La ciudad de Madrid cuenta con un nuevo centro expositivo en el enclave del Centro Cultural Conde Duque. Se trata del Museo Municipal de Arte Contemporáneo que reabre sus puertas mostrando al público en dos salas parte de los fondos de su colección permanente y exhibiendo por primera vez uno de sus fondos más importantes: el despacho de Ramón Gómez de la Serna. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, junto al delegado de Las Artes, Pedro Corral y al director del Museo, Eduardo Alaminos, ha inaugurado este nuevo espacio que reúne algunas de las obras más destacadas del arte contemporáneo español.
«La puesta en valor de este nuevo espacio del Conde Duque añade un nuevo atractivo cultural y turístico para Madrid, que en 2014 alcanzó su récord de turistas con la llegada de más de 8,3 millones de personas a nuestra ciudad», ha señalado Ana Botella. «Creemos en la potencialidad de Madrid como ciudad de interés histórico, cultural y artístico -ha añadido la alcaldesa- y por eso nos hemos marcado como objetivo aumentar el número de visitantes que acudieron a los espacios y actividades culturales municipales, que el año pasado superaron los 5,2 millones».
El museo portátil
Bajo el título genérico de El museo portátil, el Centro Cultural Conde Duque acoge desde hoy dos nuevas plantas expositivas. En la planta primera el espectador podrá ver la muestra El orden de la colección, una selección de los fondos de la colección permanente del Museo Municipal de Arte Contemporáneo que abarca distintas tendencias.
En primera lugar se encuentra una zona dedicada a la abstracción, desde lenguajes geométricos -con obras de Equipo 57, Jorge Oteiza, Jordi Teixidor, Miquel Navarro o Alejandro Corujeira, entre otros- a obras de autores que inciden en la gestualidad como Antonio Saura, Lucio Muñoz, Darío Villalba o Juan Navarro Baldeweg.
También hay una sección dedicada al arte figurativo en su doble vertiente de imagen narrativa, con obras de Francisco Bores, Eduardo Arroyo, o Juan Muñoz; a la iconografía realista y urbana de artistas como Martínez Novillo, Isabel Quintanilla, García Lledó o Javier de Juan. La fotografía también tiene una importante presencia con obras de Bartolomé Ros, Pablo Pérez Mínguez, Chema Madoz, Aitor Ortiz, Ouka Leele o Alberto García-Alix. Finalmente esta muestra se completa con fondos permanentes de la colección de obras gráficas de Torres-García, Luis Fernández, Estampa Popular de Madrid o Luis Gordillo.
El despacho de Ramón Gómez de la Serna
La segunda planta se destina al escritor Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888 – Buenos Aires, 1963), perteneciente a la generación de 1914, y figura central de la vanguardia literaria y artística de los años veinte y treinta del siglo XX en Madrid. En el contexto de sus múltiples realizaciones, destaca la temprana creación de su despacho en los años diez, con objetos adquiridos preferentemente en el Rastro madrileño, pero también en otras ciudades europeas que visitó, e imágenes recortadas de libros y revistas -el llamado por él el estampario- que fueron cubriendo y tapizando paredes y mobiliario, supone una de las creaciones artísticas más singulares de ese tiempo.
Ana Botella ha destacado que «Ramón Gómez de la Serna fue un hombre polifacético, dotado de una extraordinaria personalidad y creador de una de las tertulias más importantes del Madrid del primer tercio del siglo XX, Pombo; pero fue también conferenciante innovador, radiofonista, prolífico dibujante, y un recolector de objetos cotidianos e imágenes recortadas de libros y revistas, que le permitieron construir y reconstruir a lo largo de su dilatada vida un ámbito tan personal y peculiar como sus despachos, simbolizados todos ellos por el Torreón de la calle de Velázquez en Madrid».
De hecho, para construir y reconstruir sin cesar ese entorno, concebido y vivido a lo largo de su vida como un taller que le motivó para realizar una obra en la que es primordial el mundo de la imagen, el escritor se valió de dos dispositivos creados por el arte de las vanguardias: el collage y el fotomontaje. Con esos instrumentos creó uno de los fotocollages más sorprendente del arte de la vanguardia española.
Por ello esta segunda planta del museo acoge una recreación del despacho del escritor, con una enorme cantidad de objetos adquiridos muchos de ellos en el Rastro, enclave fundamental en su vida y en su obra, pero también con otros adquiridos en sus múltiples viajes. Con este despacho, símbolo del vanguardismo del que Ramón fue precursor en el Madrid de su tiempo, Ramón Gómez de la Serna se sitúo en el epicentro de las búsquedas asociadas con el Cubismo, el Futurismo, el Dadaísmo y el Surrealismo, motores de la fascinante modernidad requerida en el campo de la creación, la escritura y el arte del primer tercio del siglo XX.
La construcción de ese entorno le permitió reforzar su psicología personal, estar rodeado permanentemente de su mundo más querido y afianzar su propia imagen. Su contenido enciclopédico abarcaba temas tan diversos como el erotismo, la muerte, lo cómico, los sucesos cotidianos, las patologías, lo fantasmagórico, lo vulgar cotidiano, la iconografía de escritores y artistas así como multitud de imágenes de obras de arte desde la antigüedad hasta los istmos de su tiempo, formando, junto con los numerosos objetos diseminados por el espacio, una cámara de maravillas de la modernidad.
«Recuperamos, pues -ha indicado la alcaldesa- a Ramón Gómez de la Serna para la colección permanente del Museo como pieza central, desde ahora, de sus colecciones y del importante patrimonio histórico-artístico madrileño, y afianzamos aún más a Madrid como capital internacional de la cultura en español».
Actividades paralelas
Con motivo de la inauguración del Museo se ha representado hoy la pieza La Sagrada cripta de Pombo, dramatización escrita por Pedro Manuel Víllora, a cargo de profesores, egresados y alumnos de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), coordinada por Julio Escalada y Margarita Piñero.
Esta misma representación tendrá lugar el sábado 7 y el domingo día 8 de febrero a las 12 y 13 horas en las salas del Museo de Arte Contemporáneo, Conde Duque 9 y 11./