Organizada con ocasión de la conmemoración del centenario del fallecimiento del principal representante español del impresionismo, la exposición Darío de Regoyos (1857-1913). La aventura impresionista reúne en una gran muestra retrospectiva más de 130 obras –entre óleos, pasteles, acuarelas, dibujos y grabados– que dan a conocer las formas de expresión, los intereses temáticos y la evolución estética de su trayectoria. Presenta, además, documentación original con el propósito de poner al día aspectos poco conocidos de su personalidad, sus relaciones profesionales y su perfil biográfico.
La originalidad cromática y la audaz representación de los fenómenos lumínicos y atmosféricos hacen de los paisajes de Regoyos uno de los episodios más innovadores del panorama artístico español del momento. Se suma a ello el contrapunto de los aguafuertes y óleos que representan la tradición cultural española más sombría, que formularía en la estética de la “España negra”. Por otra parte, sus relaciones con pintores, músicos y literatos belgas y franceses, y su activa participación en los círculos artísticos de vanguardia –primero en el grupo L’Essor y más tarde en Les XX– configuran el perfil más internacional de la pintura española de finales del siglo XIX.
De origen asturiano, Darío de Regoyos (Ribadesella, Asturias, 1857–Barcelona, 1913) mantuvo, además, una estrecha relación artística y familiar con el País Vasco a lo largo de toda su vida y desempeñó un papel fundamental en la modernización de la pintura vasca en el cambio de siglo.
Por este motivo el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha producido esta exposición, siguiendo la estrategia de los últimos años de profundizar en el conocimiento del arte vasco a través de exposiciones, publicaciones y nuevas adquisiciones. Para esta ocasión, ha contado con el comisariado de Juan San Nicolás, experto conocedor del pintor.
Tras su presentación en la sala BBK del Museo de Bellas Artes de Bilbao (133 obras), la muestra viajará, en versiones reducidas, al Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (un centenar de obras), a comienzos del año próximo, y, más tarde, al Museo Carmen Thyssen Málaga (cerca de 60 obras). Los tres museos han contribuido a la exposición con obras destacadas de sus respectivas colecciones, a las que se han sumando otras instituciones relevantes, como los Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique, el Musée d’Orsay de París, el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre otros, y numerosas colecciones particulares.
Al catálogo de la exposición aportan textos Juan San Nicolás; Javier Barón, jefe del Departamento de Pintura del Siglo XIX del Museo Nacional del Prado; y Mercè Doñate, hasta este año conservadora de Arte Moderno en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, que actualizan la biografía del pintor y ofrecen un profundo análisis sobre su aportación artística.
Distribuida en diversos ámbitos, la exposición comienza con la etapa inicial de Regoyos, marcada por el descubrimiento de la pintura de paisaje y sus primeros viajes. Continúa con las obras que dedicó al tema de la España negra, y entre ellas su famosa serie de grabados. Le siguen las experiencias puntillista e impresionista, esta última, el hilo conductor de la muestra. Para finalizar, se ha reunido diversa documentación original y retratos del pintor.
DARÍO DE REGOYOS (1857-1913). LA AVENTURA IMPRESIONISTA
Tras unos estudios iniciales en Madrid, Regoyos se trasladó a Bruselas, donde pronto entró a formar parte de los grupos europeos de vanguardia L’Essor y Les XX. Su aprendizaje se enriqueció en contacto con los artistas belgas y franceses James Ensor, Camille Pissarro, Georges Seurat y Paul Signac, y el norteamericano James McNeill Whistler.
A lo largo de su vida realizó numerosos viajes por España, Bélgica, Holanda, Francia e Italia en busca de motivos pictóricos. En 1885 se trasladó a Londres con su amigo el poeta Émile Verhaeren para visitar a Whistler, autor de un retrato de Regoyos hoy desaparecido. Pocos años después recorrió con Verhaeren la geografía española, experiencia que daría origen al libro España negra (1899).
Durante este periodo Regoyos participó habitualmente en muestras colectivas en Bruselas, Amberes, Gante, Ámsterdam, París, Madrid o Barcelona. Por mediación de su amigo Pissarro en 1897 comenzó a exponer individualmente en París. Con el cambio de siglo, se vinculó al grupo de artistas vascos –Manuel Losada, Adolfo Guiard, Francisco Iturrino, Pablo Uranga, Ignacio Zuloaga– que desde Bilbao trataba de renovar el contexto artístico local. En 1907 se desplazó con su familia a Bizkaia y se instaló en Durango y, más tarde, en Bilbao y Las Arenas.
A lo largo de su amplia producción, la pintura de Regoyos tuvo varias etapas. Un primer periodo belga, en el que aparecen retratos y paisajes y el interés por los efectos de luz. Le sigue lo que él mismo denominó la serie España negra, más filosófica y simbolista. Otro periodo está marcado por la técnica puntillista, que conoció gracias a su amistad con los pintores Seurat, Signac y Pissarro.
Está, por último, el Regoyos impresionista, al que la exposición presta especial atención al reunir un importante número de óleos que dan cuenta de las novedades que aportó a la pintura de paisaje de la época.
EXPOSICIÓN DARÍO DE REGOYOS (1857-1913). LA AVENTURA IMPRESIONISTA
Museo de Bellas Artes de Bilbao, sala BBK, 07/10/13–26/01/14
Patrocina BBK Fundazioa
Itinerancia: Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid (18/02/14–01/06/14) y Museo
Carmen Thyssen Málaga (26/06/14–12/10/14)
http://www.museobilbao.com/