El último viaje de la fragata Mercedes. Un tesoro cultural recuperado, en el Arquelógico y en el Naval

Día 5 de octubre de 1804. 08:00 de la mañana. Cuatro fragatas españolas, Medea, Mercedes, Fama y Clara, cargadas con los caudales para la Corona española bajo el mando del experto marino don José Bustamante, navegan hacia las costas del Cádiz procedentes de Montevideo. No están a más de un día de alcanzar su puerto de destino.

A la altura del cabo de Santa María, al sur de Portugal, son interceptadas y atacadas por cuatro fragatas inglesas que las esperan dispuestas a detenerlas, a pesar de los tratados de paz existentes entre ambas naciones, convencidos de que los caudales van destinados a Napoleón, su más temido enemigo.

Ante la negativa de los mandos españoles de acompañarles a ningún puerto que no sea español, y sin dar apenas tiempo para dialogar y buscar una alternativa sin derramamiento de sangre, Sir Graham Moore, inicia el ataque.

En medio del inesperado combate, la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes explota violentamente hundiéndose al instante. Al menos doscientas sesenta y cinco personas mueren como consecuencia de la voladura o ahogadas en los momentos posteriores.

La pérdida de esta fragata, en la que también viajaban algunos pasajeros, entre ellos la mujer e hijos del segundo jefe de escuadra, don Diego de Alvear, decanta el combate hacia las naves inglesas que finalmente capturan a las tres fragatas españolas y las conducen como detenidas hasta Gran Bretaña.

Expolio y litigio

203 años después de este histórico suceso, que tuvo como consecuencia directa la declaración de guerra contra Inglaterra en diciembre de aquel mismo año, la empresa “cazatesoros” Odyssey Marine Exploration, localiza y expolia parte del cargamento de esta fragata, trasladándolo en secreto hasta Florida en el año 2007. Más de 500.000 monedas de plata y oro, además de algunos objetos, entre ellos restos del buque, del cargamento, pertenencias personales…, son el rico conjunto arqueológico extraído de aquel naufragio hundido a 1.100 metros de profundidad. Se inicia entonces un largo litigio en el que los tribunales norteamericanos dan la razón al estado Español reconociendo sus derechos sobre dichos bienes y ordenando su inmediata devolución a España.

La exposición: El último viaje de la fragata Mercedes

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ministerio de Defensa y Acción Cultural Española (AC/E) han organizado la exposición El último viaje de la fragata Mercedes para mostrar el patrimonio recuperado de la fragata tras el litigio con la empresa Odyssey, con el objetivo de destacar la importancia de la protección del patrimonio subacuático y dar a conocer el contexto histórico de la época y las circunstancias del hundimiento del buque de la Armada en 1804.

Esta exposición, que cuenta con el patrocinio de la UNESCO, narra la historia de un tesoro, sí, pero de un tesoro cultural cuyo valor trasciende con mucho el peso de la plata o el oro que contiene. Presenta un relato sobre una época concreta de la historia de España, la historia de las relaciones internacionales a principios del siglo XIX, la historia de una fragata en misión de Estado, las múltiples historias de sus tripulantes, de su cargamento, de sus enseres… Pero también, y de manera especial, esta exposición encierra la historia de un expolio de nuestro patrimonio cultural. El expolio de un yacimiento subacuático por parte de una empresa de ‘cazatesoros’ cuyo objetivo era comerciar con nuestro pasado, con nuestra memoria, con nuestro patrimonio.

Por ello, también exhibe la historia de una batalla judicial librada con éxito por España en materia de protección de patrimonio subacuático y de lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales. El discurso—elaborado por las comisarias Carmen Marcos Alonso y Susana García Ramírez, con dirección creativa y museográfica de Carlos León y de Carlos Barrot— se articula en dos sedes, el Museo Arqueológico Nacional y el Museo Naval, que se complementan para ofrecer al visitante, a través de más de dos centenares de piezas procedentes de una treintena de instituciones españolas, extranjeras y colecciones particulares, dos perspectivas de la misma historia, dos caras de la misma moneda, dos formas de abordar el mismo suceso profundizando en cada museo en los aspectos que más dominan y en los que más información pueden aportar. Para ello el discurso expositivo del Museo Arqueológico Nacional está desarrollado desde una perspectiva histórica y arqueológica y, el del Museo Naval, desde una óptica militar, naval y reconstructiva. Aunque, en ambas exposiciones prima, por encima de todo, el elemento narrativo: una historia contada con muchas historias dentro.

Entre el 12 de junio y el 30 de noviembre de 2014 se podrán ver por primera vez documentos clave para la resolución del caso judicial, piezas originales de los siglos XVIII y XIX, testimonios de supervivientes y restos arqueológicos procedentes de la fragata, además de recursos audiovisuales, escenografías, reconstrucciones y modelos a escala que permiten al visitante conocer la historia a través de un viaje al pasado y vivir la experiencia de navegar y combatir en una fragata española de los albores del siglo XIX.

Bajo el subtítulo “Un tesoro cultural recuperado”, el Museo Arqueológico Nacional narra con la mirada centrada en las monedas y el resto de objetos arqueológicos recuperados, la historia común de España y América, la actuación de los protagonistas de la época y del desgraciado suceso, su huella en los archivos, los libros y el arte. Con la batalla legal emprendida por el Gobierno de España como telón de fondo, la muestra incide en la importancia de promover la defensa y salvaguarda del Patrimonio Cultural Subacuático. Objetos de época, documentos históricos clave procedentes de archivos estatales y privados y más de 30.000 monedas, son algunas de las maravillas que se pueden contemplar en esta sede de la exposición.

Desde el punto de vista museográfico, la exposición busca un perfecto equilibrio entre la exhibición de los objetos históricos, las piezas arqueológicas y los documentos originales que sirven de hilo conductor para cada ámbito, y el uso de los recursos expositivos que mejor trasladan los contenidos al visitante: audiovisuales de gran formato, maquetas, escenografías, infografías, efectos de mapping y de iluminación, interactivos, acuarios y realidad aumentada. Todo ello contado a través de las voces y los documentos originales de sus principales protagonistas: José Bustamante, afamado marino que había participado en la expedición Malaspina y que regresa a España tras finalizar su cargo como gobernador de Montevideo; Diego de Alvear, que ve morir a su mujer y sus siete hijos en la explosión de la Mercedes; Graham Moore, comandante de la flota inglesa que ordena el ataque, o Tomás de Iriarte, que contaba con diez años cuando fue testigo del violento combate. Historias dentro de la Historia que convierten esta exposición en una muestra única, cercana, emotiva, épica, llena de anécdotas y detalles históricos y arqueológicos.

Por su parte, el Museo Naval, con el subtítulo “La razón frente el expolio”, presenta las características de la construcción de la Mercedes, su misión, el contexto histórico-militar, las circunstancias que rodearon su naufragio y el combate naval, y muestra la labor de la Armada en la protección al Patrimonio Subacuático y el valor de sus archivos históricos para proteger el patrimonio sumergido. Entre otros fondos, el Museo Naval expone el modelo de la fragata realizado según los procesos constructivos de la época tras un minucioso proyecto de investigación, y los documentos procedentes del Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán firmados en 1802 por Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, y por el Ministro de Marina para la formación de la flotilla española.

Los modelos de dos de las fragatas enfrentadas—la Indefatigable y la Medea— dan paso a un espacio dedicado al combate naval, donde un audiovisual elaborado con infografías muestra al visitante una vista cenital del escenario y relata con detalle la evolución de la batalla hasta la voladura de la Mercedes.

La exposición guarda un especial recuerdo a las víctimas y supervivientes del combate. Junto a un retrato de Diego de Alvear, segundo comandante de la escuadra española, que perdió a toda su familia excepto a su hijo Carlos, aparecen los nombres y empleos de de algunos de los 275 fallecidos.

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