Para José María Lassalle la música “moviliza y conecta emocionalmente a los individuos y, en su versión propagandística, se emplea para la transacción emocional de ideas o convicciones. De ahí que la relación entre la música y la política haya orquestado relevantes episodios históricos”. Con estas palabras ha inaugurado el secretario de Estado de Cultura el II Encuentro sobre canciones políticas que ha organizado el Centro de Estudios Constitucionales y Políticos (CEPC), en torno al cual, en el Palacio de Godoy en Madrid, filólogos, escritores, profesores, periodistas y músicos han debatido sobre la relación entre Música y Política.
“Muchos son los que han hecho uso de la música para movilizar a su electorado, afilando la efectividad de sus mensajes”, ha indicado Lassalle, quien ha puesto como ejemplos el empleo de la música en la campaña electoral de Obama, Clinton o Bush.
El secretario de Estado ha explicado que “España no es una excepción” y ha relatado cómo la música ha estado presente a lo largo de la historia, con ejemplos de la articulación propagandística del franquismo o los cantos a la libertad de compositores e intérpretes como Labordeta, Jarcha, Serrat, Ana Belén o Raimon; hasta llegar a la actualidad con los himnos en las campañas electorales de los partidos políticos.
Esta segunda edición del Encuentro sobre canciones políticas ha estado dedicado al Rock. Lassalle ha puesto en valor este género como elemento movilizador de masas, si bien, ha animado al CEPC a que en próximas ediciones, “como amante del jazz convencido”, aborden la relación del jazz con la política, ya que en el jazz está presente “un componente trasgresor y subversivo” interesante para ser analizado, “en un momento en los que los individuos tenemos que reivindicarnos ante las masas, frente a discursos que pretenden la homogeneización, hay que reivindicar al individuo”, ha destacado el secretario de Estado.