image002El proceso de restauración de la obra de Dalí y Man Ray, Retrato de Joella, al alcance del visitante del Reina Sofía en la jornada de puertas abiertas.

Salvador Dalí pinta Portrait of Joella (Retrato de Joella, 1933-34) sobre un busto preexistente modelado en escayola por Man Ray, transformándolo en un objeto surrealista de marcado carácter onírico. Durante el montaje de la exposición Paintings by Salvador Dalí en la galería Julien Levy de Nueva York, Joella Levy, que asistía a Dalí en la instalación de los objetos surrealistas, observó el interés del artista en pintar sobre escayola. Eso suscitó que Joella le enseñara el retrato realizado por Man Ray un año antes en París, provocando el entusiasmo del pintor, que se lo llevó a su hotel y lo devolvió totalmente pintado y con el diseño de la vitrina incluido un día antes de la inauguración, el 21 de noviembre de 1934.

En Retrato de Joella confluyen dos personalidades artísticas de primer nivel del surrealismo y una modelo muy particular. Por un lado está Man Ray, pintor, autor de objetos dadaístas y fotógrafo de retratos y moda, que se erigió como el gran representante del surrealismo fotográfico en París, y que, cuando realizó el busto de Joella, se encontraba especialmente interesado en utilizar bustos clasicistas como referente estético de sus composiciones de objetos y figuras. Por otro lado está Salvador Dalí, que en ese momento lideraba la producción de objetos surrealistas y que, con el desarrollo del método paranoico-crítico, había logrado imponer la vía más representativa del surrealismo pictórico, al mismo tiempo que afianzaba, precisamente en Estados Unidos, su exitosa relación con la cultura de masas, y provocaba, en 1934, los primeros enfrentamientos graves con André Breton.

Y finalmente la modelo, Joella Synara Haweis, que era desde 1927 la esposa de Julien Levy, el galerista más influyente de los años treinta en Nueva York y el primero en dedicar una exposición al Surrealismo en Estados Unidos. Joella era hija de la pintora y escritora Mina Loy, por lo que su biografía estuvo vinculada con la vanguardia parisina desde 1923 en que se estableció con su madre en París, donde conoció a Levy, fue fotografiada por Man Ray, y donde vivió hasta 1931, año en el que el matrimonio viajó a Nueva York para inaugurar su galería en el 602 de Madison Avenue.

Man Ray realizó el busto de Joella durante un viaje del matrimonio Levy a París en 1933, con la idea de modelar una cabeza clásica, similar a las que estaba incluyendo en composiciones fotográficas como En pleine occultation de Venus de 1930 (Museo Reina Sofía), que además reflejara fielmente los rasgos, como hizo con su propio autorretrato en yeso incluido en Autoportrait essai de 1934 (Museo Reina Sofía). Sin embargo el busto de Joella no formó parte de ninguna composición fotográfica de Man Ray, y fue Salvador Dalí quien lo transformó en una obra compleja, en un retrato plagado de referencias a su mundo personal y en un objeto surrealista que tenía como antecedente el Buste de femme rétrospectif, de 1933, para el que Dalí utilizó un maniquí de porcelana y el ensamblaje de otros objetos.

La policromía de Portrait of Joella incluye el efecto de trompe-l’oeil de la pared de ladrillos que se contrapone a un paisaje costero con una figura espectral, y una base en la que Dalí versionó uno de sus primeros paisajes surrealistas, la pintura de 1928 titulada Carne de gallina inaugural, que simbolizaba su angustioso temor ante la iniciación erótica. Finalmente el pintor incluyó también otra de sus imágenes más características, las hormigas, que aluden a la fecundidad y a la corrupción biológica que él asociaba con la sexualidad. Retrato de Joella es un objeto surrealista imbuido plenamente de la inquietante significación daliniana. El carácter ambivalente de la escultura la dota de singularidad, ya que combina el retrato con el cual la modelo podía reconocerse, con la serenidad y la belleza asociada a las obras de la antigüedad clásica. (Carmen Fernández Aparicio, conservadora Jefe de Escultura).

PROCESO DE RESTAURACIÓN DE LA OBRA

image003El proyecto de intervención de la obra Retrato de Joella se plantea atendiendo a la problemática del estado de conservación, que presenta cierta inestabilidad en la capa pictórica. La escultura pintada presentaba una inestabilidad en la capa pictórica que provocaba la pérdida constante de pequeños fragmentos. Esta alteración ha ido causando con el tiempo pérdidas en la capa de color que han sido tratadas en repetidas ocasiones, volviendo a surgir el problema.

Por ende, se consideró que la escultura requería un estudio en profundidad de sus materiales y técnicas que facilitasen la metodología adecuada para estabilizar sus elementos y recuperar su aspecto original.

El proyecto de intervención ha constado de tres fases: una de estudio, otra de tratamiento y la dedicada a la redacción de informes.

Fase de estudio

Consistió en un examen analítico completo y estudio documental de la obra que permitió valorar los factores y causas de su deterioro. Para ello, se emplearon diversos métodos de análisis como el estudio multiespectral de imágenes con reflectografía infrarroja, luz ultravioleta, luz visible, rayos X y mediciones de radiancia y reflectancia espectrales.

Primero, se realizó un escáner de la pieza a través de la tecnología 3D más avanzada en diferentes rangos del espectro electromagnético (luz visible, infrarroja y ultravioleta). Esto posibilitó la virtualización de la obra. A su vez, se realizaron secuencias de 360º con luz visible. Esta herramienta de trabajo resultó muy útil, dado que ofreció una información correcta y rigurosa al equipo de restauración antes de acometer la intervención de la pieza.

Para la toma de imágenes, se montó un escenario donde se instalaron cuatro cámaras programadas para disparar simultáneamente y, de esta forma, obtener las siguientes imágenes:

Luz visible: 288 fotografías duplicadas en dos equipos diferentes
Luz Ultravioleta: 288 fotografías duplicadas en dos equipos diferentes
Luz Infrarroja: 288 fotografías en formato digital infrarrojo

Por otra parte, se realizó una extensa documentación fotográfica para la comprensión rigurosa del estado de conservación de la obra, para lo cual se recurrió a las técnicas de examen con radiación visible y no visible:

Fotografías y Macrofotografías con iluminación visible
Fotografías y Macrofotografías con iluminación rasante
Fotografías y Macrofotografías con iluminación Ultravioleta
Fotografía digital infrarroja
Radiografía de Rayos X

A partir de la información obtenida mediante los diferentes estudios fotográficos y técnicos previos, se planteó la metodología de trabajo para abordar el análisis químico de los materiales constitutivos de la obra. El objetivo era conocer mejor dichos materiales y la técnica de ejecución del artista (soporte, aglutinantes y pigmentos), como, así también, permitir identificar los elementos añadidos. Las técnicas instrumentales de análisis utilizadas en este estudio incluyeron microscopía óptica, microscopía electrónica de barrido, espectrometría infrarroja por transformada de Fourier, cromatografía de gases-espectrometría de masas y pirólisis.

Toda la información generada supuso una herramienta fundamental para definir la estrategia y los pasos a seguir en la intervención de la obra.

Fase de tratamiento.-  

Objetivos

Los objetivos de esta segunda fase fueron, primeramente, devolver la estabilidad a los elementos constitutivos de la obra. Esto implicó consolidar el color para preservar el concepto de la escultura y su apariencia estética. El segundo objetivo fue garantizar la resistencia, la estabilidad y el equilibro, tanto del soporte como de la vitrina original, para su futura conservación. En este sentido, fue muy importante asegurar la estabilidad de estos componentes de cara a su traslado, manipulación y exposición. Por último, mediante la información obtenida a través de los análisis químicos, se pudo diferenciar cuáles eran los elementos añadidos en anteriores restauraciones de aquellos originales lo que facilitó la realización de un tratamiento de limpieza de la capa pictórica.

Procedimiento de Intervención

La primera intervención consistió en una limpieza suave de toda la superficie de Retrato de Joella. A continuación, se procedió a eliminar antiguos repintes, es decir, retoques de color no originales aplicados sobre pérdidas de pintura y que se superponían sobre la policromía original. Estos provocaban un cambio de concepto sobre la intención del artista y una distorsión estética.

Una vez efectuada la limpieza, se adhirió la capa pictórica en las zonas donde se habían producido levantamientos o existía riesgo de pérdida. De igual forma, se ejecutó un estucado para recuperar el volumen perdido en ciertas áreas. Para finalizar, se eliminaron las reintegraciones antiguas para después aplicar, nuevamente, a punta de pincel, las pérdidas de la pintura original.

En relación al soporte, se modificó el sistema de anclaje de la escultura a la base de madera de la vitrina. Esta cuestión era primordial dado que involucraba la seguridad de la pieza y, por otro lado, involucraba la importancia del componente original que representaba la vitrina. Por esta razón, se efectuó un sistema de anclaje reversible e invisible.

Por otra parte, se sometió a la vitrina a una limpieza suave de sus componentes estructurales. Posteriormente, se procedió a la colocación de elementos de cartón neutro para fijar e impedir el movimiento de los cristales, ya que tenían una holgura que ocasionaba la consiguiente vibración. Con esta intervención preventiva se obtuvo estabilidad para toda la vitrina, lo que la protegerá de cara a futuros movimientos. Para finalizar todo este proceso, también se reintegraron golpes y pérdidas de pequeños volúmenes y color localizados en la moldura de madera, devolviendo a la obra su apariencia original.

Esta restauración ha posibilitado un estudio exhaustivo que ha permitido profundizar en el conocimiento del estado de conservación, asegurando su preservación para las futuras generaciones.