Bajo el título «Savage solitude» Oysho se adentra en playas desérticas de arena cobriza y rocas antracita en su última campaña de verano 14. Destaca el uso de la fotografía en blanco y negro en una promoción veraniega junto a las cásicas imágenes de luz y color.
La firma abandona la gran ciudad y sus escapadas a playas de arena blanca y agua turquesa, para hacer una propuesta mucho más salvaje, más atrevida e integrada con la naturaleza.
Karmen Pedaru es la modelo escogida para representar a una mujer atrevida y natural, segura de sí misma, que este verano busca perderse y desconectar, y así redescubrirse en una playa rocosa de arena oscura.
Con prendas de inspiración mediterránea, con colorido marinero y clara predominancia de los estampados, la nueva propuesta de Oysho nos ofrece una amplia gama de vestidos largos, bañadores y bikinis, apoyada fielmente por todo tipo de complementos: pulseras, pareos toalla y cestas de paja como los must de este verano.
La campaña ofrece una amplia variedad de tonos y luces, con un shooting que nos presenta desde un amanecer frío en un pedregoso acantilado, a un cálido atardecer con increíbles puestas de sol.
Disfrutar del mar en soledad, de una forma integrada con la naturaleza, disfrutando de cada una de las prendas con las que una mujer se siente cómoda y femenina.
Disparada en Fuerteventura, Savage Solitude se cierra además con imágenes en blanco y negro que proporcionan una magnífica estampa atemporal.
Oysho asume el reto de ofrecer una mujer mucho más real, actual y adulta en un entorno que determina totalmente la campaña. Un escenario acorde con una propuesta de colección sencilla y funcional que representa la voluntad de la marca: pelo suelto, un cómodo vestido y un bikini para disfrutar de cualquier sitio, a cualquier hora este verano.