José Ignacio Wert, en su discurso de apertura, se ha dirigido en primer lugar al Rey, Felipe VI, al que corresponde el Alto Patronazgo de las Reales Academias, agradeciéndole el gesto de recibir a los presidentes y directores de estas corporaciones a los pocos días de su coronación. El ministro también ha felicitado, por su acogida, al presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, donde ha tenido lugar el acto de apertura del curso 2014-2015.
El ministro ha subrayado que la reforma educativa que se está llevando a cabo tiene entre sus objetivos “mejorar la formación científica, no solo en conocimientos, también en metodología y experimentación que por primera vez juegan un papel relevante en los currículos”. Y ha destacado: “Este cambio se hace efectivo desde las primeras etapas, pues en Primaria se desdobla «cono» en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, con el fin de dar mayor énfasis a ambas”.
José Ignacio Wert ha incidido en que “este esfuerzo es necesario iniciarlo en edades tempranas pues las pruebas comparativas de la OCDE ponen de manifiesto que nuestros estudiantes ya muestran un rendimiento bajo en ciencias a los 9 años, y que esta deficiencia se mantiene a los 15 años”. A partir de esta edad, ha destacado el ministro, “los estudiantes ya tienen capacidad de elegir, primero el tipo de bachillerato y más tarde en la Universidad el grado que quieren estudiar” y es entonces, ha dicho el ministro, “cuando el rendimiento pobre en Ciencias y Matemáticas en las etapas anteriores conduce a que sean pocos los estudiantes que elijan un Bachillerato de Ciencias y que en el ámbito universitario no solo haya muy pocos estudiantes de Ciencias (poco más de 80.000 el pasado curso), sino que se haya reducido mucho la proporción que representan del total de estudiantes: hace 10 años superaban el 8% y ahora no llegan al 6%.”
Por último, José Ignacio Wert, ha valorado la labor “fundamental” de los profesores: “Ellos tienen en sus manos la posibilidad de transmitir a nuestros estudiantes el entusiasmo por la ciencia, de despertar su curiosidad, de ayudarles a desarrollar formas de pensar «científicas». Solo con su esfuerzo conseguiremos despertar vocaciones científicas en un sector más amplio y, en el resto, un mejor conocimiento de lo que significa la ciencia y unos ciudadanos mejor formados, mejor preparados para analizar la información y más responsables.”