La Minotauromachie, un aguafuerte de grandes dimensiones, realizado en 1935, y esencial en la producción del artista malagueño, de hermético significado y del que se realizó una tirada pequeña, es una síntesis iconográfica de todos los motivos que más tarde se recogerán en el Guernica (1937) (el Minotaruro, el grupo central del caballo herido con mujer-torero recostada sobre él, la niña con la vela, las mujeres que contemplan la escena) y que, igualmente, habían sido tratados con anterioridad en multitud de grabados y dibujos.
La Minotauromachie es una obra intensa y uno de los mayores logros de la historia del arte. Picasso consigue captar en esta obra la angustia existencial del ser humano partiendo de situaciones vividas y realidades sentidas personalmente, echando mano de toda clase de recursos formales, de símbolos y figuras de otras generaciones, épocas y culturas, extrapolando una experiencia personal a un lenguaje universal, usando toda clase de recursos formales que pone al servicio de su necesidad de expresión.
En esta obra se dan cita, en torno al espacio taurino, muchos motivos, algunos muy típicos del repertorio iconográfico de Picasso; en esa obra, todas las figuras antes citadas terminan implicadas, de un modo u otro, en una especie de juego, en un enfrentamiento que, aunque se presenta como la eterna lucha del bien y del mal, deja intuir el deseo del triunfo de las fuerzas del bien.
Estampas y grabados
Esta pieza estará acompañada, en esta exposición de verano, de quince estampas de la Suite Vollard dedicadas al Minotauro, figura que desempeña un papel relevante en la iconografía picassiana, junto a documentos y otras obras de carácter literario relacionadas con este emblema, tan célebre como recurrente, de la mitología occidental.
Pablo Picasso (Málaga, 1881-Mougins, Francia, 1973) concedió siempre una enorme importancia a su producción gráfica. Desde muy joven sintió una gran pasión por el grabado, que practicó y experimentó con casi todas las técnicas, desde el aguafuerte, la punta seca y el buril hasta la aguatinta al azúcar. A través de tan diferentes procedimientos, sus estampas fueron adquiriendo cotas muy altas de expresividad y riqueza plástica, que confirman a Picasso como un maestro total de las técnicas calcográficas.
La Minotauromachie (1935): Picasso en su laberinto
Del 17 de julio y 31 de agosto
Fundación Juan March
De lunes a viernes, de 11.00 a 20.00 horas
Sábados, de 11.00 a 14.00 horas
Domingos y festivos, cerrado
Castelló, 77
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