¿Quién trabajaba en ese museo? ¿Quién lo visitaba? ¿Qué se aprendía en él? ¿Cuál era su gran empeño? Echamos la vista atrás para dar respuesta a estos interrogantes y para comprobar si hemos cambiado mucho en estos 100 años o si, por el contrario, seguimos siendo en esencia tal como éramos.
El Museo Nacional de Artes Industriales
Educación para el fomento de las Artes Industriales
El museo fue, ante todo, un lugar donde aprender. Sus colecciones, su biblioteca y sus talleres estaban dedicados a promover la cultura artística y técnica de las artes industriales. Lo especulativo y lo manual, lo bello y lo útil, se conjugaban para formar el espíritu humano y para modernizar la producción artesana e industrial. Como resultado, se preveía una mejora de las condiciones de la vida de los ciudadanos y el acrecentamiento de la riqueza del país. Esta vocación formativa tuvo su germen en el SouthKensington Museum (Londres), hoy Victoria&Albert.
El museo constituyó una pieza más de un vasto y brillante programa pedagógico que pretendía la reforma nacional a través de la enseñanza. Lo concibieron y promovieron la Institución Libre de Enseñanza y otros organismos públicos y privados que apostaban por el progreso.
Las salas de exposición: un libro abierto
Objetos de piedra, metal, madera, cerámica, marfil, concha, cuero, tejidos y artes gráficas constituyeron las primeras colecciones. Ordenados en series, mostraban los procesos de concepción artística y de ejecución técnica de cada especialidad.
El trabajo en el Museo
Organizaron una innovadora sección dedicada a la “pedagogía de las artes industriales”, que impartió talleres, cursos y conferencias, y organizó las que se denominaron “series técnicas”, secuencias de procedimientos para realizar esmaltes translúcidos, bordados, batik, tarso (decoración polícroma de la madera) y talla. Y formaron exposiciones itinerantes, llamadas “viajeras”.
Notables especialistas colaboraron en estas actividades. Francisco Pérez-Dolz, catedrático de la Escuela de Artes y Oficios, pintor y especialista en tejidos, difundió la técnica del batik. Gregorio Muñoz Dueñas, director de las escuelas de cerámica de Manises y de La Moncloa, realizó dibujos para las series decorativas.
Europeizar España y españolizar Europa
Lo primero se consiguió estudiando los materiales y las técnicas autóctonos, a la vez que incorporando la moderna tecnología europea; lo segundo, indagando en las variadas raíces culturales hispánicas y combinándolas con las novedades proporcionadas por las Arts & Crafts, el Modernismo y, muy tímidamente, por las primeras Vanguardias.
Conservar lo que servía a los antepasados se convirtió en la base de nuestro progreso. Esa cultura sin edad, esa conciencia colectiva, esa marca nacional de raigambre noventayochista, capacitó a las industrias españolas para incorporar elementos foráneos más modernos. La fórmula, difundida por el museo, tuvo éxito.
El Museo en la Exposición Internacional de 1925
Celebrada en París, estuvo dedicada a las artes decorativas e industriales. La aparente modernidad del Art Nouveau y del Art Déco se topó con la ruptura de Le Corbusier y el Constructivismo ruso. Aunque el museo se alineaba con los primeros, su principal aporta ción fue presentar su modelo pedagógico.
C/ Montalbán, 12. Madrid
De martes a sábado de 9:30 hs. a 15:00 hs.
Domingos y festivos: De 10:00 hs a 15:00 hs.
Apertura vespertina (de 17:00 a 20:00 hs): jueves
Cerrado: Todos los lunes
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