El pasado sábado 29 de marzo a las 20:30 se celebró el rito de los apagaones convertido según sus mentores de WWF en un gran evento de movilización social contra el cambio climático. Bajo el lema la Hora del Planeta de WWF se fueron oscureciendo los principales monumentos de todo el mundo. La primera ciudad en quedarse a oscuras este año fue Auckland, en Nueva Zelanda, y la campaña recorrió el planeta hasta la isla de Tahití, en la Polinesia francesa. En total, 160 países apagaron las luces como símbolo de lucha contra el cambio climático.
Lo más llamativo de esta iniciativa es que más allá de la movilización social son las grandes empresas y los países más derrochadores de energía los que han apadrinado este gesto, convertido hoy en moda social de dudosda efectividad. En cualuqier caso un gesto que debería movilizar a los paises desarrollados y a sus ciudadanos los 364 restantes días del año.
‘El futuro es renovable’, ‘Energías limpias, YA’, ‘Usa el poder del sol’, ‘Usa la energía del viento’, ‘No al petróleo en la costa’ son los lemas que formó WWF en la Plaza de Oriente en el PandaPalabra. Así se llamó el reto que asumió este año WWF en Madrid con el objetivo de el objetivo de reunir a más de 500 personas para formar un scrabble gigante frente al Palacio Real.
Este año, WWF logró batir en esta octava edición su propio récord de participación en la campaña la Hora del Planeta, con un total de 160 países en todo el mundo. En España, más de 250 ciudades, entre ellas, todas las capitales de provincia, apagaron sus monumentos más emblemáticos como símbolo de lucha contra el cambio climático.
La Alhambra, de Granada, el Palacio Real de Madrid, el museo Guggenheim de Bilbao, las Murallas de Ávila, el Acueducto de Segovia, la Sagrada Familia de Barcelona, la Torre del Oro de Sevilla o la Basílica del Pilar de Zaragoza son algunos de los cientos de edificios que se oscurecieron durante sesenta minutos para celebrar la Hora del Planeta.
En el mundo se oscurecieron edificios de más de 7.000 ciudades. Entre los monumentos más emblemáticos, destaca la Torre Eiffel, de París, el Cristo Redentor, de Río de Janeiro, las cataratas del Niágara, San Pedro del Vaticano o la Acrópolis de Atenas.
Esta campaña de WWF pretende sensibilizar a la población sobre el grave problema que supone el cambio climático para el planeta. Gracias a este gesto simbólico de apagar las luces durante una hora, millones de ciudadanos, empresas y ciudades se suman a la protesta mundial de la ONG contra el problema del cambio climático.
Muestra de esta implicación ciudadana es que en el cielo de la web www.horadelplaneta.es brillaron miles estrellas de personas que apagaron la luz el sábado. Y más de 1.000 blogs y páginas web se quedaron a oscuras gracias a la iniciativa de Leo Burnett para este año de apagar Internet.
Además del apoyo ciudadano y gubernamental, más de un centenar de empresas e instituciones participaron en esta edición de la Hora del Planeta. La campaña contó con el apoyo especial de Cemusa, Inditex, el Grupo Prisa, RTVE y la Agencia Efe. Además, colaboraron la Fundación Eroski, Tetra Pak y El Corte Inglés. Todas ellas informaron a trabajadores y clientes y apagaron sus edificios y luminosos, al igual que la Casa Encendida se convertió en la Casa Apagada y Telefónica dejó a oscuras su emblemático edificio de la Gran Vía madrileña. Además, todos los Paradores se iluminaron con la luz de las velas, sumándose así a la Hora del Planeta.
- La Hora del Planeta en cifras:
- Más de 160 países y territorios en todo el mundo
- Más de 1.000 blogs y páginas web de España se quedarán a oscuras durante la Hora del Planeta
- Más de 7.000 ciudades en todo el mundo
- Más de 25.000 individuos han puesto una estrella en la web www.horadelplaneta.es
- Más 250 ciudades en España
- Más de 100 empresas en España
- Más de 200 organizaciones e instituciones en España
Creo que sería de interés hacerlo paulatinamente, una vez al mes, después un día a la semana, y para que se notase de verdad, ahorrar en energía una hora al día, así desde luego se notaría. Por otra parte los cambios van bien, nos despiertan de la monotonía.
¡Salud para el planeta!
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