58El Museo de la Academia participa en el Día Internacional de los Museos con un programa de actividades en las que la música dialoga con obras maestras de la colección. Este año el Día Internacional se articula en torno a los vínculos creados por las colecciones museográficas. Además, el viernes 16 se realizarán demostraciones prácticas de la obtención de un vaciado en yeso, y durante la semana se ofrecerán descuentos en la adquisición on-line de estampas, vaciados escutóricos y publicaciones.

Viernes 16 de mayo, 10:00 a 14:00 h.

Demostraciones prácticas de la realización de un vaciado escultórico.
Venta de esculturas en yeso a precios reducidos (hasta el 50%), de las extraordinarias estampas de la serie Monumentos Arquitectónicos de España desde 50€, descuentos en el resto de grabados de los fondos de la Calcografía Nacional, y reducción del 10% en el precio de venta de todas las publicaciones de la Academia.

Domingo 18 de mayo, 10:45 h. Museo, primera planta, sala 19

Benjamin Britten (1913-1976). Metamorfosis de Ovidio, op. 49, para oboe solo
Noemí Álvarez, oboe

En 1951, la oboísta Joy Boughton hizo en el Festival de Aldeburgh el estreno mundial de las seis piezas sobre las Metamorfosis de Ovidio escritas por el más grande compositor británico del siglo XX, Benjamin Britten. La inspiradísima música es muy moderna y, por otra parte, evocadora de la antigüedad clásica y de las escenas pastoriles: no es casual la elección del oboe, el “moderno caramillo”, como vehículo instrumental.

Domingo 18 de mayo, 11:30 h. Museo, primera planta, salón de actos

Johann Sebastian Bach (1685-1750). Trío Sonata en Mi bemol mayor, BWV 525
Víctor Manuel Baena de la Torre, órgano

Las seis Sonatas en Trío (o Trío Sonatas) para órgano, BWV. 525-530, fueron escritas por el gran Johann Sebastian Bach en torno a 1730 y probablemente con la idea de que se ejercitara con ellas su hijo mayor, Wilhelm Friedemann. El título de trío-sonata alude a un claro planteamiento instrumental a tres voces: las dos más agudas a cargo de ambas manos y la grave encomendada al pedal. Música esencial, clara, a la vez sencilla y profunda, música del más alto magisterio.

Domingo 18 de mayo, 12:00 h. Museo, planta tercera, sala 46

Heitor Villa-Lobos (1887-1959). Assobio a Jato, para flauta y violonchelo
Magdalena Blaya, flauta

Paloma García del Busto, violoncheloEn 1950, en Río de Janeiro, el dúo formado por Ary Ferreira e Iberê Gomes dio a conocer Assobio a Jato, obra de Heitor Villa-Lobos, el más representativo músico brasileño y uno de los compositores más prolíficos de la historia de la música. Aunque hizo las estancias europeas de rigor –fundamentalmente en París- y conoció a los grandes compositores europeos que operaban en los años entre guerras (Ravel, Stravinsky, Prokofiev, Varèse…), Villa-Lobos sintió la necesidad de manifestarse como creador hondamente brasileño y extrajo de las ricas tradiciones populares brasileña y amazónica temas, ritmos y modalidades que fueron los elementos sobre los cuales edificaría su copiosa y personalísima obra. El título de Assobio a Jato (que el compositor tradujo al inglés como The Jet Whistle) se refiere al peculiar modo de insuflar el aire que Villa-Lobos pide al flautista para el tercer y último movimiento de la pieza.

Esta composición, del centro del siglo XX, la hacemos sonar rodeada por extraordinarias y variadísimas obras de artistas plásticos contemporáneos españoles. Buena parte de estas pinturas y esculturas son donaciones que, siguiendo una vieja tradición, sus autores hicieron a esta Academia con motivo de su ingreso en ella.

Domingo 18 de mayo, 12:30 h. Museo, planta segunda, sala 32 (Westmorland)

Friedrich Schwindl (1737-1786)
Joaquín Torre Gallego y Joaquín Torre, violines

No es fácil de resumir la peripecia del Westmorland, un navío corsario británico que, repleto de obras artísticas provenientes de Italia, se dirigía a Gran Bretaña y que, en diciembre de 1778, cerca de la costa española, fue abordado por tripulaciones de barcos franceses enemigos. España permitió que el Westmorland llegara al puerto de Málaga, desde donde se dispersó el rico contenido del barco. Pero buena parte de él fue adquirido por Carlos III y pasó formar parte de la colección real, razón por la que el Museo del Prado y este Museo de la Academia de Bellas Artes tienen obras de arte procedentes del Westmorland.

Domingo 18 de mayo, 13:00 h. Museo, planta segunda, sala 26

Joaquín Rodrigo (1901-1999). 3 Piezas españolas, para guitarra
Mabel Millán, guitarra

El más célebre guitarrista del siglo XX, el legendario Andrés Segovia, llevó muy mal el que Joaquín Rodrigo dedicara “a otro” (Regino Sainz de la Maza) el Concierto de Aranjuez, estrenado en 1940, lo cual supuso cierto distanciamiento entre ambos músicos. La situación se enmendó en 1954, cuando el maestro Rodrigo volvió a componer para guitarra sola y para guitarra con orquesta, dedicando ambas obras a Andrés Segovia, quien se prestó a estrenarlas. La mencionada obra para guitarra sola consiste en las 3 Piezas españolas que se nos ofrecen aquí: un elegante Fandango entre lo salonesco y lo popular; una Passacaglia que responde al uso clásico (tema en el registro bajo, variaciones y final fugado); y un brillante y virtuosístico Zapateado como colofón.

Domingo 18 de mayo, 13:45 h. Museo, planta primera, sala 21

Franz Joseph Haydn (1732-1809). Trío Hob. IV, nº 1, en Do mayor, para dos flautas y cello
Magdalena Blaya y Natalia López, flautas
Paloma García del Busto, violonchelo

Goya es el artista más y mejor representado en esta Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de la que él mismo fue “Académico de Mérito” elegido en 1780, “Teniente Director de Pintura” desde 1785 y, finalmente, “Director honorario” nombrado, por aclamación, en 1804. Su reinado pictórico coincidió con el musical de Joseph Haydn, el compositor austrohúngaro que, desde Viena, extendió su enorme influencia a toda Europa. Madrid no fue excepción y, así, desde el compositor Luigi Boccherini –que trabajó al servicio del infante don Luis, hermano de Carlos III- hasta el ilustrado Tomás de Iriarte, pasando por las nobles e influyentes familias Alba, Osuna y Benavente –cuyos miembros fueron retratados por Goya-, todos mostraron una rendida admiración por el maestro Haydn y, en consecuencia, procuraron que su música se escuchase en sus ambientes. Goya formaba parte de ellos y, por lo tanto, la música de Haydn sonó a su alrededor, si bien los gustos del genial pintor nunca se inclinaron hacia el arte los sonidos, cuyo disfrute incluso llegó a ser imposible puesto que la sordera se ensañó con él.

Para esta jornada en la que la música ha enriquecido la visita a las obras de arte contenidas en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, es un buen final juntar los nombres gloriosos de Goya y Haydn haciendo sonar, en una de las salas dedicadas al genial pintor aragonés, la música exquisita, equilibrada y de alto vuelo del maestro del clasicismo vienés, representado aquí por el primero de sus cuatro Tríos para dos flautas y violonchelo, Tríos llamados de Londres porque en el manuscrito, conservado en Berlín, consta la indicación “Londres 1794”. Y fueron dos caballeros ingleses, Lord Aston y Lord Abingdon, flautistas amateurs quienes, seguramente con el propio Haydn al violonchelo, tocaron por vez primera esta bellísima música.