En el Teatro Pavón hasta el 9 de junio.
Esta obra, escrita en 1605, pertenece a un abundante grupo de piezas de Lope denominadas comedias del amor, por ser precisamente él, en todas ellas, el verdadero protagonista. Amor que no conoce obstáculos, que rompe todas las reglas, que libera todas las potencias del individuo y que, a pesar de los padecimientos que provoca, coloca a los personajes, de la mano del autor, y a nosotros, espectadores, dentro de “la más prodigiosa recreación del mito del paraíso perdido, que no está más acá ni más allá del hombre, sino justo donde el amor lo inventa: en el reino de la poesía” en palabras de Ruiz Ramón.
Nadie escapa a su influencia en ese espacio mágico que es el mesón en el que transcurre la acción y en el que se dan cita personas de diferente edad, condición y estado. Todos viven una suerte de ilusión que transforma sus nombres, sus ropajes, incluso sus identidades. Eran auténticos en sus sueños, libres de la mentira y de la sujeción.
La noche como aliada de los deseos amorosos, como ocultación de los impulsos inconfesables, como esperanza de alcanzar lo inalcanzable mientras los demás duermen. En resumidas cuentas la noche como realización amorosa-sexual al compartir con otro el juego del amor. Esta obra de Lope está impregnada de horas nocturnas desde que el sol se pone hasta el alba. Comienza en un mesón-posada en una ciudad en fiestas y termina a altas horas de la madrugada en ese mismo lugar, abriendo puertas-sorpresa donde nadie parece estar con quien creía estar. Y todo por el despecho de una mujer enamorada que hace y deshace a su gusto para conseguir su objeto de deseo.
Obra plagada de feromonas en un lugar de paso en el que una serie de personajes jóvenes convergen por diversos motivos. Unos como huida de sus actos irracionales motivados por los celos, otros como huida física de la presencia agobiante de quien quiere poseer sin ser correspondido. Y otros, que pasando por allí, terminan enredados en el juego de la seducción; y todos a la búsqueda de un ideal amoroso, que parece inalcanzable, pero en el que pondrán sus esperanzas y anhelos.
Esta obra de Lope tiene todos los ingredientes recurrentes del amor, desde los más elevados hasta los más viscerales. Concepto abstracto del que todos tenemos necesidad. Necesidad de sentirnos deseados, amados, como forma de autoafirmación del yo. Y el que más y el que menos, de joven y de no tan joven, ha tenido la certeza de que en algún momento de su vida se quedó prendado de una mirada, de un susurro, de un gesto inapreciable para los demás pero que queda marcado de por vida en el que lo ha sentido.
En el mesón-posada en el que transcurre la acción, el personaje que encadena la mayoría de los conflictos y tramas fundamentales se llama Lisena; que bajo el disfraz de Inés mueve los hilos de los hombres y mujeres que pueblan ese microcosmos. Y todo con el fin de que Florencio vuelva a colocarla en el centro de su corazón. Lisena se hace pasar por una criada pero no parece una criada. Sus gestos elegantes y su encanto atraerán a los que por allí pasan con sus pensamientos atrapados en otros problemas. Casi todos terminarán en el patio de la posada como gatos nocturnos en celo maullando sonetos a la luna para que les sea propicia. Cita picarona preparada por Inés-Lisena para ridículo de los hombres:”Qué ciertos vienen al puesto.- No hay ave tonta engañada- como el hombre, a nuestro cebo”. Aunque sabe que es una victoria a medias porque allí no está Florencio. Con el fin de reencontrarse con él preparará la traca final, en su deseo de alejarle de Gerarda, su rival; ya que Florencio se ha fijado en ésta. Y de paso jugar un poco con todos: “Mala noche han de llevar- que todos han de cambiar- el amor sabrá con quién”.
A cargo de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. Versión: Daniel Pérez. Dirección: Carlos Marchena. Duración: 1 hora 40 minutos
Lope de Vega. Nació en Madrid en 1562, en el seno de una familia humilde. En 1579 fue desterrado por haber escrito unas sátiras contra la que había sido su amante y contra la familia de esta, Elena Osorio (Zaida y Filis en sus poemas). Más tarde, rapta, con su consentimiento, a la que se convertirá en su primera esposa, la Belisa de sus composiciones, Isabel de Urbina, con la que se instala en Valencia. Allí se fragua la comedia nueva, en la que confluyen la tradición valenciana y el talento de El Fénix y que culminará en obras como El caballero de Olmedo, Fuenteovejuna, El perro del hortelano, Peribáñez y el comendador de Ocaña, El amor enamorado, La dama boba, El mejor alcalde, el rey…
Tras enviudar, vuelve a casarse con Juana de Guardo, pero mantiene al mismo tiempo relaciones con la actriz Micaela Luján, su Camila Lucinda. A partir de 1605 comienza su relación con el duque de Sessa; a cambio de obtener protección económica, el poeta ha de servirle en sus aventuras amorosas como tercero. Vivirá en Madrid desde el año 1610. La muerte de su esposa y de su hijo Carlos Félix le sume en una profunda crisis y Lope, arrepentido de su propensión “al natural” amor- como él mismo decía- se ordena sacerdote en 1614. Sin embargo, dos años más tarde se vuelve a enamorar, esta vez de la joven Marta de Nevares (Marcia Leonarda o Amarilis en sus versos), que morirá pronto, loca y ciega. Las desgracias se suceden en el seno familiar: Lopito muere sirviendo en el ejército, su hija predilecta, Marcela, profesará en las Trinitarias, Antonia Clara se fuga con su amante… Estos últimos años, los del ciclo de senectute, hasta su muerte en 1635, son enormemente fructíferos; de su pluma sale la magnífica tragedia El castigo sin venganza y la fresca comedia Las bizarrías de Belisa.
Lope de Vega destacó por su vitalismo y simpatía, que contrastaba con un carácter envidioso y servil. Es obligado hablar de su capacidad creativa, que le llevó a cultivar todos los géneros literarios, además del teatro, la lírica (Rimas, Rimas sacras, Rimas de Tomé de Burguillos…), la épica (La hermosura de Angélica, La Jerusalén Conquistada…), novelas pastoriles como La Arcadia o de aventuras (El peregrino de su patria)… Aunque su talento no le permitió obtener los favores de la corte, que no veía con buenos ojos las irregularidades de su vida, el legado de su pluma le ha concedido los honores que merecía.
Datos de interés:
La noche toledana, de Lope de Vega
Teatro Pavón (C/ Embajadores,9. Madrid)
Fecha: Del 7 de mayo al 9 de junio 2013
Horario: Miércoles a sábados, 20.00 h.; martes y domingos, 19.00 h. Los lunes no hay función.
Precio único: 20 €. Descuentos: 50 % Jueves día del espectador, 50% mayores de 65 años, 50% familia numerosa. Venta telefónica 902 22 49 49 ( de 10 a 22 h) Precios especiales para grupos: teléfono 91 521 45 33. Venta anticipada en taquillas ( de 11.00 a 18.00 h.) Venta por internet: http://www.entradasinaem.es
Gira La noche toledana
Madrid- Teatro Pavón: 7 may-9 junio
Festival Clásicos en Alcalá: 22-23 de junio
Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro: Julio 2013