Las estrella de la subasta fueron dos lámparas de pie de pájaros de bronce: cada una de ellas se ha subastado por 1.665.500 de euros. Una «chaise longue» de leopardo alcanzó los 421.500 euros; una mesa baja de pájaros en mármol negro y bronce se adjudicó por 1.665.500 de euros. La pieza más «barata» ha sido una bañera de mármol blanco de Carrara, que se vendió por 61.500 euros.
Christie’s Francia subastó el conjunto excepcional de muebles creado por Armand Albert Rateau para los apartamentos de la duquesa de Alba, María del Rosario de Silva y Gurtubay (1900-1934), en el Palacio de Liria de Madrid. Dichos muebles fueron encargados, entre 1920 y 1921, por su marido el XVII duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (1878-1953), muy probablemente con motivo de su boda, celebrada el 7 de octubre de 1920 en la Embajada española en Londres. Estas piezas constituyen una de las más míticas y célebres realizaciones del prestigioso decorador, ebanista y escultor, formado en la escuela de Boulle.
Según la La Casa de Alba, el objetivo de la venta es ayudar al sostenimiento del patrimonio de La Casa, así como conservar y facilitar el mantenimiento de los monumentos históricos de la Casa de Alba, repartidos por distintas partes de España. De la misma forma, apoyar los proyectos de futuro que la familia ha emprendido dentro de una perspectiva nueva, como la exposición «El Legado de la Casa de Alba», organizada en Madrid. Estos muebles son las únicas piezas que quedan de un conjunto destruido durante la Guerra Civil y no forman parte de la colección histórica de los Alba ni guardan ninguna relación con la Historia de España ».
El conjunto forma parte de la famosa trilogía que inicia la carrera independiente que Rateau emprende al instalarse por su cuenta en 1919. Su primera creación será la piscina de los Blumenthal en Nueva York, para la que realiza sus primeros muebles de bronce, seguida en 1920 por la llamada de la gran figura del mundo de la moda Jeanne Lanvin para que le decorara su palacete de la calle Barbet-de-Jouy en Paris y sus casas del Vesinet. Así se inaugura una colaboración entre ambos que duraría cinco años. El encargo del duque de Alba llega muy poco tiempo después.
El duque de Alba, representante de una de las familias aristocráticas más importantes de Europa, cuyos orígenes se remontan a los siglos XIII y XIV, se dirige entonces a uno de los decoradores más elitistas y reputados de su época, que en el apogeo de su arte, a sus 37 años, le va a entregar un trabajo magnífico.
Las creaciones en bronce de Armand Albert Rateau son de una poesía infinita y de una calidad y sutileza excepcionales, hacen referencia a un mundo hedonista, nacido de la imaginación del decorador, que se nutrió de su primer gran viaje en 1914, que le llevaría a Nápoles y Pompeya en compañía de un grupo de amigos, entre ellos el joyero Cartier, para ver los lugares que sacaron a la luz las excavaciones arqueológicas de finales del siglo XVIII. Descubre entonces el mobiliario de bronce expuesto en el Museo Arqueológico de Nápoles, así como los frescos decorativos que cubren las casas de Pompeya y crean unos universos totalmente ilusionistas. No se puede omitir su perfecto conocimiento del estilo clásico, que explotará en los años que pasó con Georges Hoetschel y después con Alavoine, dos referentes imprescindibles de la decoración de su época. Allí, Rateau hará su aprendizaje, los primeros años de su ejercicio profesional y adquirirá rápidamente una reputación muy sólida y también una agenda de contactos sociales que le serán muy útiles cuando se instale en solitario.
Un rasgo principal de Rateau es su gusto por una antigüedad soñada y reinterpretada que probablemente encontró un eco en la sensibilidad del duque de Alba, una personalidad excepcional, político, embajador, gran esteta, intelectual y amante del arte reconocido que elegirá ir de viaje de novios a Egipto, en compañía de Howard Carter, arqueólogo y egiptólogo que poco después descubrirá la tumba de Tutankamón.
Las obras subastadas son sólo una parte, la única hoy existente, del conjunto completo concebido por Rateau para la habitación, el gabinete y el cuarto de baño de la duquesa de Alba, situados en el ala derecha del palacio, destruida en gran parte durante la Guerra Civil española. En 1945, el duque de Alba llamó al célebre arquitecto inglés Sir Edwin Luytens, así como al arquitecto español Manuel Cabanyes, para reconstruir y restaurar el Palacio de Liria.
Sonja Ganne, Directora para Europa del Departamento de Artes Decorativas del siglo XX y Diseño: « Estas piezas, que nunca salieron del palacio, constituyen un precioso y único testimonio de un encargo excepcional que fue hasta hoy un fantasma inalcanzable, sólo conocido por un reducido número de fotógrafías de la época. Nos han llegado algunas raras e impresionantes piezas de bronce: un par de lámparas de pie de pájaros (originalmente, en el cuarto de baño, eran cuatro), una mesa baja de los mismos motivos, de tapa de mármol, un tocador de tapa de mármol irisado y moteado, un canapé de cuellos de cisne de madera tallada y dorada, y un lit de repos con respaldo y reposapiés reclinable de madera dorada y tallada de motivos drapeados y pompones en bronce. Todo ello completado por la bañera de mármol blanco de Carrara incrustada inicialmente a ras del suelo, a imagen de un baño antiguo ».
Armand Albert Rateau decidió reconstruir el cuarto de baño de la duquesa de Alba en el contexto de su participación en la Exposición de Artes Decorativas e Industriales modernas de 1925, que presentará del 1 al 16 de junio en la galería Arnold Seligmann de la plaza Vendôme de Paris. Esta muestra internacional supondrá tal éxito que la asociación americana Modern Decorative Art Loan Exhibition organizará, el año siguiente, una exposición itinerante de una selección de obras de la exposición parisina de 1925 en siete ciudades americanas. En febrero de 1926, será presentada en el Metropolitan Museum de Nueva York, que adquirirá una obra: un tocador idéntico al de la duquesa de Alba. En esta ocasión, el decorador regalará al museo un espejo de mano de bronce con mango de marfil. Ese mismo año, recibirá las insignias de caballero de la Legión de Honor.
En 1965, el príncipe de Polignac, marido de Blanche de Polignac, hija de Jeanne Lanvin, donó al Museo de Artes Decorativas de París el mobiliario de las habitaciones privadas de su suegra, realizado por Rateau en 1920, que utilizó varios modelos idénticos en los encargos de Lanvin y Alba.
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