En concreto, los trabajos llevados a cabo han permitido la restauración de 139 pinturas y 15 esculturas y piezas de arte de artes decorativas. Además, 36 obras sobre papel han recibido tratamientos de conservación.
Así mismo, en apoyo a la actividad de restauración, el Gabinete de Documentación Técnica ha examinado 89 obras a través de técnicas como la radiografía y la reflectografía infrarroja, y se han estudiado 76 piezas en el Laboratorio de Análisis del Museo, cuyos resultados permiten seleccionar los sistemas de limpieza más adecuados y facilitan información sobre la composición de los materiales originales y los añadidos posteriores.
Entre las intervenciones llevadas a cabo gracias a la colaboración de la Fundación IBERDROLA en 2013, cabe destacar:
Adán y Eva, de Pedro Pablo Rubens
La restauración de esta obra ha consistido en la limpieza del reverso para eliminar las deformaciones causadas por la acumulación de suciedad, la eliminación de las capas de barnices antiguos, el estucado de las lagunas de color y la reintegración de la capa pictórica. De esta forma, se ha recuperado el vibrante color de Rubens y toda la variedad de sutilezas técnicas, al tiempo que la escena vuelve a tener profundidad. Tras su intervención, el cuadro se ha reintegrado en la exposición permanente junto con la obra de Tiziano del mismo nombre en la que se inspiró durante su estancia en Madrid en 1628 y 1629.
San Jerónimo escribiendo, de José de Ribera
La intervención llevada a cabo en San Jerónimo escribiendo ha permitido reparar los bordes dañados por humedades e insectos, eliminar los barnices oxidados y limpiar toda la superficie pictórica, recuperando planos espaciales y la corporeidad del santo. El cuadro llegó al Museo del Prado en septiembre de 2012 procedente de la Casa-Museo Colón de Las Palmas de Gran Canaria, donde fue depositada en 1940. Los estudios realizados han permitido identificar a José de Ribera como autor de este lienzo, previamente atribuido al valenciano Esteban March. La obra se expone en las salas dedicadas al naturalismo y a Ribera.
Ticio, de José de Ribera
La limpieza llevada a cabo ha permitido recuperar el volumen de la figura del gigante Ticio encadenado y mostrar al espectador el recorrido, la textura y el color de la pincelada de Ribera. Al eliminar los barnices sucios y opacos, se ha incrementado la profundidad de los fondos, lo que ha devuelto la intensidad y fuerza de la obra barroca original.
Martirio de Santiago, de Francisco de Zurbarán
La cuidadosa restauración ha permitido eliminar anteriores intervenciones que habían cubierto gran parte de la pintura original, de 1640. De esta forma, se ha recuperado el color y el volumen tan propio del artista, reordenando el espacio y la coherencia narrativa de esta composición monumental repleta de detalles.
La Flagelación, de Daniele Crespi
La Flagelación es uno de los dos únicos oleos con los que cuenta el Museo del Prado de este pintor italiano del siglo XVII. La limpieza de los barnices amarillos a la que ha sido sometido ha devuelto colorido y volumen a las figuras, recuperando toda la carga dramática de la escena. Además, se ha adaptado el marco para cubrir los laterales no originales de la tabla que habían sido añadidos en una antigua intervención. De esta forma, el espectador puede apreciar como los sayones salen del marco, tal como los concibió el artista.
Martirio de San Lorenzo, de Valentin de Boulogne
Valentin de Boulogne está considerado como el más importante de los caravaggistas franceses. Esta obra, realizada en el primer tercio del siglo XVII, decoró una de las bóvedas del Alcázar de Madrid formando grupo junto con otras dos, que desparecieron tras el incendio de 1734. La restauración llevada a cabo ha permitido recuperar el escenario donde el Santo sufre el martirio rodeado de figuras, que han adquirido nuevamente su posición en el espacio. La limpieza progresiva de barnices turbios y opacos ha recuperado la sensación de atmósfera entre las figuras y el juego compositivo entre volúmenes y colores.
Colaboración con el taller de restauración
La Fundación IBERDROLA mantiene una estrecha colaboración con el Museo del Prado desde noviembre de 2010. En su calidad de Benefactor centra su respaldo en el taller de restauración de la pinacoteca, al que la entidad ha dedicado a cierre de 2013 cerca de 1 millón de euros. Esto se enmarca en el firme compromiso de la Compañía con el arte y la cultura como uno de los patrimonios más importantes de la humanidad.
Gracias al apoyo de la Fundación, el Museo del Prado ha acometido en los últimos tres años la restauración de 758 obras de arte. Fruto de esta colaboración ha sido posible la intervención de cuadros tan relevantes como los retratos ecuestres Felipe III, a caballo y Margarita de Austria, a caballo, de Diego Velázquez; El Vino de la Fiesta de San Martín, de Pieter Bruegel el Viejo; San Juan Bautista de Tiziano, y la copia de la Gioconda, entre otras.
El acuerdo de colaboración entre el Museo del Prado y la Fundación IBERDROLA establece, además, la concesión de tres becas de formación e investigación en restauración, dentro del Programa de Becas de la entidad. El objetivo de esta iniciativa es completar la formación de futuros especialistas mediante su participación en el programa de conservación y restauración del Museo.
Los becarios de la Fundación Iberdrola completan directamente su formación con los profesionales del Museo Nacional del Prado trabajando e implicándose diariamente en la dinámica de la Institución. En un futuro, estos profesionales formados al más alto nivel serán una garantía en la conservación de nuestro patrimonio artístico.
Asimismo, la pinacoteca llevará a cabo la renovación integral de su sistema de iluminación con el apoyo de la Fundación IBERDROLA. Este ambicioso proyecto, denominado Lighting the Prado, contempla la sustitución de las actuales lámparas halógenas por otras con tecnología led en todas las salas, de forma que se mejore la calidad de la presentación y la conservación de las colecciones.
Sobre la Fundación IBERDROLA
La Fundación IBERDROLA, que cuenta con Ignacio Galán como patrono fundador y con Manuel Marín como presidente, centra su actividad en cuatro grandes áreas de actuación: formación e investigación, sostenibilidad energética y biodiversidad, cooperación y solidaridad, y desarrollo cultural de los países en los que el Grupo IBERDROLA desempeña su actividad.
Además de su colaboración como Benefactor con el Museo del Prado, en el área de la conservación del patrimonio histórico-artístico la Fundación desarrolla relevantes proyectos como el Plan Románico Atlántico (www.romanicoatlantico.org) y el Programa de Iluminaciones de edificios singulares, bajo el que ha realizado más de 80 actuaciones en los últimos años.
En el área de apoyo a la formación, destaca el Programa de Becas y Ayudas a la Investigación; en el ámbito de la biodiversidad, cabe subrayar el Programa de Migración de Aves (www.migraciondeaves.org); y, por último, en el campo del apoyo a la solidaridad, lleva a cabo el Programa de Ayudas Sociales.
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