instalaciones reales, cuando en realidad representan modelos en miniatura de los trabajos escultóricos de Iglesias, creando una ilusión de profundidad espacial.

Intervenciones en espacios públicos
La exposición dedica un espacio a las numerosas intervenciones que Cristina Iglesias ha realizado a lo largo de los años en espacios públicos y que se recogen a través de la serie de películas llamadas Guided Tour.

En la trayectoria de Cristina Iglesias, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1999 y Premio de Artes Plásticas en la 3ª edición de los Premios Observatorio D’ACHTALL (2011), existen dos hechos cruciales para su proyección internacional. En primer lugar, la ambiciosa exposición The Sublime Void, que tuvo lugar en Amberes en 1993 y que reunió, además de a la escultora española, a 25 artistas de la talla de Gerhard Richter o Kounellis. Otro acontecimiento crucial en la trayectoria de Cristina Iglesias sería su participación, también en 1993, en el Pabellón Nacional de la Bienal de Venecia junto a Antoni Tàpies,

Cristina Iglesias. Metonimia
Del 6 de febrero al 13 de mayo
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
De lunes a sábado y festivos, de 10.00 a 21.00 horas
Domingo, de 10.00 a 19.00 horas
Martes, cerrado