Mostrar el enorme patrimonio histórico y artístico religioso de Castilla y León era el objetivo con el que comenzaron a andar Las Edades, un proyecto que desde la exposición de las dos Medinas está inmerso en una nueva etapa de la que Arévalo supone su tercer capítulo. La Iglesia ha creado y conservado a lo largo de los tiempos su patrimonio histórico-artístico para ponerlo al servicio del pueblo en orden a su evangelización. Este inmenso patrimonio, muchas veces olvidado, constituyó la base de la Fundación Las Edades del Hombre.
Un oasis para la fe
Ruta de Isabel la Católica
La escapada a Arévalo puede resultar perfecta para descubrir la Ruta de Isabel la Católica ya que, aunque su vida estuvo relacionada con toda Castilla, la comarca de la Moraña y sus alrededores tiene un significado especial. Nació en 1451, en Madrigal de las Altas Torres, donde se conserva su Casa Natal siendo de visita obligada. En la Iglesia de San Nicólas de Bari se conserva la pila bautismal donde fue bautizada. Con muy pocos años se trasladó a Arévalo, donde pasó su niñez. No se conserva el palacio donde habitó, pero toda la ciudad de Arévalo inspira a Isabel la Católica, especialmente su castillo.
Esta relevancia tiene su reflejo en un rico patrimonio arquitectónico, en el que destacan varios edificios monumentales, como el Palacio Real (s. XIII). Ubicado en la plaza Mayor de la Hispanidad, en él vivió, testó y murió Isabel I de Castilla. Declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico, fue sometido a un importante trabajo de rehabilitación y puesta en valor como Centro de Interpretación. Rebautizado como Museo Palacio Real Testamentario de Isabel La Católica, es un interesante espacio de encuentro con modernas herramientas interactivas con la historia de la villa y con la figura de la reina, desde su nacimiento a su muerte. Recibe el nombre de Testamentario porque en 1504 fue testigo del momento en el que Isabel, a punto de fallecer, dictó su testamento y posterior codicilo, o documento complementario. Su interior alberga sus réplicas, así como las de su dormitorio y la del conocido cuadro de Eduardo Rosales (1864), cuyo original se encuentra en el Museo del Prado, que recoge el momento en el que la reina Isabel dicta testamento.
Medina del Campo Villa de las Ferias debe su apelativo a las ferias mercantiles que se han celebrado desde los siglos XV y XVI. Los Reyes Católicos les otorgaron el privilegio de ser ferias generales del Reino y en el Medievo alcanzaron prestigio internacional. A las mismas acudían mercaderes de toda Europa con todo tipo de productos de la época, que se exponían en la plaza Mayor. De obligada visita, ésta mantiene sus originales grandes dimensiones, en ella se encuentra la Casa Consistorial y es un lugar muy agradable para ir de tapas y realizar compras en los establecimientos de sus soportales.
Mención aparte merece el Castillo de La Mota a las afueras de Medina, al otro lado del río Zapardiel, uno de sus edificios más emblemáticos. Es una auténtica fortaleza y una de las mejores conservadas de España. Aunque se construye en distintas etapas, es en la segunda mitad del siglo XV cuando se levanta la Torre del Homenaje de 40 metros de altura, es la más alta de Castilla. En sus estremecedoras galerías subterráneas se encuentra la mazmorra a la que se arrojaba a los prisioneros de guerra. César Borgia y Hernando Pizarro pasaron por aquí, de donde muchas veces nunca más salían. A estos agujeros se les solía llamar también pudrideros.
Comer y dormir
El artista que hace posible esto es Javier Rodríguez, Premio Nacional de Gastronomía 2010 con plato de oro y decenas de premios más y que se codea con sus colegas Ferrán Adriá, Karlos Arguiñano, Carme Ruscalleda o Martín Berasategui, hace una cocina bastante diferenciada de la de estos otros maestros, aunque no rechaza las técnicas de vanguardia. Pero su auténtica especialidad se basa solo, y nada menos, que en la mejor calidad del producto y en una elaboración meticulosa y lenta en horno de leña. Pocos artificios, escaso diseño, nada de química.
Por su parte, Medina del Campo vive hasta finales de año las III Jornadas Gastronómicas «El Lechazo de la Tierra de Medina» en las que se puede disfrutar en varios de los principales restaurantes de la ciudad de un menú con entrante, lechazo, ensalada, postre, pan y vino por solo 25 euros. Una propuesta más completa es la que ofrece el restaurante del Balneario de las Salinas (tel.: 983 804 450 y 620 702 706, www.palaciodelassalinas.es) con el siguiente menú degustación: Entrante de ibéricos y quesos de la Tierra, Ensalada de queso de cabra con frutos secos y reducción de Módena, Sensación de morcilla de Medina, manzana, pasas y piñones, Lechazo asado al estilo de la Villa con patata panadera, Postre de la casa y Vino de la casa. Todo por 35 euros. Complemento perfecto de la comida, antes o después, es un recorrido por su circuito termal. Y para reponer fuerzas, las habitaciones de este hotel-balneario lleno de encanto y elegancia, desde 150 euros la habitación doble con desayuno.
Enrique Sancho
Más información:
www.lasedades.es
www.ayuntamientoarevalo.es
www.medinadelcampo.es
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