En el acto, celebrado en la sede académica han intervenido el director de la corporación, Darío Villanueva; el director general de la Fundación «la Caixa», Jaume Giró; la académica Soledad Puértolas; el secretario de la RAE, Santiago Muñoz Machado; el académico director de la BCRAE y de esta edición del Quijote, Francisco Rico, y el director del Instituto Cervantes y director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha.
El Quijote, patrocinado por el Instituto Cervantes desde 1998, llega a la BCRAE en una edición ampliamente revisada y renovada. Esta obra, la vigesimosexta de las ciento once previstas en la serie, cuenta, como el resto de la colección, con el apoyo y el impulso de la Obra Social «la Caixa». Fruto de la colaboración de cerca de un centenar de estudiosos y escritores, bajo la dirección de Francisco Rico y en el seno del Centro para la Edición de los Clásicos Españoles, el texto ha sido fijado de acuerdo con las más rigurosas técnicas de la moderna crítica textual y se acompaña de un copioso despliegue de estudios y materiales complementarios que de por sí constituyen una enciclopedia del Quijote.
OBRA UNIVERSAL
Soledad Puértolas ha tomado la palabra tras la intervención del director general de la Fundación «la Caixa». La académica ha agradecido a los estudiosos, «como lectora y beneficiaria directa», la constante investigación que dedican a la obra de Cervantes, «porque cuanto más cerca esté el texto que leemos del espíritu con el que fue escrito, nuestro disfrute y nuestra conexión serán mayores». La gran grandeza del Quijote, ha añadido Puértolas, «es que nunca deja de ser novedad. Hay muchas razones para fundamentar su fama, pero, por encima de todo, es el nuevo lector el encargado de renovar el rito, la consagración, la proclamación de la maestría, de la genialidad». Un rito que consiste, principalmente, en «leer el Quijote», una obra cuyas palabras, muchas de ellas al menos, como ha indicado Puértolas, están recogidas en el Diccionario de la Academia.
A continuación, el secretario de la RAE ha hecho un breve resumen de las ediciones académicas del Quijote. Como ha señalado Santiago Muñoz Machado, «la Academia se movilizó y decidió hacer una impresión correcta y magnífica del Quijote [la de Ibarra], que vio la luz en 1780». La segunda gran contribución de la Academia a la difusión de la obra de Cervantes «debemos atribuirla, más que a la corporación en sí, a la labor del académico Juan Eugenio Hartzenbusch. Fue una edición terminada el 8 de febrero en 1883 por el editor Manuel Rivadeneira, que instaló un cuarto de imprenta en la cueva de Medrano, en Argamasilla de Alba [Ciudad Real]», en la que, según la tradición, estuvo preso Cervantes. «El tercer momento estelar en las relaciones entre la Academia y el Quijote —ha proseguido Muñoz Machado— es la edición que ahora presentamos».
LA MEJOR EDICIÓN
El académico Francisco Rico, director de la BCRAE y de este Quijote presentado hoy, ha subrayado en su intervención que «cualquier edición es buena para apreciar la obra. La peor es la primera [1605], porque es la culpable de infinidad de erratas. Aun así, vale la pena para leer el Quijote». Y si la peor es la primera, «la mejor es la última, es decir, la de la Academia Española en su Biblioteca Clásica».
Antes, bromeó con la conveniencia de haber celebrado esta presentación en Barcelona, a donde Quijote y Sancho llegaron un día como hoy, en la víspera de la Noche de san Juan, tal como relata Cervantes en el capítulo LXI de la segunda parte de la obra.
El director del Instituto Cervantes y director honorario de la RAE, Víctor García de la Concha, recordando unas palabras del propio Rico, ha asegurado que «el Quijote es una obra más dicha que escrita, de ahí que sea una gran libro para enseñar español». Prueba de ello, ha añadido, es que «todos los centros Cervantes del mundo, noventa en total, cuentan en sus bibliotecas con ejemplares de esta obra». Ese Quijote más dicho que escrito, ha concluido de la Concha, «es un modelo formidable de la tarea que el Instituto Cervantes realiza en la difusión de la cultura española».
El acto de presentación lo ha cerrado Darío Villanueva, quien ha recordado un Real Decreto de 1912 por el que se encargó a la corporación que él dirige la realización de dos ediciones del Quijote, una popular y escolar y otra crítica erudita. «El año pasado se publicó la primera de esas dos ediciones [adaptada por el académico Arturo Pérez-Reverte], y esta es la gran edición crítica y científica que la RAE, a partir de una iniciativa del Instituto Cervantes, incluye en su Biblioteca Clásica». En esta Biblioteca, como ha señalado el director, «figurará la obra completa de Miguel de Cervantes». Hasta el momento se han publicado, además del Quijote, los Entremeses, las Novelas ejemplares y La Galatea. La previsión es que en 2016, coincidiendo con el cuatrocientos aniversario de la muerte de Cervantes y de la publicación del Persiles y Sigismunda, haya aparecido en la colección el catálogo completo de las obras de Cervantes.
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