La ciudad como una red de personas.- ¡Qué metáfora tan sugerente, una red! Un preciso sistema de nudos convenientemente distribuidos que convierten un manojo de cuerdas en una herramienta formidable. La red fue durante siglos herramienta básica de la cultura marítima que ha modelado Donostia/San Sebastián desde su fundación. Hoy en día, la palabra red sugiere herramientas más contemporáneas: Internet, nuevas tecnologías…
Desde que los primeros pescadores poblaron la parte más recogida del monte Urgull hasta esta época en la que el primer juguete de los bebés donostiarras es el móvil de sus madres y padres, San Sebastián ha sido testigo de acontecimientos y tendencias que han forjado el destino de Europa.
La ciudad fue pionera del intercambio comercial en el Atlántico, gracias al empuje económico de la caza de la ballena, la pesca de altura y el comercio con América. Fue víctima de las guerras napoleónicas, cuyos destrozos dejaron una huella imborrable en su memoria. Y hoy en día constituye todo un referente internacional en el sector cultural, como sede de grandes festivales. Como meca de la buena mesa. Como capital de la lengua más antigua de Europa.
San Sebastián, la ciudad que convenció a las autoridades europeas para que le otorgaran el honor de acoger la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016, presentó al jurado el proyecto Olas de energía ciudadana. Cultura para la convivencia. En aquel entonces, la violencia y sus consecuencias eran una de las primeras preocupaciones de la sociedad vasca.
Hoy en día, cuando sólo quedan unos pocos meses para el año más esperado, otras preocupaciones han tomado su lugar. Un tsunami económico ha batido las costas europeas. Nuevos fenómenos culturales y desafíos económicos y sociales moldean la sociedad. Pero tanto entonces como ahora, el mejor refugio sigue aurrerapena / avance siendo el fomento de una sociedad integrada, abierta, conectada, cultivada. Como una red. Con la mayor humildad, nuestra labor a este lado de la metáfora es la de ayudar a tejer las partes dañadas.
Por eso Olas de energía ciudadana. Cultura para la convivencia sigue siendo el lema de la Capital Europea de la Cultura de San Sebastián 2016. Sí, es un proyecto ambicioso, complejo, cuyo éxito no podrá percibirse en el corto plazo. A diferencia de otras ediciones organizadas por grandes ciudades europeas, nuestro proyecto desea una promoción que trascienda lo turístico, referenciándola como un modelo de convivencia y actividad cultural. No se limita al diseño de una programación de conciertos, exposiciones u otras manifestaciones artísticas. El objetivo es otro: que durante las fases de concepción y desarrollo de cada proyecto se vayan tejiendo conexiones entre personas y colectivos para lograr una sociedad más integrada y un nuevo modelo de convivencia, al que solo llegaremos desde el liderazgo activo de la ciudadanía.
Durante el diseño de los 30 proyectos incluidos en este avance de programación y el resto de los contenidos de dss2016eu se han establecido vínculos, proyectos conjuntos y relaciones entre promotores culturales, asociaciones vecinales, empresas públicas, proveedores privados, centros de investigación, instituciones, organizaciones de carácter social, centros de pensamiento y, cómo no, artistas y creadores de los más diversos ámbitos: dramaturgos, arquitectas, diseñadores, coreógrafas, músicos…
En 2016 se desarrollará la mayor parte de los proyectos, sí. Pero las relaciones entre personas y las redes que se han creado están pensadas para que permanezcan más allá de 2017. Aunque no desaparecerán los temporales, si durante todos los años de preparación, desde que San Sebastián fuera elegida, hemos contribuído a fortalecer nuestra red ciudadana, en hacerla más tupida, el esfuerzo habrá merecido la pena.
(Declaración institucional de Donostia / San Sebastián 2016 como Capital Europea de la Cultura en el programa de presentación de sus actividades).