Goya, Watteau, Gainsborough, Boucher, Teniers, Corot, Delacroix, Courbet, Manet, Degas, Sorolla, Sargent, Signac, Van Gogh y Picasso, entre otros, ilustran ese concepto artístico que se forja a mediados del siglo XIX, entre el Romanticismo y el Realismo.
En ese momento cuando se empieza a valorar por encima de todo la libertad creativa del artista, aunque ésta conlleve su fracaso ante el público o su marginación frente a la sociedad. La pintura, la literatura, la prensa, la canción, la ópera y el cine contarán las historias de jóvenes talentos, condenados a vivir en la miseria para defender su arte. Estas historias se nutrirán del imaginario colectivo en torno a los gitanos y los vagabundos, que compartirán con los artistas su necesidad de vivir de forma más libre y verdadera. La vida bohemia se convierte así en uno de los grandes mitos de la modernidad.
Así, cuando a mediados del siglo XIX muchos jóvenes artistas rechazan las reglas y son rechazados por el sistema académico, se refugian en las buhardillas y en las tabernas de París. Convencidos incomprendidos por la crítica, compartirán con los tradicionales bohemios una marginalidad y una miseria que será, poco a poco, mitificada como garantía de libertad artística y espiritual.
La Bohème y Montmartre
La popularización de la bohemia viene de la mano de Escenas de la vida bohemia, de Henri Murger, publicada en fascículos en Le Corsaire-Satan entre 1845 y 1849, y su posterior puesta en escena en 1896, en la famosa ópera de Puccini, La Bohème, que consagran de manera definitiva el pequeño mundo de los cafés, de los aspirantes a pintor y de los poetas debutantes.
Ma Bohème, de Rimbaud muestra la vida errante como el camino de la creación. Un par de botas de Van Gogh, se convierte en su testimonio más evidente.
A finales del siglo XIX, la bohemia se identifica con Montmartre. La Butte se convierte en el centro de la vida artística nocturna en torno al cabaret Chat Noir, Le Lapin Agile y el Moulin de la Galette. Todos los artistas sienten su influjo. También los artistas españoles se sentirán profundamente atraídos por este mundo creativo sublime y melancólico.
El mundo gitano
Desde su llegada a Europa hacia 1420, los gitanos ejercieron una enorme fascinación entre pintores y escritores. Numerosos mitos y leyendas popularizaron tópicos en torno a este colectivo. Muchos artistas desde el siglo XVIII trataron a las gitanas como personajes pintorescos que anunciaban el cortejo. En la obras de Teniers, Morland o Gainsborough vemos paisajes donde los gitanos ayudaban a poner la nota pintoresca pero, además, encarnaban una nueva armonía entre el hombre y la naturaleza.
Durante el Romanticismo los temas españoles cobraron un enorme prestigio entre los artistas en París. Buena muestra de esta tendencia son las dos obras de John Singer Sargent, Campamento gitano y El baile español, que muestran la fascinación por nuestro país.
El mito tradicional de la gitana ocupó un lugar fundamental. Se impone durante el siglo XIX como símbolo de la provocación, la libertad y la sexualidad. En la exposición se pueden ver obras míticas en las que la imagen de la gitana adquiere diferentes matices que bien se alejan de los estereotipos.
Luces de bohemia. Artistas, gitanos y la definición del mundo
Del 2 de febrero al 5 de mayo
Paseo de Recoletos, 22
Entrada gratuita
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