Desde el año 2008, un gran porcentaje de empleados de la institución participa en una semana de revisión con el objetivo de comprobar el estado de las colecciones de la BNE. Un trabajo imprescindible para detectar las incidencias que se puedan haber producido y poder, así, mejorar el servicio.
La Biblioteca Nacional de España alberga alrededor de treinta millones de documentos que tienen que ser revisados para detectar errores de catalogación o problemas de conservación. De ellos, casi cinco millones han sido examinados desde que comenzó la campaña anual de cerrar durante una semana por recuento.
La Biblioteca no solo conserva libros y manuscritos, sino también colecciones de fotografía, mapas, grabados, partituras, vinilos… y todo tipo de soportes sonoros que son inspeccionados de manera muy precisa con el objetivo de actualizar el catálogo y hacer que coincida exactamente con el depósito. También se revisa el estado de conservación de dicho patrimonio. Los profesionales encargados de realizar el recuento diseccionan el fondo documental con una ficha de incidencias que varía en función del tipo de documento.
Además de las actividades específicas del recuento, esa semana se aprovecha también para otras tareas como reorganizar algunas partes de los depósitos, hacer traslado de documentos para un mejor aprovechamiento del espacio o actualizar las colecciones de referencia de libre disposición.
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