El Museo del Prado presenta “Las Furias. De Tiziano a Ribera”. Una muestra, patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado, que ilustra el nacimiento, evolución y ocaso del tema de las Furias desde su irrupción en el arte europeo, a mediados del siglo XVI, hasta finales del siglo XVII.
La exposición incluye veintiocho obras, entre las que destacan un dibujo de Miguel Ángel procedente de la Royal Collection de Londres, y pinturas de Rubens, Rombouts, Glotzius, Assereto, Rosa o Langetti. El Museo del Prado aporta sus ejemplares de Tiziano y Ribera y el Ticio encadenado de Gregorio Martínez, adquirido en 2011.
Todas estas obras ilustran el porqué del éxito de las Furias durante 120 años, cuando los gobernantes las eligieron como alegoría política y los pintores como un vehículo privilegiado para representar la dificultad máxima en el arte, tanto en su vertiente formal (eran enormes figuras desnudas en escorzos inverosímiles) como expresiva, como epítome de la representación del dolor.
Se conoce como Furias a cuatro personajes de la mitología clásica: Ticio, Sísifo, Ixión y Tántalo, que figuraban entre los muchos condenados que poblaban el Hades grecolatino. Fue sin embargo en el Renacimiento cuando estos personajes cobraron entidad como conjunto.
Su irrupción como tal en la historia del arte se fecha a mediados del siglo XVI y fue responsabilidad de María de Hungría, hermana de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, quien solicitó en 1548 a Tiziano cuatro grandes lienzos con estos personajes para su palacio en Binche, a las afueras de Bruselas. La elección del tema respondía a intereses políticos, pues las Furias, eternamente castigadas por desafiar a los dioses, simbolizaban a los príncipes alemanes que se había rebelado contra Carlos V y a quienes éste había derrotado en 1547.
Las Furias, como conjunto, disfrutaron de notable protagonismo en los 150 años posteriores, durante los cuales asumieron diversos significados además del político inicial. Desde finales del siglo XVI, tanto en los Países Bajos como en Italia, se consideró un tema idóneo para ilustrar tanto la dificultad máxima en el arte (eran enormes figuras desnudas de poderosa musculatura en complicados escorzos), como para representar el dolor extremo, asunto muy afín a la sensibilidad barroca.
El objetivo de la exposición es mostrar el nacimiento, evolución y ocaso de este tema en el arte europeo entre 1550 y 1700 a través de una veintena de obras de artistas italianos, flamencos, holandeses y españoles, entre los que figuran el citado Tiziano, Miguel Ángel, Cornelis van Haarlem, Rubens, Ribera, Salvator Rossa o Langhetti. Las diversas obras se distribuirán en torno a una copia del Laoconte, exemplum doloris por excelencia y fuente de inspiración declarada de la mayoría de estos artistas.
La exposición será comisariada por Miguel Falomir, jefe del departamento de pintura italiana y francesa del Museo y autor del catálogo que la acompañará.
Del 21 de enero al 4 de mayo de 2014