La edición de ArcoMadrid 2013, que tuvo lugar del 13 al 17 de febrero, cierra con un éxito de ventas inesperado para muchas de las galerías participantes. Podríamos resumir la evolución de la feria ArcoMadrid bajo el lema del “más difícil todavía”. No hay edición exenta de polémica ni de obstáculos que cuestionen el éxito y continuidad de la principal feria nacional de arte contemporáneo.
Este año, la subida del IVA (del 18 al 21% en el caso de los galeristas y del 8% al 21% en el de los artistas) había provocado que el sector afrontara con cierto escepticismo la edición de ArcoMadrid 2013. La catástrofe sobrevolaba todas las expectativas.
Valoración positiva
Afortunadamente, la valoración de gran parte de las galerías consultadas al cierre de la feria, es positiva. Conscientes de la coyuntura económica actual, de la depauperación de una clase media castigada (que si bien nunca fue una gran coleccionista, sí se permitieron en el pasado pequeñas inversiones) y de la subida del IVA aplicado al ámbito cultural, las galerías confiesan que han vendido bien y más de lo que habían previsto.
Sin embargo, estas ventas, a falta de los datos oficiales proporcionados por Ifema, no auguran un renacer del sector cultural y artístico nacional. Al contrario. Observamos, no sin cierta preocupación, cómo muchas de estas ventas han sido realizadas por coleccionistas e instituciones extranjeras, hecho que ha salvado ArcoMadrid 2013 y donde todos los expositores coinciden en destacar el buen hacer del equipo organizativo de la feria y de su director, Carlos Urroz.
Un coleccionismo potente y dispuesto a comprar ha dado ingresos a la feria, al tiempo que sus tipos impositivos cerraban las transacciones. La pregunta, entre stands, estaba en el aire: “¿Hasta cuándo podremos asumirlo?”.
Menos galerías
ArcoMadrid ha ganado en calidad y equilibrio. Menos galerías, 201 frente a las 215 de la edición del 2012, y con una participación de 30 países han dado como resultado una feria que, sin estridencias ni banales espectáculos, ha conseguido la satisfacción de público, crítica, galeristas, coleccionistas e instituciones.
La atención ha estado enfocada exclusivamente hacia la calidad de los trabajos exhibidos. Los stands de galerías como Max Estrella, Chantal Croussel, ADN, Nogueras Blanchard o Juana de Aizpuru fueron una buena muestra de ello.
Y para terminar, no se puede cerrar una edición de ArcoMadrid si, más allá de las valoraciones artísticas y económicas, no atendemos a los tres convencionalismos que año tras año pueblan las noticias de la feria. Uno, la obra más cara: Ivorypress con la pieza de Ilya y Emilia Kabakov, valorada en medio millón de euros; dos, la anécdota: el visitante que derribó la pieza de Bernardí Roig en la Galeria Max Estrella; y tres, la polémica: la perfomance interrumpida de Camila Cañeque.
Beatriz García Moreno
Sobre Arco: Excelente el trabajo y esfuerzo de las galerías españolas. Las alemanas como siempre con propuestas contundentes. Italianas, Austriacas….En fin una depurada feria.
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