La Biblioteca Nacional de España ha adquirido la colección de música y audiovisuales de Antonio Lillo, que consta de soportes sonoros y reproductores, la mayoría del siglo XIX, entre los que se cuentan gramófonos, discos de pizarra, cilindros de cera, discos Aristón, fonógrafos y organillos. Todos estos materiales se encuentran en perfecto estado de conservación.
Según indica José Carlos Gosálvez, Director del Departamento de Música y Audiovisuales de la Biblioteca Nacional de España, “la colección que acabamos de adquirir es muy interesante, tiene piezas muy importantes, como los rollos de papel codificado, que son parecidos a las pianolas, pero muy anteriores. En general, podemos destacar la calidad de los aparatos comprados, porque son de las mejores marcas y están muy bien conservados y en perfecto estado de uso. Todos tienen accesorios originales.”
La intención del Departamento de Música y Audiovisuales es “organizar actos en los que se puedan escuchar los aparatos; serían como una especie de conferencias-concierto, con la intervención de un especialista que explicaría los mecanismos de audición del sonido, la historia de los distintos modelos…»
La colección de música de la Biblioteca Real Pública (1711), embrión de la actual Biblioteca Nacional de España, estaba constituida por obras que pertenecieron a Carlos II y a la reina madre Mariana de Austria, a las que se sumaron los impresos y manuscritos musicales traídos por Felipe V desde Francia (entre ellos, algunos códices medievales) y otras obras procedentes de bibliotecas nobiliarias incautadas durante la Guerra de Sucesión. En este núcleo inicial encontramos ya algunas piezas muy conocidas de la colección musical de la Biblioteca, como los aparatos de afinación de José de Zaragoza, obras de Lully, libro de cánones enigmáticos de Juan de Vado, etc. Los fondos musicales continuaron aumentando con importantes adquisiciones en la segunda mitad del siglo XVIII, especialmente de partituras orquestales y de música de cámara llegadas de París y Londres (Haydn, Pleyel, Cambini, Stamitz, Boccherini, etc.).
Durante el siglo XIX la colección creció de forma espectacular, especialmente tras la promulgación de los decretos desamortizadores, que hicieron ingresar en la Biblioteca muchos libros musicales de conventos y monasterios suprimidos; también tuvieron gran trascendencia para la institución las primeras leyes de Propiedad Intelectual (1847 y 1879) y el decreto de incautación de bienes eclesiásticos de 1869, que hizo posible el ingreso en la BNE de valiosos manuscritos de la Biblioteca Capitular de Toledo. Del siglo XIX son también algunas importantes colecciones privadas de música que hoy se consultan en el Servicio de Partituras, como la biblioteca del infante D. Francisco de Paula Antonio de Borbón, hermano menor de Fernando VII, y la citada colección Barbieri.
La colección de la Biblioteca Nacional de España está formada por todo tipo de documentos relacionados con la música: partituras manuscritas e impresas, libros y folletos de música y musicología, revistas especializadas, grabaciones sonoras y videograbaciones, archivo de la palabra y archivos musicales de compositores, cantantes, libretistas, etc. La colección sigue creciendo con adquisiciones, tanto de fondo moderno como de fondo antiguo, con el objetivo de incrementar el patrimonio musical español.
La mayor parte de la colección de partituras y libros de música de la BNE de los siglos XVI a la actualidad se procesan y consultan en el Departamento de Música. Entre ellos miles de impresos y manuscritos de los siglos XVII y XVIII, con la mejor colección conocida de tonos humanos (obras de Juan Hidalgo, Cristóbal Galán, Carlos Patiño, Juan del Vado, etc.), tratados musicales como los de Gaspar Sanz, Pablo Minguet o José Herrando, abundante música de cámara del siglo XVIII, etc. También conserva una excelente representación de óperas y zarzuelas españolas (autógrafos de Barbieri, Bretón, Chapí, Gaztambide, Arrieta, etc.), música de salón para piano y canto del siglo XIX, casi toda la producción española moderna de partituras, además de una riquísima colección de ediciones críticas y facsímiles de música histórica, de gran interés para músicos prácticos e investigadores, etc.