Hace un año, las Hermanas de Clausura Clarisas de Chinchón abrieron al público su patrimonio material oculto durante más de tres siglos. Piezas de artesanía, óleos, objetos de decoración, figuras religiosas, vestidos litúrgicos y otros tesoros, tanto por su valor económico como histórico, que por el régimen de clausura de esta Orden han estado apartados en los almacenes del convento. Ahora vuelven a exponerse al público durante tres meses hasta el 8 de Diciembre junto a nuevas piezas restauradas y otras que por cuestiones de espacio no estuvieron expuestas en la primera edición.
Un pedazo de la historia de España entre las paredes de un convento. La cultura y la religión que han regido los designios de un pueblo, de una ciudad y de un país en todo su esplendor, con piezas únicas, de incalculable valor, escondidas entre cuatro paredes desde 1653 bajo las normas estrictas de una Congregación religiosa cuya norma más extendida es el contacto nulo con el exterior. Esto es lo que se encontrará el interesado que decida acercarse a la exposición ‘Los Tesoros de la Clausura’.
“Una exposición que une la historia con la promoción turística del destino. Un pedazo de la histora de la localidad que no solo beneficiará a Chinchón, sino también a los amantes del arte, de la cultura y de la religión, ya que con ‘Los Tesoros de la Clausura’ podrán encontrar piezas únicas con más de tres siglos de antigüedad. Y lo más sorprendente de todo es que hasta hace bien poco nadie externo al convento podía verlas”, ha comentado la Alcaldesa de Chinchón, Luisa María Fernández.
Ubicada en el Convento de las Hermanas de Clausura Clarisas de Chinchón, la exposición muestra piezas de artesanía hechas en materiales preciosos como el mármol o el oro; óleos que adornaron estancias y capillas; objetos de decoración o de culto, como la tabla del Divino Pastor del pintor Alonso del Arco, una urna-sagrario de plata que fue regalo de dote de las Descalzas Reales de Madrid, ternos de Damasco con los escudos bordados de los Condes de Chinchón, a la par Virreyes del Perú; figuras religiosas como las esculturas en mármol blanco del mausoleo de los V Condes de Chinchón; vestidos litúrgicos; e incluso estancias monumentales dentro del propio convento con un alto nivel arquitectónico.
Rehabilitaciones de espacios que han perdurado durante el tiempo gracias al cuidado y la custodia de varias generaciones de Hermanas –actualmente viven nueve en el Convento- que han pasado lances dramáticos como la Guerra de la Independencia o la Guerra Civil española, así como por la labor de los restauradores que han modernizado estancias como la Iglesia del propio Monasterio, el Claustro conventual y el Coro bajo, lugares por donde transita la visita a esta exposición.
Una muestra que estará abierta desde el 12 de Octubre hasta el 8 de Diciembre, y que supone una ocasión única y limitada que merece la pena ver, ya que puede que estas piezas vuelvan a guardarse otros tres siglos más…