Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Las antigüedades árabes en los dibujos de la Academia
Desde el 23 de septiembre al 8 de diciembre de 2015.
“El legado de al-Ándalus” muestra todos los dibujos de dos importantes proyectos de los siglos XVIII y XIX que habrían de convertirse en referentes esenciales para la valoración artística y la apreciación documental de los principales monumentos hispanomusulmanes: “Antigüedades Árabes de España” y “Monumentos Arquitectónicos”.
El académico y experto en arquitectura islámica Antonio Almagro Gorbea es el comisario de la exposición.
El objetivo de esta muestra es la de subrayar la extraordinaria importancia de aquellas dos empresas artísticas y rememorar a quienes las realizaron, así como dar a conocer este valioso patrimonio de dibujos que ilustran y ayudan al mejor conocimiento de monumentos tan señeros como la Alhambra y la mezquita de Córdoba, que hoy forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
Entre el rico y variado fondo artístico que la Academia ha ido atesorando desde su fundación en el siglo XVIII, sus colecciones de dibujos de arquitectura constituyen un conjunto de extraordinario interés.
Los dibujos que conforman la exposición El legado de al-Ándalus son el fruto de dos grandes proyectos que ponen de manifiesto una de las finalidades prioritarias asumidas por la Academia desde sus orígenes: la preservación del patrimonio histórico-artístico y su divulgación como un motivo de gloria y orgullo para el país.
Las primeras copias de Diego Sánchez Sarabia
Pocos años después de crearse la Academia (1752), ante la noticia del deterioro de las pinturas existentes en la Alhambra, la corporación se movilizó para evitar la pérdida de esos bienes de gran valor histórico, procurando que las pinturas fueran copiadas por un artista local, Diego Sánchez Sarabia.
Pronto el interés se extendió a todo el conjunto de la Alhambra, abordándose su documentación desde aspectos distintos como el arquitectónico, el ornamental y el histórico, e interesándose de un modo especial por las inscripciones que forman parte de la decoración y que se pensaba podían ser fuente para ilustrar la historia del monumento.
Por primera vez se acometía la documentación y estudio de unos bienes patrimoniales con la única finalidad de dejar testimonio de ellos ante el peligro de su posible desaparición.
Otro hecho a resaltar es que frente al interés generalizado en aquellos momentos en toda Europa por las antigüedades clásicas, griegas y romanas, y que estaba dando origen al nacimiento de los estudios arqueológicos, en España se presta atención por vez primera a las antigüedades de origen islámico en una acción que puede considerarse pionera en el continente y con la que se sientan las bases de los estudios árabes.
Para la realización de este empeño la Academia recurrió inicialmente a artistas residentes en Granada, aunque después, deseando subsanar ciertas deficiencias detectadas en algunos de los dibujos, recurrió a los mejores profesionales formados en su seno.
Las figuras de José de Hermosilla, Juan de Villanueva y Juan Pedro Arnal, ligadas por derecho propio a la mejor arquitectura que se construye en España en ese momento, serán las responsables de llevar a cabo esta misión en una labor íntimamente vinculada con el espíritu ilustrado, adaptado a la realidad histórica y artística del país.
Los planos dibujados por Hermosilla, Villanueva y Arnal constituyen el primer estudio arquitectónico de la Casa Real de la Alhambra, analizada como fortaleza asentada en un territorio y como conjunto palatino, diacrónico en cuanto a la génesis de sus distintas partes, pero entendiendo que su articulación obedecía a unas ideas cuya lógica trataron de desentrañar.
Buscaron no sólo la mera documentación de unas antigüedades, sino que recurrieron a los instrumentos disciplinares propios de la arquitectura, tratando de hallar en sus distintos elementos cánones y módulos, en base a conceptos propios de la arquitectura clásica entonces imperante, como la búsqueda de la simetría, la definición de un tipo de columna y arco propios del estilo árabe o la determinación de sus proporciones.
La existencia de este proyecto ilustrado es una evidencia, sin duda, del nivel intelectual que alcanzaron varias instituciones españolas en el siglo XVIII, en particular las Academias.
Difusión por Europa
Además, permite aseverar que la pléyade de trabajos con que los viajeros, artistas y escritores extranjeros durante el siglo XIX difundieron por Europa las originales creaciones del mundo andalusí –tan cercano a un Oriente admirado e idealizado por el movimiento romántico-, no fueron ni únicos ni descubridores de esta realidad, mostrando en muchos casos que se inspiraron e incluso copiaron la obra acometida por la Academia y difundida a otros países de Europa a través de la edición de los dos volúmenes de estampas de las Antigüedades Árabes de España, publicados en 1787 y 1804, respectivamente.
El proyecto llevado a cabo en el siglo XVIII tuvo una continuidad al más alto nivel artístico e intelectual en la gran iniciativa editorial de los Monumentos Arquitectónicos de España desarrollada en la centuria siguiente (1856-1882) y extendida a un panorama más completo del arte de todas las épocas y lugares, dentro del cual los monumentos de origen islámico ocuparon de nuevo un lugar destacado.
En esta empresa editorial pudo tener cabida la representación de los ricos coloridos que acompañan a la decoración de los monumentos, pero que en la publicación del siglo anterior no pudo ser incorporada a las estampas por no existir medios técnicos apropiados.
La exposición, al mostrarnos los dibujos originales, permite apreciar el interés que este aspecto concreto ya despertó desde la segunda mitad del siglo XVIII.
En esta muestra se podrá ver el rico acervo de los dibujos originales que sirvieron de base para las bellas composiciones de aquellas dos magnas obras. Estos dibujos aúnan belleza y utilidad documental. Su belleza es fiel reflejo de la que poseen los motivos árabes originales en los que se inspiran.
Dibujos preparatorios
Los ojos y las manos de los dibujantes y arquitectos que captaron con primor e interés la realidad del arte de al-Ándalus se reflejan mejor, sin duda, y de modo más espontáneo a través de la frescura de los dibujos preparatorios que por medio de sus respectivas estampas, condicionadas por las técnicas del grabado y la estampación. Como obra documental, numerosos dibujos representan los monumentos árabes de al-Ándalus en un estado anterior a muchas de las vicisitudes y transformaciones que han sufrido desde entonces y proporcionan, por tanto, una información de valor excepcional.
Datos de interés:
El legado de al-Ándalus. Las antigüedades árabes en los dibujos de la Academia
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Alcalá, 13 – Madrid)
Fechas: 23 de septiembre de 2015 – 8 de diciembre de 2015
Horario:
Martes a sábado: 10:00 a 14:00 y 17:00 a 20:00 h
Domingos y festivos: 10:00 a 14:00 h
Cerrado: lunes
Tarifa única: 3 euros