El Museo de Santa Cruz es la sede, junto a los llamados Espacios Greco, de la mayor exposición jamás realizada de la obra del pintor: la Sacristía de la Catedral de Toledo, la Capilla de San José, el convento de Santo Domingo el Antiguo, La Iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tavera. Estos espacios conservan los lienzos originales, lo que ofrecerá a la exposición un carácter único e irrepetible fuera de Toledo.

Aunque parezca sorprendente, nunca se ha realizado una exposición sobre el Greco en Toledo. En 1902 se celebró la primera muestra sobre el artista en el Museo del Prado y, desde entonces, la figura del pintor se ha dado a conocer a través de exposiciones en el mundo entero, pero nunca en Toledo, su ciudad.

Obras de toda su carrera

Esta exposición parte de la actividad del Greco antes de llegar a España, de Candía y Venecia a Roma, con la mirada puesta en su primera formación como maestro pintor en Creta y su paulatina apropiación de los modos occidentales italianos, a la sombra de Tiziano, Tintoretto, Giorgio Giulio Clovio, Miguel Ángel y otros artistas italianos de lienzos o estampas.

Pondrá un importante énfasis en su labor como retratista, la única con la que obtuvo fama y el reconocimiento de sus clientes contemporáneos, incluso a pesar de su contraste con el tipo de retrato vigente en la España de Felipe II.

Se presentará al Greco como pintor de imágenes devocionales en España, vinculándose esta actividad con sus estrategias comerciales y su tendencia a la réplica seriada de sus composiciones, así como a la difusión final de las mismas a través de la estampa, medio que le permitía ampliar su oferta y diversificar sus clientes.

Además, en España desarrolló sus capacidades escenográficas evolucionando como artista, de pintor a inventor y pintor de retablos complejos y pluridisciplinares en los que diseñaba su arquitectura y sus esculturas, lo cual le exigió un nuevo aprendizaje, transformándolo en un artista plural.

Espacios Greco

Sacristía de la Catedral: Una auténtica pinacoteca presidida por El Expolio de Cristo

​A finales del siglo XVI se construye, por Vergara el Mozo, la Sacristía. En su bóveda, un grandioso fresco de Lucas Jordán, que representa la Descensión de la Virgen en la imposición de la casulla a San Ildefonso, y en la cual podemos contemplar el autorretrato del autor en la última ventana del lado izquierdo.

Al fondo, destaca el cuadro llamado El Expolio de Cristo, que pintó en ese mismo lugar en 1587 por encargo del Cabildo, está enmarcado en un retablo de mármol y bronce realizado en 1798, que sustituyó al realizado por el mismo Greco y del que se conserva solamente un grupo escultórico con la Imposición de la casulla.

El Greco, entre otros grandes maestros

Toda la sala es una auténtica pinacoteca con cuadros de los más importantes pintores, como son: El Greco, Caravaggio, Tiziano, Van Dick, Orrente, Tristán, Goya, Morales y José Ramos.

En uno de los laterales, se halla el sepulcro de alabastro romano del Cardenal D. Luis de Borbón, obra de Salvatierra en 1824. Junto a la Sacristía se encuentra la llamada sacristía arzobispal, con obras de pintores como Rivera, Bassano o Bellini entre otros, y más adelante, dos salas completan estas dependencias con vestiduras litúrgicas realizadas en Toledo entre los siglos XV y XVII.

Iglesia de Santo Tomé: El entierro del Conde de Orgaz

​Aunque data del siglo XII, la iglesia fue reedificada y ampliada a principios del s. XIV por el gran benefactor de la parroquia, Gonzalo Ruiz de Toledo, Señor de Orgaz.

​En el interior, en una capilla con acceso directo desde la calle, se conserva el lienzo conocido como Entierro del Conde de Orgaz, obra maestra del Greco. El cuadro fue encargado al artista por el párroco de la iglesia, Andrés Nuñez de Madrid, en 1586, para la capilla funeraria del noble mecenas de la institución.

La obra relata, dos siglos y medio más tarde, la escena del milagro ocurrido en las exequias del noble castellano, en dos planos bien diferenciados. El primero es el de los acontecimientos terrenales, con una soberbia galería de retratos y en el plano superior «el cielo abierto en gloria» con los seres celestiales.

En el primero dominan los detalles y el cuidado puesto en captar la psicología de los personajes retratados. En el segundo un incipiente expresionismo anuncia las fórmulas más tardías del pintor.

Capilla de San José: El retablo más innovador del Greco

El rico comerciante toledano Martín Ramírez cedió unas casas a Santa Teresa con el fin de fundar en Toledo el quinto convento del Carmelo descalzo. Su muerte interrumpió este propósito y sus herederos decidieron construir en dicho lugar una capilla bajo la advocación de San José, con trazas de Nicolás de Vergara y consagrada en 1594. ​Concebida como oratorio privado con función funeraria, acoge a ambos lados del altar mayor los sepulcros de los fundadores.

Los retablos y pinturas de su interior fueron encargados al Greco en 1597. En el retablo central, considerado como el más innovador de los realizados por el Greco, se muestran los dos únicos lienzos originales del pintor que hoy se conservan en ella, San José con el Niño y, en el ático, una Coronación de la Virgen.

​Los cuadros de los retablos laterales, San Martín y el mendigo y la Virgen con el Niño, Santa Inés y Santa Martina, fueron adquiridos a comienzos del siglo XX por la National Gallery de Washington. Ambas obras han llegado de Estados Unidos para formar parte de la Exposición El Griego de Toledo, y se exponen en el Museo de Santa Cruz.

La capilla de San José, de propiedad privada, pertenece desde su origen a la misma familia, hoy los Marqueses de Eslava, y mantiene intacto su ambiente original tal como El Greco la decoró en su momento.

Convento de Santo Domingo el Antiguo: Las primeras obras del Greco en Toledo

​El Convento se fundó en el s. XII y es uno de los más antiguos de Toledo, lo que da origen a su nombre. De sus diversas transformaciones en el tiempo, el Greco participó en la renovación de sus retablos cuando Diego de Castilla, deán de la Catedral, le encargó en 1577 los del altar mayor y laterales de la iglesia. Fue el primer encargo de su etapa toledana, donde el artista manejó el lenguaje plástico aprendido en Italia con una expresión personal que fue creciendo al compás de su estancia en la ciudad.

El Greco diseñó los tres retablos, siendo el central posteriormente modificado por Monegro, y pintó para ellos nueve lienzos, siete en el retablo mayor y dos en los altares laterales. En la actualidad se conservan en su ubicación original los lienzos de San Juan Evangelista y San Juan Bautista en el retablo mayor y La Resurrección de Cristo en el altar lateral derecho.

​Los demás lienzos, hoy sustituidos por copias, se conservan en las siguientes instituciones: el lienzo central La Asunción de la Virgen en el Art Institute de Chicago, San Benito y La Trinidad en el Museo del Prado, La Adoración de los Pastores en la colección Banco Santander, una Santa Faz de la colección Juan March y el San Bernardo se encuentra en el Museo del Hermitage.

A su muerte, el Greco fue enterrado en una cripta del convento pero más tarde su hijo retiró los restos.

Hospital Tavera: El Bautismo de Cristo, la obra inacabada del Greco

Fundado extramuros de Toledo, en torno al sepulcro de su fundador el Cardenal Tavera, obra excepcional de Berruguete, el también llamado Hospital de Afuera fue construido entre 1541 y 1603, con trazas de Alonso Covarrubias y más tarde de Bartolomé Bustamente.

El edificio es propiedad de la Casa de Medinaceli y en su interior se encuentra el Museo Fundación Duques de Lerma con parte de las colecciones artísticas de dicho linaje.

En su iglesia se conserva el retablo dedicado al Bautismo de Cristo, único recuerdo del último proyecto emprendido por el Greco, contratado en 1608 por el administrador del Hospital, Pedro Salazar de Mendoza, para hacer el retablo mayor y los colaterales de la capilla, dedicada a San Juan Bautista. El proyecto no llegó a terminarse por la muerte del pintor.

En el museo se conservan otras obras destacadas del Greco como La Sagrada Familia con Santa Ana, Retrato del Cardenal Tavera, San Francisco en oración, una versión de Las Lágrimas de San Pedro y una talla de Cristo resucitado.

Logopress - Editor

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