MujeresLas mujeres representan el 48% de la población de la India, unos 672 millones, según el último censo de 2013. La mitad de las mujeres indias están en riesgo de exclusión y más de 175 millones son analfabetas. El aborto selectivo ha impedido el nacimiento de 10 millones de niñas en los últimos 20 años y cada hora muere una mujer por causas vinculadas a la dote.

El 70% son maltratadas por su marido. Cada 20 minutos se produce una agresión sexual con una violencia y un sadismo inusitados y que, en la gran mayoría de los casos, queda impune debido al arraigo de una sociedad machista o a la connivencia entre algunos miembros de las autoridades y los delincuentes. Es, según la ONU, el cuarto peor país donde nacer mujer, después de Afganistán, República Democrática del Congo y Pakistán.

La India es uno de los países con mayor índice de suicidios de todo el mundo, con 21 casos por cada 100.000 habitantes. En 2013, el Gobierno estima que 134.799 personas fallecieron por esta causa, lo que representó un crecimiento del 11% respecto al año anterior. Estas cifras son aún más dramáticas en el caso de las mujeres: es la principal causa de muerte entre las mujeres de menos de 50 años, según Global Burden Diseases.

Las mujeres rurales, las más damnificadas por la presión socioeconómica

Durante el 2014 la Fundación Vicente Ferrer (FVF), atendió 371 casos de suicidio. El 60% de ellos, mujeres. En su mayoría, las presiones por la dote fueron el detonante. La dote es el beneficio económico que obtiene el marido al casarse. En muchas ocasiones éste no se conforma con lo recibido en la boda y utiliza a su esposa para coaccionar a la familia. Esta realidad ha sido tipificada en el Código Penal indio como muerte por dote. Según esta ley, si una mujer muere dentro de los siete primeros años de matrimonio por causas no imputables a enfermedades, su esposo y/o familia puede ser acusada de homicidio. Desde 2010, el Hospital de Bathalapalli de la FVF ha asistido a un total de 1.643 pacientes que atentaron contra su vida. Los métodos más utilizados son la ingesta de henna (tinte) y de pesticidas usados en agricultura. En otros casos eligen organofosforados (matarratas), el más letal de los métodos. En Bathalapalli se tratan de media 35 casos mensuales. La mayoría son mujeres entre 28 y 35 años.

Hasta ahora la India ha sido uno de los pocos países que penalizaba el suicido con multas y penas de hasta un año de cárcel. El ministro del Interior, Haribhai Parathibhai Chaudhary, anunció el pasado 10 de diciembre que se suprimiría el artículo 309 del Código Penal que considera este acto un delito. Aunque el Gobierno del país no facilita cifras oficiales sobre los suicidios frustrados, se sabe que son muchos y de muy variada índole. Mientras en las grandes ciudades el suicidio responde a problemas como depresión y alcoholismo, en la India rural es la expresión máxima de la desesperación y un síntoma de la dureza de las condiciones en la que viven muchos hombres y mujeres. En casos más puntales también es una forma de protesta. Muchas personas atentan contra su vida como muestra de disconformidad ante la autoridad. También son relativamente comunes los suicidios colectivos y las inmolaciones.

“De Mujer a Mujer”, un programa para el desarrollo de las mujeres de la India rural

Para paliar esta situación y reducir el número de suicidios de mujeres como salida a una situación social y económica que les sobrepasa, la Fundación impulsa “De Mujer a Mujer”, un programa para promover el desarrollo de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. El programa persigue dos objetivos principales: sensibilizar a la sociedad sobre la situación de las mujeres indias e implicarla y lograr el empoderamiento y el desarrollo de las mujeres de las comunidades y castas más desfavorecidas.

Para conseguir estos retos, “De Mujer a Mujer” quiere crear la mayor red solidaria de mujeres del mundo. Se trata de una sociedad revolucionaria formada por mujeres en España -socias que aportan el capital, el entusiasmo y la implicación-, y mujeres en la India -que ofrecen su trabajo, su esfuerzo, su experiencia y su dedicación en la lucha por sus derechos-.

Esta red de apoyo se teje a través de los sanghams, grupos rurales de mujeres indias que se prestan asistencia mutua, asesoramiento y gestionan pequeños microcréditos que ayudan a su desarrollo personal y familiar. Estas iniciativas garantizan la igualdad de derechos de miles de mujeres de la India rural discriminadas por razones de género, casta o discapacidad.

“Las mujeres indias se sienten orgullosas de mantener un vínculo con las mujeres en España. Les motiva a seguir adelante en la lucha por sus derechos. Ahora piensan en el futuro con optimismo” señala Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer. Varias mujeres españolas de reconocido prestigio, entre las que destaca la actriz, Silvia Abascal, la directora de Facebook España, Irene Cano, y la Presidenta de Día, Ana Mª Llopis, se han unido a esta red de solidaridad y han visitado la India para conocer de primera mano la realidad de las mujeres de Andhra Pradesh.

Así, han podido ver el día a día de las mujeres destinatarias del programa, la de sus familias, sus quehaceres domésticos o la gestión de pequeños negocios. Además, han conocido a víctimas de violencia de género o discriminación.

Muchas otras mujeres forman ya parte de esta red de apoyo: Luz Casal, Ana Pastor, Blanca Portillo, Maribel Verdú, Teresa Perales, María Garaña y otras muchas mujeres anónimas que apoyan el programa “De Mujer a Mujer”.

Actualmente, dicho programa cuenta con 12.135 socias españolas, que gracias a su participación de 9 euros al mes, han dado la oportunidad a 26.641 mujeres indias para que puedan emprender un pequeño negocio. Según Anna Ferrer, gracias a “De Mujer a Mujer” miles de mujeres en la India han salido de la pobreza, disponen de sus propios recursos económicos, son líderes de su comunidad y han conseguido ganarse el respeto de la sociedad.

¿Cómo colaborar con “De Mujer a Mujer”?

Para colaborar con “De Mujer a Mujer” puedes acceder a la web www.demujeramujer.es o llamar al teléfono 902 222 929.

Foto: © Sofía Moro