El escritor irlandés John Banville ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014, según hizo público en Oviedo el Jurado encargado de su concesión.
El Jurado de este Premio –convocado por la Fundación Príncipe de Asturias– estuvo presidido por José Manuel Blecua Perdices e integrado por Xuan Bello Fernández, Amelia Castilla Alcolado, Juan Cruz Ruiz, Luis Alberto de Cuenca y Prado, José Luis García Martín, Álex Grijelmo García, Manuel Llorente Manchado, Rosa Navarro Durán, Carme Riera i Guilera, Fernando Rodríguez Lafuente, Fernando Sánchez Dragó, Ana Santos Aramburo, Diana Sorensen, Sergio Vila-Sanjuán Robert y José Luis García Delgado (secretario).
Esta candidatura ha sido propuesta por José Antonio Pascual Rodríguez, vicedirector de la Real Academia Española –Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2000–, y Javier Garrigues, embajador de España en Irlanda.
John Banville nació en Wexford (Irlanda) en 1945. Tras acabar su formación escolar comenzó a trabajar en la compañía aérea Aer Lingus. Entre 1968 y 1969 vivió en los Estados Unidos y a su regreso a Irlanda trabajó en el diario Irish Press, hasta su desaparición en 1995. Entonces fue nombrado subdirector del Irish Times, donde desempeñó también el cargo de editor literario hasta 1999. Desde 1990 colabora asiduamente con The New York Times Review of Books.
Como escritor, ha recibido numerosos elogios a lo largo de su carrera y George Steiner, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2001, lo ha calificado como “el escritor de lengua inglesa más inteligente”. Su primer libro, Long Lankin, una recopilación de relatos cortos, apareció en 1970, seguido por Nightspawn (1971) y Birchwood (1973), sus primeras novelas. Considerado por algunos críticos como el “heredero natural” de Nabokov, su estilo es reconocido por su prosa precisa y el uso del humor negro en boca de la persona del narrador. Con Dr. Copernicus (1976), una biografía novelada del astrónomo polaco, que le valió el James Tait Black Memorial Prize de ficción de la Universidad de Edimburgo, inició una serie de libros sobre la vida de eminentes científicos y sus ideas. Con Kepler (1981), sobre el astrónomo alemán, obtuvo el The Guardian Fiction Prize. Completó la serie con The Newton Letter: An Interlude (1982), que relata la historia de un académico que escribe un libro sobre Isaac Newton y que la cadena Channel 4 TV adaptó para la televisión, y Mefisto (1986), que explora el mundo de los números en una revisión de Dr. Faustus. En 1989 publicó El libro de las pruebas, con el que ganó el Guinness Peat Aviation Book Award, e inició una trilogía que continuó con Ghosts (1993) y Athena (1995), en la que el narrador de las historias es un asesino convicto. El intocable (1997), Eclipse (2000), Imposturas (2002), Prague Pictures: Portrait of a City (2003), El mar (2005), Los infinitos (2009) y Antigua luz (2012) son sus últimas obras. Por otra parte, con el pseudónimo de Benjamin Black inició en 2006 con Christine Falls una serie de thrillers protagonizados por el patólogo forense Quirke; a este le ha seguido The Silver Swan (El otro nombre de Laura) en 2007, The Lemur (2008), Elegy for April (En busca de April, 2011), Muerte en verano (2012), Venganza (2013) y Holy Orders (2013). Benjamin Black ha publicado también La rubia de ojos negros (2014), en la que resucita al detective Philip Marlowe de Raymond Chandler.
John Banville logró con El mar su premio más importante, el Man Booker Prize 2005, el galardón literario más codiciado de los que se conceden en el Reino Unido, y para el que había sido finalista con El libro de las evidencias en 1989. Entre otros reconocimientos que ha obtenido a lo largo de su carrera, además de los ya citados, se encuentran el Allied Irish Banks’ Prize (1973), el Arts Council Macaulay Fellowship (Irlanda, 1973) y el Lannan Literary Award (EE.UU., 1997).
Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Conforme a estos principios, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras se concederá a aquellos “cuya labor de creación literaria represente una contribución relevante a la literatura universal”.
En esta edición concurrían un total de 24 candidaturas procedentes de Argentina, Cuba, Chile, China, Egipto, Estados Unidos, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Mozambique, Reino Unido, Uruguay y España.
Este ha sido el quinto de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su trigésimo cuarta edición. Anteriormente fueron otorgados los Premios Príncipe de Asturias de las Artes, al arquitecto estadounidense Frank O. Gehry; de Ciencias Sociales, al historiador francés Joseph Pérez; de Comunicación y Humanidades, al humorista gráfico argentino español Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino; y de Investigación Científica y Técnica a los químicos Avelino Corma Canós (España), Mark E. Davis (Estados Unidos) y Galen D. Stucky (Estados Unidos).
En las próximas semanas se fallarán los correspondientes a (por orden) Cooperación Internacional y Deportes. El Premio Príncipe de Asturias de la Concordia se fallará el próximo mes de septiembre.
Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con una escultura de Joan Miró –símbolo representativo del galardón−, la cantidad en metálico de 50.000 euros, un diploma y una insignia. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por S.A.R. el Príncipe de Asturias.
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