Si hubo un fotógrafo de pura cepa ese fue Diego González Ragel. Heredó el oficio de su padre, su vocación, su sentido de la estética y la pericia necesaria para el retoque fotográfico. Nació Ragel en 1893 en Jerez y en 1911 ya se trasladaba a Madrid, donde trabajó un par de años en el estudio de Antonio Cánovas, Kaulak.
De aquella época es su conocido retrato de Joaquín Sorolla en la Playa de la Malvarrosa, publicado en ABC en 1923 atribuyéndolo a Kaulak. Dos años después emigra a Buenos Aires donde da sus primeros pasos como reportero gráfico. De vuelta a Madrid, se establece con su hermano Carlos, ilustrador y pintor además de fotógrafo en un estudio de la calle Torrijos. Fue en este tiempo cuando Ragel se consolida como fotógrafo y su firma aparece en las principales revistas ilustradas: La Esfera, Mundo Gráfico y Nuevo Mundo.
En 1923 muere su padre, fecha que coincide con el inicio simbólico de una nueva etapa. Si sus primeras obras reflejan el mundo de los caballos, los retratos y las escenas costumbristas, ahora se deshace del rigor pictorialista y va hacia una fotografía más espontánea y vital en la que la acción y el movimiento cobran protagonismo. De ahí que se especialice en el reportaje deportivo.
Ragel. Madrid interrumpido, editado por Temporae, tiene una autora de excepción, María Santoyo, bisnieta del fotógrafo. La obra incluye casi 200 fotos que esta joven ha rescatado del archivo familiar. Instantáneas que retratan la España de 1915 a 1950 en la que se palpa la mirada crítica de este gran fotógrafo, testigo y fiscal de la realidad capturada. Una selección de fotos única en la que se palpa la técnica y sensibilidad del gran Ragel.
Ragel. Madrid interrumpido
María Santoyo
9788415801092
24×21 cm, rústica con solapas
200 imágenes
204 páginas
19,90 €
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